Lunes, 29 de Abril 2024
Jalisco | Carencia de programas eficientes para atender a los menores de 29 años

Jóvenes, los que más padecen rezago institucional

Sector público y privado carecen de programas eficientes para atender a los menores de 29 años

Por: EL INFORMADOR

El sector que menos empleo tiene se encuentra entre las personas que tienen entre los 15 y los 29 años. EL INFORMADOR / F. Atilano

El sector que menos empleo tiene se encuentra entre las personas que tienen entre los 15 y los 29 años. EL INFORMADOR / F. Atilano

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2014).- Ser joven es una oportunidad para lograr los sueños planteados en la adolescencia y encaminarse a la plenitud de la edad adulta. Pero el panorama con el que viven miles de hombres y mujeres menores de 29 años en Jalisco es poco alentador, porque los chavos son el sector de la población más vulnerable en temas de violencia, salud, educación y empleo.

Los datos son reveladores y los reporta el Inegi. Este año, dos de cada 10 jóvenes en México gana 70 pesos diarios por su trabajo. El sector que menos empleo tiene es precisamente entre los 15 y los 29 años. La principal causa de defunción de este grupo de edad son las agresiones, los accidentes automovilísticos y los suicidios, en ese orden.

De los dos millones de jóvenes que existen en Jalisco, todavía hay casi 15 mil personas que no saben leer ni escribir. Dos mil aspirantes a ocupar un espacio en la Universidad de Guadalajara durante el verano, dejaron de hacerlo durante el invierno.

¿Qué hacer si la educación es poca y los empleos precarios? La respuesta la reporta la Fiscalía General del Estado en un informe que este medio obtuvo vía Ley de Transparencia. Las cárceles están sobrepobladas en la Entidad, tienen capacidad para poco más de 12 mil personas y, hasta el mes de septiembre pasado, las abarrotan 18 mil 122 internos.

Pero cuando se revisa la edad de los reclusos, se verá que 73 de cada 100 tienen menos de 31 años.

En el documento se especifica que en septiembre de 2014, casi 48% de los reclusos está entre los 18 y los 24 años; seguido por 25% que tiene edades que oscilan entre los 25 y los 31 años. A esto hay que agregar a 198 menores infractores recluidos, entre los 14 y 17 años.

Son jóvenes todos ellos, “la consecuencia de un sistema neoliberal que ha colapsado y que los gobernantes no piensan en ellos, como pueden pensar en las personas con discapacidad o las madres solteras”, afirma Rogelio Marcial, académico del Colegio de Jalisco, quien en los últimos años ha trabajado la exclusión y la violencia institucional que vive este sector de la población.

Si las cárceles están repletas de jóvenes es porque también hay una “violencia institucional” hacía este sector de la población, afirma el académico. De otra forma no se explican los operativos contra fiestas juveniles en Zapopan o que las revisiones de rutina estén enfocadas en este sector de población, como lo ha documentado la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco.

INSTITUTO JALISCIENSE DE LA JUVENTUD

Defienden sus programas

El director del Instituto Jalisciense de la Juventud, Ramón Morales Sánchez, acepta que el programa de becas de reinserción para jóvenes en conflicto con la ley es un remedio que impulsa el Gobierno del Estado, pero que la causal está antes: en el empleo. “Tiene que ver con muchos factores, y quizá no sea tanto el empleo sino la desintegración familiar”.

De acuerdo con el funcionario, los “malos hábitos” de los jóvenes que delinquen se consagran porque los padres de familia no les ofrecen tiempo de calidad, “esto provoca que el joven se sienta más suelto y libre, porque el papá o la mamá no los escucha”.

El pasado 15 de octubre se entregaron las primeras 13 becas, que consisten en un pago de mil pesos quincenales durante cinco meses para que los jóvenes que salen del centro penitenciario puedan estudiar o terminar su carrera técnica y pueda tener un empleo. Esto porque de acuerdo con la estadística oficial, 60% de los delincuentes en esta edad son reincidentes.

Luego de que se ha reportado las desapariciones de estudiantes y jóvenes en el Estado, Morales Sánchez prefiere tener confianza en la Fiscalía y en la Fuerza Única.

“Yo creo que sí ha funcionado, tiene poco que se aprobó. Los resultados no me toca a mí juzgarlos”, señaló  Morales Sánchez.

“Nosotros lo que hacemos es un trabajo y buscamos que cambien las cosas. Los pronunciamientos, para unos son necesarios, para nosotros no tanto. Para mí es más necesario el trabajo, para mí es más valorable el trabajo”.

BRINDAN POCAS OPORTUNIDADES

Se desaprovecha el bono demográfico

Durante el verano del año 2010, la petición de recursos por parte de las Universidades Públicas de México ocasionó que algunos rectores utilizaran el término “Ninis” para nombrar a los jóvenes que ni estudian ni trabajan. A ese grupo de población también se le llamó el bono demográfico, que de acuerdo con José Narro Robles, rector de la Universidad Autónoma de México, sería una generación perdida si las autoridades no hacían algo para remediarlo.

Han pasado cuatro años desde entonces. Rogelio Marcial, académico del Colegio de Jalisco, ha concluido uno de los trabajos más laboriosos para la prevención de la violencia en Zapopan. Con recursos federales del Subsemun, pudo realizar talleres con policías y de pacificación con pandillas en cuatro colonias del municipio.

Cuando se le pregunta por el bono demográfico, Marcial no duda en decir que todo parece indicar que la generación nacida entre 1985 y el año 2000, puede estar perdida y fuera de toda lógica gubernamental.

“En las prisiones, el rango de edad es muy corto. Los que están presos son jóvenes, porque es donde está haciendo crisis los modelos neoliberales y que finalmente, pues a este rango de edad son las personas más desprotegidas ante la falta de programas sociales, empleos destinados a jóvenes de estratos populares, además de la falta de espacios de ocio y recreación.

“Esto es una especie de caldo de cultivo que propicia que muchos de estos jóvenes estén vinculados a la delincuencia, ya sea como víctimas o como victimarios. Esto ha ocasionado una reacción de parte de la Policía, que tiende a ser punitiva, siempre a castigar y nunca a prevenir.

“Pareciera que hay una visión de criminalizar, de tirar línea, a todos los jóvenes, pero en especial al joven varón de estratos populares. Y si a eso le agregamos la posible disidencia, pues es todavía peor”.

— ¿Pero se discrimina por el simple hecho de ser joven?

— Sí, claro. Hay una relación de poder, cíclica, que se relaciona con la edad. Y que se complica cuando hay una cuestión de clase y de género. Pero hay una concepción institucional que el joven es peligroso y que hay que encauzarlo porque corre peligro de no complementarse como adulto. Hay que supervisarlo, dirigirlo y reprimir cualquier indicio de que hay un comportamiento que la sociedad no espera.

— ¿Tiene registro de políticas públicas efectivas, enfocadas a los jóvenes?

— No, creo que son muy generales. No es lo mismo lo que está pasando una chica adolescente de 13 años a un varón de 29 años. Ahí es donde fallan las políticas públicas, porque consideran al joven sólo como un prototipo.

Hay una diversidad que las políticas no contemplan y creen que todos los jóvenes son varones que está en edad escolar. ¿Qué pasa con los que no entran en ese rango? Son invisibles.

— En agosto pasado, el Inegi advertía que una de las cosas emergentes a resolver es la situación del empleo. ¿Cómo le pega a los jóvenes que sean tan pocos los espacios y tan mal pagados?

— En primer lugar, carecemos de una política eficiente de empleo juvenil. Al carecer de ésta, no consideramos las condiciones de los jóvenes. Los obligamos a elegir entre si estudian o trabajan… sólo estudian los que tienen oportunidad de ser apoyados por su familia. Esos apoyos (sociales) existen en otros lugares pero aquí no.

Además, los empleos que se les ofrecen a los jóvenes no tienen todas las garantías de ley.

— Hace años se hablaba del término de “ninis”, para referirse y alertar sobre perder el bono demográfico. ¿Cree que se ha hecho algo?

— No, yo creo que ya perdimos ese bono demográfico. Y está demostrado en la delincuencia organizada que prefieren vivir poco pero vivir bien. El término de “ninis” fue utilizado para culpar a los jóvenes de su propia situación.

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