Jueves, 09 de Octubre 2025
Jalisco | ''Que la gente vea por quienes no vemos''

En Jalisco, 68 mil 348 personas padecen ceguera

Consejo estatal pide a la población una cultura de inclusión

Por: EL INFORMADOR

Sebastián Anguiano Manzano perdió la vista a los ocho años en un accidente; ahora es profesor de braille.  /

Sebastián Anguiano Manzano perdió la vista a los ocho años en un accidente; ahora es profesor de braille. /

GUADALAJARA, JALISCO (20/NOV/2011).- Sebastián Anguiano Manzano, profesor de braille de 70 años de edad, relata que le encantaba ver las estrellas todas las noches cuando era niño, pero ese deleite le duró poco, pues a los ocho años la luz de sus ojos se apagó, cuando por una travesura hizo explotar una botella de cristal con cartucho de dinamita en su interior.

Aunque alcanzó a conocer los colores y formas en su natal Sayula, Jalisco, Sebastián afirma tras los negros lentes que cubren sus ojos y una gran sonrisa, que nunca cayó en depresión, no hubo reproches hacia Dios, ni siquiera tuvo que pasar por un proceso de duelo, pues para él, la vida apenas empezaba, diferente pero con grandes metas por alcanzar.

“Me quedé ciego a los ocho años, metí un cartucho de dinamita en una botella y le prendí fuego… ahí se acabó mi experimento porque estuve tres meses en el hospital. En ese momento estaba más preocupado por inventar una excusa para mi mamá, aquello había tronado muy fuerte, hasta se cimbraron las casas del rededor. ¿Qué le iba a decir? De seguro me iba a regañar…”.

En Jalisco hay 68 mil 348 personas que viven en la oscuridad, según el Censo de Población y Vivienda que realizó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en 2010. De esta cifra se desprenden 32 mil 655 hombres y 35 mil 693 mujeres.

En el Estado, 5.9% de la población total presenta algún tipo de discapacidad; de ellos, 19% padece ceguera.

Andrés Vázquez, director para la Inclusión de Personas con Discapacidad del Sistema DIF Jalisco, detalla que reciben y brindan atención a personas con discapacidad visual desde que están recién nacidos, además es obligatorio en todos los hospitales realizar potenciales visuales a los infantes a fin de detectar a tiempo los problemas a edad temprana para que reciban la estimulación adecuada y lleven una vida lo más normal posible.

Pero no sólo se trata de números y porcentajes sino de seres humanos que se enfrentan todos los días a una sociedad carente de cultura de la inclusión, con una ciudad planeada y construida para las personas “normales”, un transporte público que los hace sentirse agredidos y excluidos. Todo lo anterior sin contar la discriminación, la falta de empleo y los obstáculos cotidianos que les provocan accidentes en la calle.

“Desde que uno tiene que abordar el camión empiezan los problemas. Uno, porque a veces hacemos la parada a un camión y resulta que no era; otras veces ni le contestan a uno: ¿Perdone qué ruta es, qué ruta es? Y si algún viajero nos quiere decir bueno, si no, pues nos aguantamos. Luego, los asientos disque para discapacitados… siempre van ocupados”.

El profe Sebastián, como lo conocen en la Asociación de Invidentes Unidos de Jalisco A.C., señala que las calles están llenas de trampas, y para un invidente cada día es como salir a un campo minado.

Los accidentes

Los accidentes son incontables, hay desde fuertes golpes en la cabeza por toparse con ventanas abiertas y medidores de luz, hasta caídas de cuerpo completo por alcantarillas sin tapadera o tropezones con raíces de árboles, golpes en las rodillas por jardineras que obstruyen las banquetas, rampas para discapacitados mal hechas o incluso pisotones de la gente.

El DIF Jalisco atiende a personas con ceguera y débiles visuales desde el nacimiento, hasta la edad adulta en el Centro de Rehabilitación Integral. Se cuenta con área de computación, donde se les capacita a través de programas especiales con voz y sonidos para que posteriormente puedan incorporarse a empresas como Jabil, que tiene en su plantilla laboral un gran número de personas con discapacidad visual.

Pero en el caso de Gilberto Quiroz, presidente de la Asociación de Invidentes Unidos de Jalisco, el trabajo y la responsabilidad no es sólo del gobierno sino de la sociedad.

Pide que no los ignoren, que nada les cuesta tenderles una mano cuando los ven en problemas para cruzar una calla, tomar el transporte público o evadir algún peligro que no pueden advertir. La asociación recibe a personas invidentes en situación de calle o que vivan en alta marginación, ahí se les da capacitación, se les enseña a leer.

Hay talleres para aprender a elaborar trapeadores, taller de computación y música.

“La Secretaría de Finanzas de Estado nos apoya con algo de dinero, esta finca nos la dio en comodato el Gobierno y por nuestra parte obtenemos recursos vendiendo boletos de rifas que hacemos, les enseñamos a hacer trapeadores para que los vendan…”.

“Hace falta que la sociedad cambie, nosotros pedimos que los que ven, vean por lo que no vemos, porque hay veces que va uno en la calle y a la gente le vale dejar botes de basura ven la banqueta. Nos ven en la parada del camión haciendo circo, maroma y teatro para tomar el transporte y nos ignoran, como si no existiéramos, decimos: ‘Oiga ¿si me puede ayudar a tomar el camión?’. Y se quedan callados”.

En la asociación, desde su fundación en 1971, han pasado aproximadamente cinco mil invidentes. Actualmente hay en activo 146 personas con dicha discapacidad.


La importancia del oído
Cuesta bastón especial entre 150 y tres mil pesos


¿Cómo compensa un ciego su discapacidad? Con el oído. Su sentido auditivo se desarrolla mucho más que el de cualquier otra persona.

Distinguen todo tipo de sonidos, pueden advertir una pared frente a ellos porque afirman, se escucha que su voz rebota.

También saben cuándo entran a una habitación porque hay eco. Además cuentan con una herramienta que utilizan todos los días, su bastón, y aunque pareciera que un lazarillo o perro guía es más útil, la verdad es que les generan más problemas.

“No, tener un perro es más problema, hay que alimentarlo, darle cuidados especiales. Pero el mayor problema es que en ningún lugar nos dejan entrar con un perro ni en el transporte público. La sociedad primero tiene que tener esa cultura porque nada más ven al perro y todo es una negativa”.

Un bastón normal articulado y desplegable tiene un precio aproximado de entre 150 y tres mil pesos, pues hay de diferentes tipos y materiales. En países como Francia ya se comercializar bastones sónicos, que emiten sonidos para evitar que la persona choque con algún obstáculo.

En cambio, un lazarillo puede llegar a valer, ya adiestrado, hasta 50 mil pesos. Muchos de ellos son entrenados por asociaciones específicas, mientras otras lo son por los propios usuarios con o sin ayuda de un entrenador canino profesional.

Sector poblacional en Jalisco

Discapacidad visual


Población total    68 mil 348

Mujeres    35 mil 693

Hombres     32 mil 655

Niños menores de 14 años    Dos mil 319

Niñas menores de 14 años    Dos mil 167

Mujeres mayores de 60 años    18 mil 217

Hombres mayores de 60 años    14 mil 756

Educación y salud

Sin escolaridad    13 mil 982

Secundaria    9 mil 428

Primaria     33 mil 277

Bachillerato u otros     10 mil 051

Derechohabientes    46 mil 863

Sin seguridad social    21 mil 325

Actividad

Población        23 mil 203
económicamente activa

Ocupada    21 mil 946

Desocupada    Mil 257

No activa               41 mil 878
económicamente

FRASES

"
Hace falta que la sociedad cambie. Pedimos que los que ven, vean por los que no vemos "

"
Nos ven en la parada del camión haciendo circo, maroma y teatro para tomar el transporte, pero nos ignoran los demás "
Gilberto Quiroz,

presidente de la Asociación de Invidentes Unidos.

CRÓNICA
La inquietud de Mónica y David...


Ciegos de nacimiento, David y Mónica, de 11 años de edad, desconocen cómo es el mundo. Saben conceptos y distinguen formas, texturas y aromas, pero no saben cómo se ven los colores de las flores, el cielo, las estrellas, el Sol, nada. De ahí nace esa gran inquietud por tocar todo, de oler y saborear.

Aunque no pueden ver las ilustraciones de los libros que el instituto ha adaptado al sistema braille, los leen con gran facilidad, ansiosos jalonean y colocan los dedos sobre las letras en punto de un libro titulado La Sirenita, que su profesor Esteban Ávila les acerca.

— ¿Cuál es profesor, cuál es, lo conocemos?, déjeme leerlo — preguntan.

— La Sirenita…

“Pero ellos no saben qué es una sirena —explica el profesor—, no tienen la imagen en la mente, pero seguro intentan imaginar cómo será porque cómo le explicas a un niño ciego cómo son los colores, qué es el Sol, cómo se ve. Parece una tarea imposible.

Sus pequeños y ágiles dedos recorren las letras y articulan de inmediato las palabras que ahí se asientan.

Mónica hace un dueto con David para cantar. ¡Les gusta! Y sonríen cuando lo hacen ante sus compañeros y maestros, por ello se preparan para una pastorela.

“Yo seré un pastor”, dice David. Ambos asisten al Instituto de Capacitación del Niño Ciego —fundado en 1940— desde muy pequeños, ahí les han enseñado a leer en sistema braille, toman clases de computación y además cursan la primaria como todos los niños de su edad. Subrayan que ahí hacen lo que más les gusta: “Nos gusta jugar gol-bol” (un juego que se inventaron en el instituto). “También futbol y leer, no nos gustan las matemáticas”.

Para los niños con discapacidad visual, el mayor obstáculo con el que se enfrentan es el relego de la sociedad, la discriminación, indica Esteban, su profesor y director escolar del Área de Ciegos del Instituto: “Son muchos problemas, y se incrementan después de dejar la secundaria, la preparatoria o terminar una licenciatura, porque no les abren las puertas para trabajar”.

La población de infantes invidentes en Jalisco, según el último censo del INEGI, es de dos mil 319 niños y dos mil 167 niñas, todos menores de 14 años de edad.

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