El telón de la vida

GUADALAJARA, JALISCO (28/SEP/2013).- El arte del teatro tiene la capacidad de estimular las fibras más sensibles de quien se atreve a tocarlo, llámese actor, director o espectador. El teatro reconcilia épocas y tiempos, aterrizándolos a su levedad y haciendo el presente comparable con todas las historias y personajes. Tiene la facilidad de reconstruir el pasado y dibujar bocetos de futuras escenas. A quien lo practica lo hace escapar y liberarse, encerrándolo en sí mismo para que encuentre su paz y trabaje en su tolerancia.  

El actor utiliza espejos como máscaras que en conjunto con otros actores pretenden reflejar la realidad de una sociedad. Igual que el meteorólogo comprende y asimila las causas y consecuencias de los desastres naturales, el actor, al estudiar el comportamiento humano, logrará conocer y justificar las actitudes de su especie. Su trabajo será entonces representar de la mejor manera los defectos y virtudes de cada tipo de individuo al grado de alcanzar la identificación del espectador con el personaje.

Mucho se habla acerca de que la mayor paga del actor son los aplausos de su público. Fácil es juzgar esta premisa, pues la recompensa de quien interpreta a un personaje será acercarse a la respuesta de la famosa pregunta: ¿Quién soy?   

Esto ofrece el teatro. Despertar emociones en pueblos dormidos, mostrarnos que no existen las épocas, pues escasas son las transformaciones entre ayer y hoy, en realidad no ha sido mucho el cambio en nuestras formas de pensar y actuar, por eso nos invita a realizar un análisis social e individual. Reflejarnos en el espejo del teatro quizá nos ayude a ver nuestros errores.    

Sin embargo, esto no sólo se logra con la práctica y consumo del teatro, sino con la explotación y valoración, en todas sus presentaciones, del tesoro más grande de la humanidad: el arte.

Blanca Álvarez Gutiérrez

ECOS DEL DEBATE

“Yo creo que sí existe una cultura de teatro, lo que pasa es que del teatro también se derivan otras expresiones artísticas, como la danza, por ejemplo. Y en general a la gente le gusta observar representaciones de cosas distintas a las que vive”.

Danielle Weber, participante de Mar Adentro.

“Creo que sí existe la cultura del teatro, pero que, como en la lectura, lo que se necesita es que cada persona descubra qué género le gusta para que deje de verlo aburrido. Cuando encuentras tu género o estilo, aprendes a amarlo.”

Ana Esmeralda, participante de Mar Adentro.

COMPARTE

De viva voz, los líderes sociales comparten algunas de sus experiencias

El teatro disuelve prejuicios sociales

Desde que tenía ocho años Itari Marta supo que quería dedicarse a la actuación. Sin embargo, a lo largo de años de trabajo y de experimentar distintos medios artísticos, el sentido que tiene para ella su profesión ha cambiado drásticamente.

Aunque ahora se concentra en la creación teatral, Itari Marta ha colaborado en largometrajes y trabajó casi 12 años para la televisión, después de los cuales, asegura, cayó en un estado de fastidio.

“Al principio cuando tienes acceso a un medio tan masivo lo primero que te llama es tu ego, pero después de un tiempo había empezado a sentir aburrimiento de hacer siempre lo mismo y no tener privacidad, porque la gente cree que como sales en la tele tienes la obligación de ser lo que quieren ver de ti y no tú mismo”, recuerda.

Fue por entonces que ella y su colega Bruno Bichir recibieron la invitación de la reclusa Sara Aldrete para entrevistarla dentro de la cárcel con su compañía de teatro. Aquel encuentro hizo que Itari Marta le encontrara un sentido nuevo a su pasión y revalorara en qué estaba gastando su tiempo.

En un momento que se antoja como epifanía, ella decidió invertir su energía y experiencia en compartir con otras personas el hecho teatral con hombres y mujeres cuyas vidas no necesariamente los fueran a llevar al arte, pero con un inmenso potencial creativo: los presos.

A partir de entonces ha dirigido y promovido talleres teatrales dentro del penal de alta seguridad de Santa Marta Acatitla, en la Ciudad de México, en donde condenados por delitos como secuestro u homicidio encuentran episodios de libertad en medio del montaje de una escena o entre los aplausos del público.

Considera que, contrario a lo que muchos podrían pensar, dentro de la cárcel existe una gran capacidad artística. Los presos, que están despojados de las comodidades del mundo exterior, pero con ello también de algunos distractores, sólo pueden dedicarse a lo más elemental: descubrir quiénes son y en dónde radica su libertad.

“Cuando ejecutas teatro, éste te obliga a conocerte, a saber quién eres, porque para poder hacer otro personaje necesitas conocerte primero. En ese proceso ellos descubren sus infiernos y viven un cuestionamiento existencialista de quién soy y a dónde voy, que son preguntas que todos nos hacemos, lo que pasa es que al hacerlo teatralmente, estas preguntas se convierten en disciplina, en parte de la chamba”.

Además del autoconocimiento y reconciliación al que llegan los reclusos a través de los talleres teatrales, éstos les permiten también reinsertarse en la sociedad porque aprenden a negociar con sus carencias, a disminuir las cargas y resentimientos de haber estado presos, piensa la actriz.

En el proceso de reinserción y diálogo entre los presos y la sociedad en general, los talleres que dirige Itari Marta han tenido un gran avance. Después de luchar por cambiar el reglamento de la cárcel, ahora las presentaciones son abiertas al público. La gente puede pagar por entrar al reclusorio y ver una obra de teatro de calidad, al tiempo que los presos reciben el pago de las entradas.

“Lo que hicimos fue entablar un puente de comunicación entre los que en el cliché social son morenitos, pobres y malos, y los güeritos de La Condesa o de Las Lomas que pagan por ver teatro. Tratamos de eliminar los prejuicios para que ambos se den cuenta que los otros no son nada extraordinarios ni monstruosos, sino seres humanos”.

Para ella esa debe ser la finalidad de los productos artísticos, generar un cambio, generar conciencia. Dice que si no, terminan siendo simples adornos o postres de una sociedad a la que le venden la idea de no pensar, de no preocuparse por el otro y de obedecer simplemente.

Pero, si no son los jóvenes con mente revolucionaria y el arte con su capacidad de confrontarnos, nadie lo hará. Por eso dice que aunque la gente que se dedica al arte no siempre está preocupada por eso y se ha hecho a la idea de que es una cuestión de élite y sofisticación que sólo para algunos tiene sentido, valdría la pena usarla como herramienta social para aprender a distinguir, a ser más compasivos, humildes y generosos.

“No sé si teatro, pero todos deberíamos hacer algo de arte. No necesitamos pretextos para cantar como locos o llorar como perros o dejar simplemente que las emociones salgan del corazón. A veces el odio, el rencor o las angustias cotidianas hacen que te vayas enfermando y debes tener un canal para que todo eso salga, un punto de fuga que te haga recordar que, ante todo, eres un ser humano”.

PERFIL

Itari Marta

La carrera actoral de Itari ha tocado el cine, la televisión y el teatro. Actualmente la actriz dirige el Foro Shakespeare, Asociación Civil que, entre otras cosas, apoya el desarrollo teatral penitenciario en Santa Martha Acatitla en la Ciudad de México.

VOLUNTADES

Historias de éxito que trascienden

Libertad tras las rejas

El Foro Shakespeare fue fundado en 1983 por el actor Héctor Fuentes en la Ciudad de México, como un espacio independiente de creación y promoción de la cultura y el teatro. A la fecha ha exhibido más de 800 puestas en escena y espectáculos en vivo.

Desde hace cuatro  años, el Foro dirige además la Compañía de Teatro de la Penitenciaría del Distrito Federal en Santa Martha Acatitla, y ha iniciado también talleres con mujeres víctimas de violencia y jóvenes reclusos o hijos de presos.

Con sus proyectos de impacto social directo, el Foro Shakespeare ha contribuido al proceso de reinserción y empoderamiento de los presos a través del teatro. Ha logrado tres reconocidas puestas en escena abiertas al público y cuenta ya con testimonios de presos que al quedar en libertad pudieron conseguir empleos estables en oficios relacionados al teatro.

La creación artística en un entorno de reclusión ha llamado la atención de diversos medios nacionales e internacionales, posicionando al Foro como una de las instituciones que lo realizan de manera más sólida y constante en nuestro país.

Con su labor diaria, el Foro Shakespeare abona a una de las premisas básicas del arte: la igualdad y dignidad humanas, al demostrar que, al menos en el hecho teatral, quedan fuera las diferencias sociales y los prejuicios que todos cargamos. Al momento de entregarse de forma sincera y profesional al acto escénico todos somos humanos.

10 NOTAS POSITIVAS

1. Celebra 49 años el recinto del Museo de Antropología e Historia.

2. Comienza la feria de Juan José Arreola.

3. La agrupación mexicana “Estudio de Danza del Sur” obtuvo medallas de oro y plata en el Concurso Mundial de Danza 2013.

4. Según la ONUSIDA la epidemia del Sida podría finalizar en 2030.

5. Empresa tapatía recibe reconocimiento de Microsoft.

6. Cada mes se crean dos mil 206 nuevos empleos en Guadalajara.

7. ONU anuncia nuevos compromisos para reducir la pobreza antes de 2015.

8. Dan a conocer el programa oficial de la FIL 2013.

9. La Compañía Nacional de Danza celebra su 50 aniversario.

10. Diseñadores mexicanos exponen joyería moderna en París.

Mar Adentro Propone

Para  leer…

Sobre el teatro es el libro que retrata la entrevista al legendario actor y director italiano Vittorio Gassman. En él se puede conocer su carrera y los secretos que lo convirtieron en un célebre personaje teatral del siglo XX.

Para  saber…  

Al menos 54.48% de mexicanos vive en municipios donde no hay un teatro.

Para conocer…

Este sábado acude al teatro Vivian Blumenthal en Tomás V. Gómez #125 a las 8:30 p.m. y disfruta la obra Un tranvía llamado deseo, de la directora jalisciense Sara Isabel Quintero.