Diseñadores del Mercado Corona apelan a su experiencia

GUADALAJARA, JALISCO (21/AGO/2014).- La experiencia y la pulcritud de su trabajo los respaldan. Más de 45 años diseñando espacios arquitectónicos para bancos, iglesias, plazas comerciales, oficinas de gobierno y particulares. Han hecho de todo, pero sin duda, este es uno de los grandes retos que enfrentarán Leopoldo Fernández Font, Fernando Fernández Pérez Rulfo y Abril Quintanilla Cerda.

“No le podemos fallar a la ciudad. Somos una oficina profesional, integrada por profesionistas en el diseño, la arquitectura, el urbanismo y el espacio público. Sabemos trabajar de forma multidisciplinaria, tenemos una experiencia lograda de más de 45 años y que, en los hechos, hay una historia de proyectos significativos en la ciudad”.

En septiembre de 2013 la Universidad de Guadalajara, en conjunto con el Gobierno del Estado, editaron la vida y obra de Leopoldo Fernández Font en la colección de Monografías de la arquitectura del siglo XX. En ella se puede ver la mano y el estilo de inmuebles como el Templo de Cristo Resucitado, el de La Luz del Mundo, la torre del Hotel en Plaza del Sol, el Hotel Sheraton en Puerto Vallarta, el edificio que albergó el Banco de México en el Nodo Colón o las oficinas de la Cámara Nacional de Comercio en Guadalajara, sólo por nombrar algunas.

Cuando se le pregunta al hombre de 75 años sobre cuáles fueron los retos que lo impulsaron a candidatear su proyecto entre otras 29 opciones para construir el nuevo Mercado Corona, Don “Polo”, como lo conocen sus amigos, responde que hay momentos en su vida en que es necesario plantearse nuevas opciones.

“Cuando se hace un edificio, sea para interiores o espacio externo, hay que pensar siempre en función de los usuarios. A quién le puede resolver la manera de vivir o le otorga condiciones favorables. Ahí está la esencia del espacio público”.

Su hijo toma la palabra. Fernando Fernández, quien también eligió la profesión del diseño y la distribución del espacio, habla precisamente de la concepción que tiene el despacho sobre el espacio público, y lo define como el espacio más importante donde se construye la ciudad. “Y por lo tanto, donde se ordenan o desordenan nuestras sistemas de relaciones sociales y de contacto con la gente”.

Proyectan un mercado diverso

Los creadores del diseño del Mercado Corona defienden el concepto que presentaron, aunque aceptan que hubo errores en la comunicación por los renders que se publicaron con el fallo del proyecto. En principio, porque las láminas que presentaron son para mostrar una parte novedosa y vanguardista, como lo establecía la convocatoria, “pero el Mercado está salvado, las dinámicas que propusimos son para generar corredores económicos más eficientes”.

Fernando Fernández ve al usuario del Mercado Corona con un perfil muy diverso, “alejado incluso de la propuesta de usos mixtos que propusimos”. El usuario es tan diverso como el trabajador, los ambulantes o los oficinistas que habitan el Centro Histórico en su parte diurna. Y a pesar de ser un Mercado Corona común y corriente, también tenía un grado de especialización en productos como la miel, las colmenas y la herbolaria. “Por esa especialización de la herbolaria o de productos navideños de temporada, yo fui un cliente. Y así como yo, había muchas personas”.

Las florerías, la herbolaria y los productos a base de miel, serán características que se respetarán en lugares específicos del proyecto. “El mercado es el mercado y no lo vamos a cambiar. El mercado debe de mantenerse como un elemento de identidad e historia del Centro Histórico”.

SABER MÁS
Proyectos emblemáticos de Fernández Arquitectos

Edificio del Banco de México (Avenida Américas y López Mateos)

Templo de La Luz del Mundo

Edificio de Tecnologías del ITESO

Plan maestro del proyecto para construir la Univa

Cámara Nacional de Comercio en Guadalajara

Templo del Cristo Resucitado

Hotel Sheraton en Puerto Vallarta

Hotel en Plaza del Sol

Hotel Aranzazú

Conjunto Pedro Moreno (Frente a la CEDHJ)

Corporativo Nike

Remodelación y fuentes de Plaza del Sol

Librerías Gonvill

Auditorio del Parque Solidaridad

CONTEMPLAN REHABILITACIÓN DEL ENTORNO EN EL PROYECTO
No será una plaza comercial

Un edificio por sí mismo no produce nada socialmente. El aislamiento arquitectónico es un contrasentido, y ese no será el caso del nuevo Mercado Corona. En el proyecto elegido por el Ayuntamiento tapatío, se bosqueja una rehabilitación urbana de la zona del Centro Histórico que rompa las barreras sociales que ha creado la Avenida Hidalgo.

Pero, además, para que el diseño se pueda insertar de mejor manera, se contempla la rehabilitación de las casonas y las fachadas aledañas al emblemático edificio.

El proyecto, en términos técnicos, no representa un gran reto constructivo. “Como si fuera un edificio de 70 pisos. Tampoco hay que traer a nadie de Hong Kong, especialista en algo. No representa un reto constructivo sino por la urgencia de hacerlo, porque hay muchas personas que siguen vendiendo afuera. Es una oportunidad de incidir en la ciudad, pero en la construcción, no representa complicaciones mayores”, dice Fernando Fernández.

Sobre el debate que ha generado el diseño, los arquitectos dejan zanjado el tema: “Nosotros tomamos el proyecto con una enorme seriedad y respeto”. Abril Quintanilla, jefa de talleres, hace la distinción de realizar un proyecto público.

“No sólo hay que hacer un proyecto bien, sino que hay respaldarlo. El reto más grande es hacerle entender a la gente que, el hecho de que el edificio sea contemporáneo... pues se ve bien, le viene bien a la ciudad y no es elitista. La gente tiene derecho a tener cosas buenas, a tener un buen espacio, un buen edificio que verdaderamente responda a las necesidades”.

Los arquitectos afirman que la propuesta no respeta el antiguo edificio diseñado por Julio de la Peña, porque se les pidió algo acorde a nuestros días. “Nadie construye su casa o un edificio público con intenciones retrógradas. Los góticos construyeron cosas contemporáneas en su tiempo, los renacentistas en su tiempo, los modernos igual”, concluyó Leopoldo.