Jueves, 09 de Octubre 2025
Jalisco | Los espacios ''sí funcionan al margen del ayuntamiento'', según funcionarios

Defienden seguridad en puestos ambulantes en Carretera a Chapala

El Salto, Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga aseguran que dan permisos con previo cálculo de riesgos

Por: EL INFORMADOR

En el tramo desde el Periférico a la Arena VFG,se registraron casi 71 vendedores ambulantes en la banqueta de un lado de la carretera EL INFORMADOR /

En el tramo desde el Periférico a la Arena VFG,se registraron casi 71 vendedores ambulantes en la banqueta de un lado de la carretera EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (20/MAY/2013).- Los municipios de El Salto, Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga, por cuyos territorios pasa la carretera con dirección Guadalajara-Chapala, explican que han dado los permisos correspondientes para que puestos ambulantes se instalen en la banqueta limítrofe a esa vía de velocidad rápida, y que para ello han verificado que los comercios no corran riesgos.

A siete pasos (tres metros) de la vialidad, en el tramo desde el Periférico a la Arena VFG, hay alrededor de 71 vendedores ambulantes en la banqueta de un extremo de la carretera y 16 del otro, constató este medio en un recorrido realizado ayer. En la zona de Las Pintitas (kilómetro 13 de la vialidad), correspondiente a El Salto, se concentra la mayor cantidad, se contaron 68 comercios. Mientras la Dirección de Mercados, en voz de su titular, Porfirio Castillo Barrio, asegura que hay aproximadamente 20 puestos ambulantes a pie de carretera.

Respecto a la existencia de permisos tramitados en la dirección a su cargo, Castillo Barrio responde con ambigüedades. Primero dice que no existen, y acepta que “sí operan al margen del Ayuntamiento”; después se retracta y menciona que tres organizaciones adheridas a la Confederación Nacional de Organizaciones Populares le “pagan plaza”.

“Ellos están avalados y mi deber es nada más cobrar la plaza. Se cobra entre tres y cuatro pesos el metro lineal”, expone el funcionario, quien asegura que la permanencia de ese tianguis cuenta con el visto bueno del cuerpo edilicio de El Salto.

Desde hace dos meses, cada día de tianguis, añade, la Dirección de Mercados ha enviado a tres personas de inspección para que vigilen que “no se les dispare” la cifra de puestos; lo que en ocasiones ha provocado que los funcionarios “se porten un poquito groseros”, pues han detectado a gente “que no es del municipio” y que busca instalarse en ese lugar.

“Es lo que trato de cuidar, es gente que viene de afuera y es donde apretamos un poquito. Siempre hemos tratado de estarnos cuidando, tener a mi gente (en el lugar) para que no lleguen (vendedores de afuera) y se acomoden, porque es una de pleitos”.

Tlaquepaque permite 58 puestos en la zona

El municipio de Tlaquepaque tiene 58 permisos otorgados a puestos en el tramo de la Glorieta del Álamo hasta el Parque Montenegro, informa Flavio Octavio Reynaga Cortés, responsable del Departamento de Inspección a Mercados, Tianguis y Espacios Abiertos.

Para que los comercios se monten en el área limítrofe de esa vía rápida sí hay permiso, comenta Reynaga Cortés. “Mi reglamento me lo permite, me da la facultad de dar la autorización”. El Ayuntamiento decide la viabilidad de otorgar un permiso a un puesto ambulante, si éste no representa obstrucción vial o peatonal y si no implica riesgos, según estipula el Reglamento de Comercio para el Municipio de Tlaquepaque, en el Capítulo VII Comercio en la Vía Pública.

“Tenemos muy buena comunicación con (Secretaría de) Movilidad. En cualquier momento en que Movilidad me hace una observación de algún comerciante que pueda generar un conflicto peatonal o vial, atendemos la corrección”.

En lo que va de la Administración, no se han tenido reportes de percances de vialidad en los que se involucre a los comerciantes que se instalan en Carretera a Chapala. Ayer se observó 50% del número de puestos que tienen permiso, en un recorrido realizado por esta casa editorial.

Esta zona se inspecciona todos los días de la semana,  “para evitar conflictos”  y según Reynaga Cortés ya no se otorgarán más permisos de los 58 que actualmente hay, los cuales fueron heredados de gobiernos anteriores.

Quienes se instalan en esta área gozan de permiso provisional, que, distinto a una licencia, no tiene antigüedad y se paga por los días en que se utilizará el espacio, máximo un mes; y cuando esto termina se refrenda por más días. El precio es de 2.70 pesos por metro cuadrado al día, la cantidad a pagar varía de acuerdo al tiempo y el espacio solicitado.

Tlajomulco autoriza 14 permisos temporales en la carretera

A finales del mes pasado, el Ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga autorizó la instalación temporal de 14 establecimientos de diversos giros sobre la Carretera a Chapala. De acuerdo con la autoridad municipal, consintió la autorización luego de que la Unidad Municipal de Protección Civil diera su visto bueno, y de igual forma la Secretaría de Salud lo hiciera con los establecimientos de venta de comida.

Pero a diferencia de cualquier trámite emprendido con los establecimientos formales, las autorizaciones que concedió el municipio en la Carretera a Chapala no son permanentes; o bien, con vigencia superior al año. Éstas deben renovarse con una regularidad mayor a la normal.

Bonifacio Ramírez Santiago, titular de la Dirección de Padrón y Licencias, expone que se trata de permisos “mensuales, bimestrales o trimestrales, de acuerdo como vaya la conveniencia de venta de la persona que se instala”.

“Muchos” de los 14 establecimientos que permiten operar al margen de la carretera, dice, tienen varios años operando ahí, en el tramo que corresponde a Tlajomulco (desde el Aeropuerto hasta la desviación a Cajititlán, en un tramo de aproximadamente 9.4 kilómetros).

Refiere que también han detectado establecimientos cuyos propietarios se instalan sin contar con el permiso del municipio, lo que ha motivado a diversos operativos de reacción para tratar de controlar el crecimiento de giros informales.

Esto último comenzó a ocurrir en la Zona Valle de Tlajomulco, pues en fechas recientes detectaron un crecimiento sustancial de negocios instalados sobre la Avenida Concepción del Valle. “Ahí se les invitó a retirarse; obviamente Carretera a Chapala no va a ser la excepción. Nada más que tenemos qué hacerlo de una manera ordenada y dejando a alguien de planta de las direcciones a mi cargo, con el fin de estar revisando constantemente para que no se instale nadie”.

Pero, derivado de la “necesidad de la gente”, la reglamentación en ese municipio “muchas veces” se aplica con “sentido común”. A decir del funcionario, esto sucede para no afectar los ingresos de quienes requieren trabajar —aunque sea en la informalidad y en zonas de riesgo— para mantenerse a diario. “Pero hemos tratado que el comerciante no nos rebase y no pase como en otros municipios”.

Tlajomulco sólo permite negocios en la Carretera a Chapala si éstos se ubican a seis metros o más de la vía de enlace, y cobra poco más de siete pesos por metro cuadrado, según la Ley de Ingresos del municipio.

Omar cambió de lugar su puesto de nopales. Antes se ponía donde apenas sus pies libraban el paso de los carros, al filo de la Carretera a Chapala, a la altura del kilómetro 13. Ahora se instala en la misma zona, pero un metro más adentro hacia la banqueta. Él tenía 10 años cuando comenzó a vender nopales con sus papás; en eso se le van los fines de semana desde hace dos años, y fue hace tres meses que los inspectores del Ayuntamiento de El Salto lo movieron de lugar con todo y mercancía.

Su puesto es una caja llena de bolsas transparentes con nopales pelados y cortados en juliana. Hay otros lugares donde Omar vende y sí hay piso de concreto; ahí los inspectores del Ayuntamiento cobran más porque el espacio tiene mejor calidad y porque dicen que barren.

Aunque el comerciante se asegura de dejar limpio su espacio, de todas formas paga a los inspectores; pero no todos le piden y lo más que ha dado son cinco pesos para que le dejen trabajar el día. “Sepa porque a mí a veces no me piden”. Él generalmente está solo durante la jornada, su mamá y su papá rondan otros puntos de la zona para vender también nopales, es negocio de familia.

Ni Omar ni sus padres pagan la cuota de los comercios para instalarse en la vía pública porque no tienen permiso. Lo que pagan a los inspectores es una tarifa fuera de regla, para que les dejen trabajar en la zona. Y así como el niño y sus padres, en las banquetas colindantes hay decenas de puestos que aprovechan la concurrencia del tianguis de los domingos, para instalarse alrededor, sin formar parte de éste.

Las ventas al filo de la carretera o un metro adentro de la banqueta no varían mucho. Aunque nunca le pasó nada cerca de los coches, él se movió porque los inspectores le dijeron, al fin, la gananacia es igual de inestable. Hay días que Omar sí alcanza terminar la mercancía, hasta las 2:00 de la tarde que trabaja en el puesto, y hay días que no. Después de ahí se va a su pueblo, San Esteban, en Zapopan, a cortar nopales hasta que cae la noche.

CRÓNICA
Cinco pesos por la tranquilidad laboral de un niño


Omar cambió de lugar su puesto de nopales. Antes se ponía donde apenas sus pies libraban el paso de los carros, al filo de la Carretera a Chapala, a la altura del kilómetro 13. Ahora se instala en la misma zona, pero un metro más adentro hacia la banqueta. Él tenía 10 años cuando comenzó a vender nopales con sus papás; en eso se le van los fines de semana desde hace dos años, y fue hace tres meses que los inspectores del Ayuntamiento de El Salto lo movieron de lugar con todo y mercancía.

Su puesto es una caja llena de bolsas transparentes con nopales pelados y cortados en juliana. Hay otros lugares donde Omar vende y sí hay piso de concreto; ahí los inspectores del Ayuntamiento cobran más porque el espacio tiene mejor calidad y porque dicen que barren.

Aunque el comerciante se asegura de dejar limpio su espacio, de todas formas paga a los inspectores; pero no todos le piden y lo más que ha dado son cinco pesos para que le dejen trabajar el día. “Sepa porque a mí a veces no me piden”. Él generalmente está solo durante la jornada, su mamá y su papá rondan otros puntos de la zona para vender también nopales, es negocio de familia.

Ni Omar ni sus padres pagan la cuota de los comercios para instalarse en la vía pública porque no tienen permiso. Lo que pagan a los inspectores es una tarifa fuera de regla, para que les dejen trabajar en la zona. Y así como el niño y sus padres, en las banquetas colindantes hay decenas de puestos que aprovechan la concurrencia del tianguis de los domingos, para instalarse alrededor, sin formar parte de éste.

Las ventas al filo de la carretera o un metro adentro de la banqueta no varían mucho. Aunque nunca le pasó nada cerca de los coches, él se movió porque los inspectores le dijeron, al fin, la gananacia es igual de inestable. Hay días que Omar sí alcanza terminar la mercancía, hasta las 2:00 de la tarde que trabaja en el puesto, y hay días que no. Después de ahí se va a su pueblo, San Esteban, en Zapopan, a cortar nopales hasta que cae la noche.

SABER MÁS
Reglamentos carreteros


En el Reglamento de Tránsito en Carreteras y Puentes de Jurisdicción Federal no se indica que esté prohibida la instalación de puestos ambulantes.

La zona donde se encuentran instalados decenas de puestos “entre la orilla de la superficie de rodamiento y la de la corona de una carretera federal” está destinada para la parada o el estacionamiento eventual de los vehículos.

La Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal refiere en el artículo 28 que se requiere permiso previo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para la “instalación de  cualquiera otra obra subterránea, superficial o aérea, en las vías generales de comunicación que pudieran entorpecer el buen funcionamiento de los caminos federales”.

Quien invada las vías de comunicación, dice el mismo instrumento legal, “estará obligado a demoler la obra ejecutada en la parte de la vía invadida y del derecho de vía delimitado y a realizar las reparaciones que la misma requiera”.

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