Circula más droga en Ribera de Chapala

CHAPALA, JALISCO (27/MAY/2012).- Los delitos relacionados con la presencia de grupos dedicados al crimen organizado y el narcotráfico en municipios de la Ribera de Chapala son, quizá, el eslabón final de la cadena. La problemática es previa, porque según las estadísticas del Centro Nueva Vida de Ocotlán, perteneciente a la región sanitaria 4 La Barca y dependiente del Consejo Estatal contra las Adicciones Jalisco (CECAJ), en Chapala y Jocotepec se registra un aumento de 10% en el consumo de drogas, y los principales afectados son menores de edad.

El coordinador del centro, Jorge Jiménez Aguilar, ubica el origen del fenómeno en la falta de responsabilidad y protección social a poblaciones más vulnerables, principalmente adolescentes.

En este sentido, Ramón López Ramos, responsable del Programa del Plan Municipal en Contra de las Drogas del CECAJ, detalla que Jocotepec y Chapala —ambos en la región sanitaria 4 La Barca— destacan por los altos índices de consumo de drogas legales como alcohol y tabaco, “y el notable incremento en marihuana, cocaína e inhalantes”.

Añade que en Jalisco la edad promedio para un consumidor inicial son 12 años, cuando la media nacional es de 16 años. La situación, afirma, delata la insuficiente regulación de venta y acceso a las drogas, principalmente alcohol y tabaco, considerados introductorios a las sustancias ilegales.

Jorge Jiménez Aguilar subraya que el fenómeno en Chapala y Jocotepec se origina del hecho de que “muchas familias aún mandan a sus hijos a comprar cigarros y cerveza a la tienda, y el comerciante les vende”. Una de las principales características que se presenta en zonas regulares de consumo y adicción apunta al ambiente en el que viven sus habitantes: “Los jóvenes se están integrando a una sociedad donde constantemente hay fiestas civiles o en la familia ya hay un consumo estable y permanente en los adultos (…), ellos se integran a este tipo de actividades y empieza a ser ‘normal’ el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco, que son dos drogas de inicio; son la puerta de entrada y con facilidad saltan al consumo de otro tipo de drogas”.

Considera que el incremento en el consumo y distribución de droga originan el ambiente de violencia y delincuencia, y contribuyen a problemas como desintegración familiar, aislamiento y delitos como el robo, ya que “el núcleo familiar no colabora en el combate al consumo y la adicción”.