Celdas disponibles en el CURVA de la Curva

ZAPOPAN, JALISCO (15/OCT/2013).- Hay celdas disponibles y listas dentro del edificio estrenado hace unos meses por la Policía de Zapopan, para todas aquellas personas que sobrepasen su nivel de alcohol en la sangre y conduzcan un vehículo; cuando el 15 de noviembre se activen los alcoholímetros en las calles de la ciudad.  

Dentro de las instalaciones en Avenida Laureles y doctor Luis Farah, área conocida como "La Curva" estará el Centro Urbano de Retención Vial por Alcoholimetría (CURVA), mismo que compartirá espacios con el Centro de Inteligencia; las celdas están en el sótano.

La zona se extiende por la Avenida Juan Pablo II, desde la calle Santa Lucía, hasta Parres Arias; en medio cruza la avenida Luis Farah. El lugar está rodeado por construcciones incipientes, como las nuevas edificaciones de la Cruz Verde y de la Unidad Municipal de Protección Civil y Bomberos, las cuales aún no están en funcionamiento.

Negocios de copias y de renta de computadoras con internet que ofrecen el servicio a personas que acuden a obtener su carta de policía, son los que dominan en los alrededores. También se ven pequeños lugares de venta de comida y abarrotes.

En las calles que parten de "La Curva" hay varias zonas habitacionales, de hecho, varios de los negocios son de los vecinos del lugar.

Comerciantes celebran el CURVA, vecinos reprueban que esté en "La Curva"

Rubén Darío Herrera tiene un comercio de tacos y tortas de pastor, birria y barbacoa, que hierven y se asan en un pequeño comal. Su negocio se encuentra sobre la calle Santa Lucía, a algunos metros del CURVA.

Por esta razón celebra que el Gobierno del Estado haya decidido instalarlo ahí, "mínimo 50 más personas más trabajarán ahí (...) Los borrachos vendrán por su lonche de birria bien picoso".

Rubén aprueba la instalación del Centro, es más, desearía que hubiera uno en cada colonia "para que los metieran a todos los que manejan borrachos. Cada loco te echa el carro encima, y a mí se me hace un escarmiento que los metan ahí. Te quedas impotente cuando te chocan, porque se van con todo y carro".

Cerca del comal están varias mesas donde sus clientes cooperan a la conversación, uno de ellos es Trinidad Velázquez, quien ve con pesimismo la entrada en funciones del CURVA: "Con un billete se los quitan de encima. Cada ley es para perjudicar al pueblo, para robarles".

Otra opinión que se opone al CURVA en La Curva, es Ana Arriaga, vecina de la zona y encargada de un negocio de copias y productos de papelería. Cuando se les señala que en el edificio que tienen enfrente caerán todos los conductores ebrios suelta una risa que alcanza a escucharse en la banqueta contraria.

"Nosotros atendemos a arquitectos e ingenieros, para qué queremos borrachos, imagínate la robadera". Lamenta que al final "los políticos siempre hacen lo que quieren".

Por su parte, Carlos Muñoz atiende una tienda de abarrotes sobre la Avenida Luis Farah. "A mí si hay mucha gente por aquí me conviene. A lo mejor a muchos no les gustará el ruido de las patrullas, pero eso (el CURVA) ya está hecho".

Carlos tiene su casa dentro de la tienda, pero no le importa que la entrada y salida de los automovilistas detenidos sea en frente de su negocio.

Una señora que lo acompaña ve desventajas en la instalación del CURVA. "Cuando agarran a los pandilleros y los sueltan y ellos corren por acá, y a veces piden dinero para su camión y eso no me gusta; cuando uno se niega se ponen agresivos".

Cada uno de los detenidos entrará y saldrá por una rampa oscura, a lo lejos se ven los barrotes de las celdas, que será lo único que verán durante el tiempo que estén encerrados por conducir en estado de ebriedad.


EL INFORMADOR / SAÚL PRIETO