Viernes, 14 de Febrero 2025
Internacional | Funcionarios sobrevuelan la zona del vertido

Washington exige que BP selle fuga de crudo

El Gobierno reclama a petrolera que limpie aguas y playas del Golfo de México; Louisiana considera insuficiente la ayuda federal

Por: EL INFORMADOR

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (25/MAY/2010).- Ante la pérdida de confianza en los votantes por cómo se ha tratado el problema del derrame de petróleo en el Golfo de México, el Gobierno de Estados Unidos advierte a la firma British Petroleum (BP) que “no será hasta que el pozo quede sellado, esta área de océano se limpie y se paguen las compensaciones debidas, que se dará por cerrado este incidente”.

La fuga del carburante comenzó después de que una explosión hundió el 20 de abril la plataforma Deepwater Horizon, matando a 11 trabajadores. Desde entonces, los intentos por tapar el vertido han sido vanos y las costas del Estado de Louisiana son afectadas por la marea negra, así como la flora y la fauna del lugar.

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, formó parte de una delegación oficial que sobrevoló la zona afectada por el derrame, integrada también por el secretario de Interior de Estados Unidos, Ken Salazar, y un grupo de legisladores de ambos partidos.

“Vamos a seguir encima de esto y seguir encima de BP —la empresa responsable del derrame— hasta que se resuelva el problema y se resuelva de la manera correcta”, agregó Napolitano, en momentos en que British Petroleum admite su “frustración” por no poder contener la fuga del pozo Macondo.

Por su parte, Salazar subrayó que “éste, es un desastre de BP, es un desastre horrible y un desastre enorme para el medioambiente”.

Washington, indicó el alto funcionario, seguirá supervisando muy de cerca los esfuerzos de la compañía para cerrar el pozo, limpiar la contaminación creada y pagar las compensaciones debidas.

El secretario del Interior, al frente de una investigación encabezada por la Casa Blanca para determinar las causas del suceso y las medidas a adoptar para impedir que se repita, afirmó que el Gobierno se asegurará de que BP responde “por la vía civil y la vía que sea necesaria”.

No obstante, Salazar no quiso precisar si Washington se plantea presentar cargos penales contra BP.

El Gobierno intenta responder así a las acusaciones de que no ha respondido de manera adecuada al problema.

En la misma rueda de prensa, el gobernador de Louisiana, el republicano Bobby Jindal, denunció que los medios que han recibido para combatir el vertido son aún insuficientes y pidió una acción más rápida del Gobierno federal, en manos demócratas.

“No contamos con todos los recursos que necesitamos”, indicó Jindal, quien pidió “más barreras, más barcos, más personal” para luchar contra la marea negra, que amenaza las marismas costeras, el delicado ecosistema “y nuestro modo de vida”.

Apoyo a gobernadores


Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró a los gobernadores de Louisiana, Misisipi, Alabama y Florida el “sentido de urgencia” ante el desastre ecológico en el Golfo de México, y subrayó, en ese sentido, su “compromiso” con los gobiernos estatales, informó la Casa Blanca.

Obama aseguró a los gobernadores que el Gobierno federal destinará sus mejores recursos científicos para lidiar con el problema y subrayó su “compromiso” de prolongar la estrecha colaboración con los gobiernos estatales y locales, según un comunicado.

Enésimo intento

El director de operaciones de BP, Doug Suttles, pese a las adversidades, expresó su optimismo sobre la posibilidad de que tengan éxito esta semana los intentos de taponar con cemento y arcilla pesada la grieta del pozo de petróleo a mil 500 metros de profundidad, en un proyecto que comenzará a ejecutarse finalmente mañana, un día después de lo previsto inicialmente.

Ese mismo día podrá saberse si la maniobra tuvo éxito, indicó el alto ejecutivo, quien afirmó en la cadena televisiva ABC que si fallara, BP cuenta con planes alternativos.

LAS CIFRAS DE LA ENCUESTA

Desconfianza


53% de los ciudadanos estadounidenses cree que los esfuerzos por detener el derrame de petróleo no tendrán éxito.

76% cree que la compañía British Petroleum ha hecho mal su trabajo por detener la fuga de crudo en el Golfo de México.

51% de los estadounidenses desaprueban cómo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha gestionado la situación.
 
37% cree que los funcionarios federales podrán impedir otros vertidos en el futuro.

Fuente:
CNN

FICHA TÉCNICA


Los efectos del vertido

Fuga de dólares


- La firma inglesa British Petroleum (BP) perdió cerca de 25% de su valor de mercado —casi 50 mil millones de dólares— desde que comenzó el derrame de crudo frente a la Costa de Louisiana hace cinco semanas.

- El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, dijo que unos 113 kilómetros de la Costa de su Estado han sido afectados por la marea negra y renovó su pedido a las autoridades nacionales para que envíen más equipos.

- La BP anunció que destinará 500 millones de dólares para financiar un programa abierto de investigación sobre los efectos en el entorno natural del vertido de petróleo de su plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México.

- La petrolera informó que el costo para contener la fuga de crudo asciende ya 760 millones de dólares. Más de mil 100 embarcaciones, 24 mil hombres y numerosas barreras de contención han sido desplegados en la operación.

FUENTES:
Reuters/El País

La pesadilla del Ixtoc  revive en el Macondo

La lucha de British Petroleum (BP) para controlar la fuga de crudo desde un pozo dañado frente a las costas estadounidenses es muy similar al accidente en 1979 en México, que desencadenó el peor derrame de crudo en la historia.

En ambos casos, gas natural fluía inadvertidamente en el pozo perforado, ocasionando una explosión. En los dos episodios, una pieza clave del sistema de seguridad —las válvulas de prevención de explosiones— fallaron.

También, en ambos casos, las compañías operadoras del pozo batallaron para contener rápidamente la fuga de crudo hacia las aguas del Golfo de México.

Las acciones de BP se han visto golpeadas a lo largo del mes desde la explosión de su pozo Macondo, que puso en peligro el turismo, la pesca y la vida silvestre en la Costa estadounidense del Golfo, y dejando en manos de la petrolera británica una multimillonaria factura por los daños.

Mientras el yacimiento mexicano Ixtoc se encontraba sólo a unos 50 metros de profundidad, Macondo se ubica en la aplastante profundidad de mil 524 metros, obligando a la compañía a usar robots submarinos.

Expertos han advertido que el derrame podría no ser controlado antes de que se completen los pozos de alivio, lo que sucedería dentro de unos dos meses, momento para el cual el derrame podría ser más grande que el del Exxon Valdez, que vertió 257 mil barriles de crudo (40 millones 863 mil litros).

Pero de ser así, no superaría el desastre causado por el derrame en Ixtoc, que duró 297 días, arrojando casi tres millones de barriles de crudo (447 millones de litros) en las aguas del Sur de Golfo de México, según la petrolera estatal mexicana Pemex.
Y la experiencia de la compañía mexicana demuestra que los pozos de alivio no son una solución mágica.

Ixtoc, en aguas de la Costa del Estado de Campeche, siguió derramando crudo por más de tres meses luego de que Pemex terminara la instalación de su primer pozo de alivio.

Lecciones “desconocidas”

Pemex nunca reveló la causa exacta del accidente, y en 2007, Jan Erik Vinnem, un especialista de riesgo costa fuera de la universidad de Stavanger, en Noruega, escribió que las lecciones por ese accidente eran “desconocidas”.

Pemex inyectó cemento y agua salada al Ixtoc durante meses antes de finalmente controlarlo y sellarlo.

La lucha de Pemex para encontrar otras soluciones, mientras se perforaban los pozos de alivio, puede resultar familiar a aquellos que han seguido los esfuerzos de BP para contener el derrame en Macondo.

En México, buzos quisieron sin éxito activar manualmente la válvula de prevención de explosiones, y a lo largo de los meses siguientes Pemex intentó una gama de soluciones, incluyendo un plan para colocar esferas de metal en el pozo para cortar el flujo de crudo y poner una estructura sobre la fuga para recolectar el petróleo.

BP está intentando planes similares, pero la profundidad complica todos sus esfuerzos.
Los robots usados por BP no han conseguido activar las válvulas de emergencia, y la empresa abandonó su intento de cubrir la fuga con una campana metálica tras la acumulación de hidratos de gas natural en el dispositivo.

Los ejecutivos inclusive evaluaron la posibilidad de inyectar pelotas de golf, pedazos de neumáticos y otros desperdicios en el pozo para tratar de contener la fuga.

La empresa ahora intentará esta semana una operación denominada “top kill”, que implica la inyección forzada de fluidos pesados de perforación dentro del pozo, pero BP sólo le da al procedimiento entre 60 y 70% de posibilidades de éxito.

BP se ha comprometido a pagar todas las demandas de compensación legítimas, lo que probablemente eleve el costo del desastre a miles de millones de dólares.

Pemex gastó más de 100 millones de dólares en contener y limpiar el derrame, pero se libró de la mayoría de las demandas de compensación argumentando inmunidad soberana contra las cortes estadounidenses.

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