Reforma laboral española saldrá por decreto

MADRID, ESPAÑA (11/JUN/2010).- La reforma laboral saldrá adelante sin acuerdo.

Tras casi 11 horas de intensa reunión, el Gobierno, la patronal y los sindicatos concluyeron las negociaciones para pactar los cambios en el mercado de trabajo. Pese a que la duración del encuentro hacía presagiar que el acuerdo estaba más próximo que hace unos días, las diferencias en los planteamientos, especialmente en lo referente al despido, frustraron las expectativas.

Fuentes del Ministerio de Trabajo constataron que “no ha habido margen para el acuerdo” entre las tres partes tras que este departamento pusiese sobre la mesa su última propuesta.

Según el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, las causas para poder hacer un despido procedente y la cuantía de las indemnizaciones son las cuestiones principales por las que acabaron sin acuerdo.

A partir de ahora, el Ejecutivo se reunirá por separado con las partes para entregarles el texto del decreto que prevé aprobar la próxima semana. Según confirma la vicepresidenta el Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, el nuevo encuentro, ya bilateral, será hoy.

“Lamentablemente, tengo que decir que los sindicatos no quieren ver la realidad y no sé por qué no la quieren ver, pero realmente se deberían de preocupar, incluso tanto o más que nosotros, de que esa cifra de paro que tenemos ahora, cercana a los cinco millones de parados (desempleados), no vuelva a suceder nunca más en España.

Desgraciadamente no lo comprenden, o no lo quieren entender, pero no hay manera de que se den cuenta de esa necesidad de reforma laboral profunda”.

La suerte está echada

El Gobierno está cada vez más convencido de que tendrá que decretar su reforma laboral el próximo 16 de junio.

Tras cuatro meses oficiales de negociación con patrones y sindicatos, el proceso aparece más enquistado que nunca.

Consciente de que el tiempo apremia, el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene preparado un documento de reforma laboral que pretende generalizar el contrato indefinido con despido más barato (33 días por año trabajado, en vez de los 40 actuales) a cambio de endurecer las causas del empleo temporal para limitar su uso.

Esta cuestión es la que más discrepancias genera entre patrones y sindicatos, pues la CEOE pretendía que se relajaran las causas y el procedimiento para acogerse a un despido por causas económicas, que lleva asociada una indemnización de 20 días por año.

Introducir las dos condiciones que pretende el Gobierno supondría en la práctica ese abaratamiento del despido que José Luis Rodríguez Zapatero rechazó durante mucho tiempo y que las nuevas circunstancias le han llevado a reconsiderar.

La reforma laboral es prioritaria para el Gobierno español después de que los organismos internacionales y los mercados en general la reclaman como señal de confianza.

Tras negar en varias ocasiones la crisis económica, el Ejecutivo asume esa necesidad y se dispone a aprobar un texto que agilice el funcionamiento del mercado laboral sin flexibilizarlo del todo.

Bajo la hipótesis de que el documento se publique sin el aval de los agentes sociales, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero intentará combinar medidas reclamadas por los sindicatos con otras del agrado de la patronal.

La presión de las recientes semanas para que los países europeos (y España en particular) aprobaran recortes y reformas estructurales hace más probable que prosperen algunos postulados de los empresarios hasta hace poco descartados.

Una de las consecuencias por la presión sobre España fue el ajuste anunciado el 31 de mayo, que contempla como acción principal la reducción de 5% en los sueldos de 2.6 millones de empleados públicos, así como el congelamiento de las pensiones.

La medida generó malestar y el martes pasado casi dos millones de trabajadores del Gobierno hicieron un paro nacional.

GUÍA

La oposición gana popularidad

¿Cuál es la factura política por la crisis española?
Que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), hoy en el Gobierno, pierde popularidad aceleradamente. Este año, en la encuesta de enero, el PSOE arrancó con una preferencia de 38.5%, mientras que su principal rival, el Partido Popular (PP) obtuvo 43.6%. Para el 7 de febrero, las cifras eran 37.5% para el PSOE y 43.5% para el PP.

Sin embargo, en la encuesta de la cadena española La Sexta, publicada el 31 de mayo, la distancia creció. El Partido Popular llegó a 45.1 % de popularidad, por 37.2 del PSOE que encabeza desde el año 2000 el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

¿Quién se beneficia de la mala actuación del Gobierno español?
El Partido Popular ha capitalizado los desaciertos del PSOE.

Luego del reciente ajuste anunciado por Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy Brey, guía del PP, criticó y votó en contra de esas medidas impopulares, entre ellas la del congelamiento de las pensiones, sector de ocho millones de españoles, en el que el Partido Popular basa gran parte de su fuerza política.