Dilma Rousseff evita temas polémicos

RÍO DE JANEIRO, BRASIL (01/OCT/2010).- A unas horas de las elecciones presidenciales brasileñas, la cuestión del aborto ha puesto en aprietos a Dilma Rousseff, la candidata del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Su cambio de opinión en este tema, del que era una firme defensora, y los casos de corrupción que ha tenido que afrontar en las últimas semanas, amenazan lo que se presumía como una aplastante victoria en la primera vuelta y podrían obligarle a disputar una segunda vuelta.

Hace sólo un año, la candidata del Partido de los Trabajadores era favorable a la despenalización del aborto. “Es una cuestión de salud pública”, afirmó Rousseff a la revista Marie Claire. “Existe una cantidad enorme de mujeres en Brasil que mueren por abortar en circunstancias precarias”.

Sus dos mayores adversarios en las elecciones, el socialdemócrata, José Serra, y la candidata del Partido Verde, Marina Silva, se declararon desde el principio contrarios a la legalización del aborto, debido a la fuerte presión religiosa tanto de la Iglesia Católica, como de las Iglesias evangélicas, que mueven millones de votos. Silva, que es evangélica, se declaró personalmente contra la liberación del aborto por motivos de fe, pero abrió la puerta a un referendo para conocer la opinión de la sociedad. Ambos, Serra y Silva, acusaron el jueves a su rival de haber cambiado de postura por “motivos electorales” y la acusaron de tener dos caras.

Los últimos escándalos de corrupción han hecho perder a Rousseff seis millones de votos en menos de una semana. Aún así, la candidata oficialista ha frenado su caída en los sondeos electorales y mantiene una amplia ventaja sobre sus rivales pero no se descarta que tenga que disputar una segunda vuelta.

Si las elecciones fueran hoy, Rousseff tendría 47% de los votos, mientras que José Serra obtendría 28% y Marina Silva, 14%, según una encuesta de la empresa Datafolha, divulgada ayer por el diario “Folha” de Sao Paulo.

Rousseff necesita más de 50% de los votos para evitar la segunda vuelta. Preocupado con esa posibilidad, algo que llevaría a Rousseff a exponerse a un mes más de campaña, Lula Da Silva, ha decidido ayudarle a recuperar votos con una jugada típica de campaña electoral. Lula pidió a Rousseff que se reuniera con los líderes de todas las confesiones religiosas y que declarara abiertamente que “está en contra del aborto”.

Así lo hizo el miércoles la candidata; insinuó que ella nunca ha estado a favor de la liberación del aborto pero se mostró partidaria de que el Estado no abandone a las mujeres que abortan en situaciones de peligro para sus vidas.

Los obispos católicos, así como la mayoría de los evangélicos, han pedido a sus fieles que no voten a Rousseff por sus posiciones a favor de la interrupción del embarazo. Mientras tanto, Rousseff ha negado categóricamente la frase que se le atribuye y que recorre los foros de internet: “Ni Jesucristo me hace perder estas elecciones”.

“Jamás haría una afirmación semejante”, asegura la candidata. Uno de sus colaborares ha explicado que lo que ella suele decir es que “será Dios quién le dé la victoria”. Una clara llamada al profundo sentido religioso de los brasileños, a pesar de que ella nunca se ha confesado como una mujer religiosa.

El País

La candidata oficialista paró de perder electores y ascendió de 46% a 47% de la  intención de voto, que le garantizaría la victoria en las elecciones

La frase
“Usted que cree en mí y considera bueno mi Gobierno, no tenga duda: vote por Dilma. Igual que a mí, a Dilma le gustan los pobres ”

“Dilma Rousseff es la garantía de que Brasil seguirá cambiando. Votar por Dilma es votar por mí. ”
Luiz Inácio Lula da Silva,
presidente de Brasil.

Brasileños inician periodo de ‘‘reflexión’’ de cara al domingo

SAO PAULO.- La propaganda electoral gratuita en radioemisoras y canales de televisión brasileños con miras a los comicios generales del domingo concluyó, con lo cual los electores iniciarán un período de “reflexión”.

Los electores se vieron “bombardeados” en las últimas semanas por la propaganda en los medios de comunicación de los ocho candidatos presidenciales, los cuales buscan reemplazar a Luiz Inácio Lula da Silva a partir del primero de enero próximo.
De acuerdo con la legislación brasileña, anoche debió suspenderse el llamado a votar por una candidatura en los medios de comunicación, aunque de haber segunda vuelta será autorizada nuevamente a partir del próximo miércoles.

Por si no bastara las preferencias por la Rousseff, Lula pidió a los brasileños que el domingo elijan como su sucesora, al intervenir en el último programa de propaganda electoral gratuita en radio y televisión de la candidata oficialista.

Lula, que ha aparecido tanto o más que la propia Rousseff en la campaña, reforzó el último programa televisado en momentos en que las encuestas indican que, pese a la amplia ventaja de la oficialista, no se puede descartar la posibilidad de una segunda vuelta.

Los dos principales rivales de Rousseff, los opositores José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y Marina Silva, del Partido Verde (PV), también aprovecharon sus últimas intervenciones en radio y televisión para pedir al electorado que les apoyen para forzar una segunda vuelta presidencial, que se realizaría el 31 de octubre.