Veloso aterriza renovado

GUADALAJARA, JALISCO.- Desde las favelas de Río de Janeiro, un parapente trajo a Caetano Veloso y la Banda Cé al Teatro Diana de Guadalajara, donde recogió anoche los aplausos, voces y demostraciones de cariño de poco más de mil 300 personas que fueron testigos de la presentación de Zii e zie (Tíos y tías, en italiano).

Esta última producción viene a dar continuidad a la carrera discográfica del músico bahiano, quien ha grabado 51 álbumes en total. Con un sonido que fusiona la cadencia del bossa nova con la potencia del rock, la presentación de su más reciente disco en la ciudad arrancó los aplausos y alaridos, sobre todo de las chicas que estaban en las primeras filas de la sala.

Desde el principio, Veloso dejó entre ver lo que se traía en manos: una noche a la que pintaría de diferentes matices, canciones tranquilas, algunas otras con reminiscencias al carnaval carioca y otras más con un tono guitarrero.

Sobre el escenario, el músico fundador del Tropicalismo saludó a los asistentes -algunos enfundados en playeras verdeamarelhas- con un “qué bueno es volver a Guadalajara. Ésta es la Banda Cé tocando para Guadalajara”. El público agradeció con una ovación y un fuerte Eu te amo.

Un racimo de 24 temas, fueron los que Caetano Veloso brindó a su público tapatío, el cual estuvo nutrido de algunos visitantes brasileños, quienes no se podían perder la visita de su compatriota.

En un momento especial de la noche, el cantautor presentó Maria Bethânia, un tema que compuso durante su exilio en Londres, que “fue una especie de carta a mi hermana” y que desde que empezó su gira en Río de Janeiro la ha dedicado a Augusto Boal, el “hombre del teatro brasileño”, de quien es famosa la cita: “El teatro es peligroso porque humaniza”.

A cor amarela, Volver, Menina da ria, Falso leblon, Irene, Lobao tem razâo, Aquele frevo axé, fueron solamente algunos de los temas que Veloso presentó en un repertorio de poco más de hora y media de duración, despidiéndose con Força estranha.