Una alfombra para pisar las reglas

GUADALAJARA, JALISCO (11/FEB/2013).- Los organizadores habían solicitado a las estrellas que fueran la entrega de los premios Grammy 2013 una sola cosa: nada de atuendos provocativos. Y las luminarias respondieron como saben: desobedeciendo.

El domingo por la tarde se celebró la alfombra roja de los Grammy, donde se marcó lo que será la tendencia de la temporada entre las figuras del espectáculo para este tipo de acontecimientos. Para ellas, vestidos entallados que exploten la figura y las curvas, sin demasiada atención a los accesorios, apostando por un maquillaje suave. Para ellos, el color negro como principal componente, y privilegiando la sobriedad sobre la espectacularidad.

La alfombra roja montada en la entrada del Staples Center de Los Ángeles tuvo su primer sobresalto con la llegada de Katy Perry. El vestido, en color verde menta, tenía como principal accesorio un pronunciado escote, peinado alto y maquillaje suave. La cantante afirma que se inspiró en Priscila Presley y en la moda setentera para su look.

Otra que se robó la atención de los fotógrafos fue Rihanna. La nativa de Barbados llegó con un espectacular vestido en color rojo, un tono que también eligió Adele, la reina de la edición pasada de los Grammy.

Si hubo una cantante que no recibió la solicitud de “vestirse recatada” fue Jennifer López, con un vestido en color negro que dejaba descubierto por completo su hombro izquierdo y su pierna derecha. “No dijeron que no se podían enseñar las piernas”, aseguró sonriente la neoyorquina de ascendencia boricua, quien llevaba el cabello recogido.

Por el lado juvenil, Taylor Swift apostó por el color blanco en su vestido, cuyo diseño recordaba vagamente una túnica romana. Al igual que J.Lo, Swift eligió llevar su cabellera rubia recogida

La única figura de peso que no optó por un vestido fue Beyoncé. La esposa de Jay Z llegó con unos pantalones en color negros y una blusa en albinegra holgada, maquillaje suave y labios en color rojo intenso, dejando de lado la imagen sexy que desplegó hace apenas una semana en el Super-Bowl.

Ellos, con sobriedad total

El color negro se impuso ampliamente entre el sexo masculino. Trajes, corbatas, pantalones, zapatos y moños en ese todo fueron la constante en esta edición. Y es que más que el color, parece que la norma en la industria musical es no complicarse demasiado con el look, dejando que sea el talento (y no la ropa) la noticia al día siguiente.

Los ejemplos de que el negro manda entre los hombres de la industria sonora fueron varios: Adam Levine, vocalista de Maroon 5, llegó vestido todo oscuro, logrando arrancar los suspiros de sus fanáticas a su paso por la alfombra. El mismo caso fue el de Dave Grohl, el líder de los Foo Fighters, quien lució en extremo elegante, dejando en casa su tradicional imagen de roquero. En ambos casos fue notoria la ausencia de accesorios que le dieran variedad a su ropa. Lo mismo se puede decir de Keith Urban, el esposo de Nicole Kidman (aunque ella eligió el color dorado).

Pero no todos los artistas masculinos optaron por la rigurosa etiqueta. Los multinominados de la noche, FUN. rompieron el monopolio cromático al llegar vestidos en todos los tonos grises posibles, y con cortes de cabello estrafalarios.

Otros que llegaron vestidos “como les dio la gana” fueron los integrantes del grupo británico de rock-folk Mumford & Sons, cuya ropa caminó en la estrecha línea entre lo casual y lo fachoso.