Lunes, 13 de Octubre 2025
Entretenimiento | Alientos: aires y maderas que dan color al sonido

SERIE MAYO: Las secciones de la orquesta

El funcionamiento de estos instrumentos radica en el hecho de que el sonido producido por la vibración del aire que se encuentra dentro de un tubo, tendrá una altura relacionada directamente con la longitud del mismo.

Por: EL INFORMADOR

Por: Eduardo Escoto

En el recorrido por las secciones que forman cualquier orquesta filarmónica, llega el momento de ocuparse de la sección de alientos, maderas o viento-madera, como es conocida, y en la que se agrupan los instrumentos cuyo sonido es producido por la vibración de la columna de aire que contienen en su interior. Quedan fuera de esta familia aquellos instrumentos también de aliento pero cuyo sonido es producido por la vibración de los labios al contacto con una boquilla en forma de taza, los cuales quedan agrupados en la sección de los metales, que será explicada posteriormente.

Los instrumentos del grupo de alientos se construían en un principio exclusivamente de madera, lo cual explica que se siga empleando tal nomenclatura para esta sección, aunque hoy en día se empleen frecuentemente otros materiales.

La sección está formada principalmente por flautas, oboes, clarinetes y fagotes, siendo frecuente el empleo de otros instrumentos destinados a ampliar el rango de los ya mencionados, así como a enriquecer tímbricamente al conjunto, entre los que se encuentran el flautín ó piccolo, el corno inglés, el clarinete bajo y el contrafagot.

El funcionamiento de estos instrumentos radica en el hecho de que el sonido producido por la vibración del aire que se encuentra dentro de un tubo, tendrá una altura relacionada directamente con la longitud del mismo, así que al igual que si se tratara de una cuerda en vibración tensada entre dos puntos, su afinación cambiará si se modifica su extensión. Por ejemplo, una nota Do producida por un tubo de cuatro pies de longitud se convertirá en un Do una octava más agudo si el tubo es recortado a dos pies; o, por el contrario, sonará una octava más grave si esta medida se duplica.

Imaginemos entonces un primitivo tubo de madera en forma de flauta con seis agujeros distribuidos en su mitad derecha, el cual es sostenido de forma horizontal y teniendo su extremo izquierdo sellado, cerca del que hay un agujero por donde se sopla para introducir aire. Si los seis agujeros se encuentran tapados con las yemas de los dedos, al hacer vibrar la columna de aire en toda su longitud, el tubo emitirá su sonido fundamental, pero conforme vayamos levantando los dedos partiendo del extremo abierto, la extensión sonora del tubo disminuirá casi como si éste estuviese cortado en ese punto y con ello cambiará la altura del sonido obtenido.

Si los agujeros se espacian de acuerdo a los intervalos de la escala se podrán obtener sonidos musicalmente útiles.

Éste es, en esencia, el origen de los instrumentos de esta familia.

• Los instrumentos de aliento tienen características sonoras mucho más individuales que las cuerdas y, a su vez, cada instrumento presenta variaciones especiales en su propio color, textura y potencia dependiendo del registro en que sean utilizados.
• Un breve acercamiento a los principales instrumentos de esta sección permitirá entenderla mejor en su conjunto.

Flauta: Este instrumento está construido hoy en día de metal, que puede ser plata, oro o platino. Al abandonarse su construcción en madera se ganó en brillantez, agilidad y potencia, aunque se perdió la dulzura y calidez de sus predecesoras. Tiene una longitud de 67 centímetros aproximadamente. Su embocadura es el bisel de un agujero oval practicado sobre su cuerpo contra el que los labios dirigen una columna de aire. Las diferentes notas se obtienen mediante el manejo de sus múltiples llaves que destapan los agujeros que se encuentran a lo largo del tubo, al igual que en el resto de los instrumentos de esta sección.

Sus notas graves tienen un carácter aterciopelado y, según se tocan notas más agudas, su sonido se va volviendo más sereno, brillante y claro.

Es el más ágil de los instrumentos de aliento. Se ejecutan en ella todo tipo de escalas rápidas, arpegios, trinos, trémolos y pasajes de gran bravura. Es capaz también de efectuar enormes saltos entre notas de alturas distantes.

Al emplearse por duplicado en la orquesta, las flautas pueden alternar pasajes, tocar al unísono o si la obra lo requiere, acompañarse y formar diversos entramados. Existen autores que llegan a usar hasta tres de ellas.

Como instrumento auxiliar de la flauta se emplea el flautín, que es de hecho el más agudo de los instrumentos de la orquesta

Oboe: Es un tubo cónico que mide en total unos 65 centímetros. Está construido habitualmente de madera, aunque también se encuentran de ebonita. Su rango es parecido al de la flauta.

El oboe se hace sonar mediante dos delgadas lengüetas de caña que están juntas y se fijan a un pequeño tubo en la parte superior del instrumento. Esta doble lengüeta se sostiene suavemente entre los labios evitando cerrar la pequeña abertura que queda entre las dos láminas. Al pasar el aire se produce en ellas una vibración, que es transmitida a la columna de aire del instrumento.

El sonido del oboe ha sido descrito como nasal, penetrante y ronco, cualidades que le distinguen por completo de la flauta. Su capacidad expresiva es muy grande, por lo cual, es un instrumento muy utilizado para solos. En los registros graves es donde estas características se acentúan; conforme aumenta su altura, su sonido se vuelve más y más tenue hasta llegar a perder calidez, aunque sus agudos son muy útiles para dar brillo a la sección de alientos y a las cuerdas más agudas.

Los instrumentos complementarios del oboe en la orquesta son el corno inglés, el oboe de amor y el heckelfono, entre otros.

Clarinete: Está formado por un tubo cilíndrico construido de madera, ebonita o metal y su boquilla es de lengüeta sencilla.

Su rango es bastante amplio, así como los colores que caracterizan a sus diferentes registros. En el más grave de ellos se produce un sonido oscuro y dramático y conforme se pasa a los registros más agudos se va ganando en sonoridad, expresividad y brillo, hasta volverse débil en sus notas extremas. El clarinete posee un amplio rango dinámico, pudiendo ejecutar pasajes de gran suavidad. Es semejante a la flauta en cuanto a su agilidad y fluidez.

Las funciones melódicas que le son conferidas se alternan con sus numerosas posibilidades armónicas. Su discreto sonido le vuelve ideal para duplicar y acompañar a cualquier instrumento y son empleados de tal forma que llenan de vida a la orquesta en su conjunto.

Para complementar el ámbito del clarinete se utiliza el clarinete bajo, que puede sonar hasta una octava mas abajo, aportando una gran riqueza a los registros graves.

Fagot: Este instrumento posee una columna de aire de casi 2.80 metros. El tubo que lo conforma está doblado en forma de “u”, por lo que la altura total del instrumento queda alrededor del metro con 56 centímetros. Se fabrica generalmente de madera de arce y se toca mediante una doble lengüeta que se ajusta a una embocadura de metal elegantemente curvada que termina en el extremos superior del fagot.

Su rango sonoro es grave, parecido al del violonchelo. Tiene un timbre uniforme en todos sus registros y su calidad y entrega sonora le confieren una apreciada individualidad. su digitación suele ofrecer varias dificultades.

Además de desempeñarse como el bajo natural de la sección de maderas, los fagotes regularmente refuerzan el sonido del contrabajo y del cello, aportando fuerza y claridad a las figuras rítmicas ejecutadas por éstos; otras veces refuerzan las líneas melódicas internas de la escritura orquestal, combinándose muy bien con otros alientos en todo tipo de acompañamientos.

Como instrumento complementario del fagot se emplea el contrafagot, capaz de sonar una octava por debajo de éste y que se ha ganado ya un lugar habitual en la orquesta gracias a su profundidad y plenitud.

La sección de alientos se encuentra ubicada en el centro de la orquesta, frente al director y detrás de las cuerdas, dividiéndose en dos líneas -en la primera se ubican las flautas y los oboes, mientras que atrás están los clarinetes y los fagotes-. Desde ahí se conjuntan con el resto de la orquesta, enriqueciéndola con sus timbres variados, expresivos y únicos.

Tapatío

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