SALUD, Tabaquismo: fumar o no fumar

Este es el dilema que tienen hoy en día los fumadores, muchos de los cuales son conscientes del daño que el cigarro ocasiona en su organismo y otros más que ignoran el desgaste biológico al que se someten con cada inhalación.

Fumadores hay, y muchos, pero cada vez son menos los que continúan con el hábito. Es importante para el sector salud que las personas tomen conciencia de los riesgos del tabaquismo, poniendo especial atención aquellos que tienen alguna de las enfermedades cardiometabólicas de las que hemos hablado en números anteriores: obesidad, diabetes, problemas vasculares e hipertensión, pues son personas mucho más susceptibles a los daños ocasionados por el tabaquismo y quienes con cada cigarro podrían estar jugándose la vida.

El tema está en boga debido a la nueva ley y a las disposiciones federales para el consumo de tabaco en lugares públicos, por lo que cada día es más importante comunicar los riesgos y consecuencias que trae el tabaquismo a la salud.

La enfermedad del fumador es un asunto importante para la salud pública, debido especialmente a las alarmantes cifras de muertes y padecimientos crónico degenerativos, que se reflejan en elevados costos de atención médica para las instituciones públicas.

La doctora Guadalupe Ponciano, coordinadora de la Clínica Contra el Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la UNAM y del CITTA (Centro Integral de Tratamiento del Tabaquismo y Otras Adicciones), expone los riesgos y las enfermedades que se asocian al tabaquismo.

La composición del humo de tabaco

Del humo producido por un cigarro encendido se desprenden alrededor de cuatro mil 500 sustancias químicas. Muchas de éstas tienen un impacto directo sobre la salud, y alrededor de 70 son las que causan cáncer en el humano.
Cuando entran en el cuerpo, tanto del fumador como del fumador pasivo, van a actuar o a interactuar con algunos órganos en los que se va a producir el deterioro.

Enfermedades ligadas al tabaquismo

La serie de consecuencias que trae en la vida el consumo habitual del cigarro son muchas, comenzando con las cardiopatías. De la mano aparece el daño vascular y respiratorio, después se anexa a la lista el cáncer en diferentes tipos: “El daño vascular se da primero porque la nicotina tiene un impacto importante en el corazón, ya que éste cuenta con receptores para la nicotina, la cual va a hacer que se incremente el número de latidos por minuto. Además, va a provocar un aumento de adrenalina, la cual también tiene un efecto directo en el músculo cardiaco y causa taquicardia.

La nicotina produce directamente adrenalina y además actúa en el corazón; también aumenta la presión arterial, sumándose un dato más al factor de riesgo cardiovascular”.
Otra de las cualidades negativas que trae consigo la nicotina es la de incrementar los niveles de colesterol. A través de la alteración que se da en el organismo del fumador, se incrementa la concentración del colesterol circulante.

El humo de cigarro logra una alteración del sistema sanguíneo y glandular. Con ello, incrementa las lipoproteinas de baja densidad (colesterol malo) y son éstas las que se depositan en las paredes de las arterias causando un daño importante. Al mismo tiempo que se genera mayor cantidad de colesterol malo, se disminuye el colesterol bueno.

Y por si esto no fuese suficiente, el fumador tiene mayores posibilidades de lucir viejo a una corta edad, tal como añade la doctora Ponciano: “La nicotina incrementa la producción de radicales libres, que son los encargados de acelerar el envejecimiento”.

El tabaco también genera monóxido de carbono, uno de los compuestos tóxicos más dañinos para el corazón, porque con éste se forma la carboxihemoglobina, que se encuentra en el organismo pero no lleva oxígeno a los órganos vitales (corazón, cerebro). También los músculos comienzan a recibir menor cantidad de oxígeno del que necesita y eso provoca daño a veces irreparable.

Las vías respiratorias

Éste es uno de los sistemas que sufre mayor deterioro con el consumo de tabaco: “Es la puerta de entrada de todas estas sustancias horribles que acabamos de mencionar, entonces el pulmón y el aparato respiratorio se transforma en un órgano blanco. Éste responde primero con bronquitis que es una inflamación de los bronquios que produce mayor cantidad de flemas. Si ésta continúa se presentan una serie de alteraciones, dando paso a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que es el enfisema”.

El problema es que cuando se llega al enfisema ya se habla de destrucción en el tejido alveolar. Uno de los primeros síntomas es la disnea (falta de aire). “Por eso muchas personas que ya están diagnosticadas con enfisema tienen que utilizar oxígeno para poder, de alguna manera, reponer al organismo o darle el oxigeno que necesita”.

El tabaquismo como enfermedad y el fumador un enfermo que puede curarse: ésa es la meta. Actualmente ya exiten tratamientos enfocados al tabaquismo como enfermedad. La doctora Ponciano y sus compañeros ponen especial atención en el desarrollo de modelos y programas que les permitan ayudar al fumador en su misión de dejar de fumar y, por lo tanto, a liberarse de todos estos riesgos.

Dejar de fumar

Así como cuando hay dolor en una muela y se visita al dentista, para dejar de fumar es recomendable acudir al médico para realizar una evaluación general. El tabaquismo es una enfermedad y como tal hay que darle importancia, lo primero es tomar la decisión de curarse y dejar de fumar. El médico será el indicado para recomendar un tratamiento que le permita al paciente tener éxito en su intento.

No todos los fumadores tienen las mismas características y por lo tanto no tienen las mismas necesidades. El médico tomará en consideración la necesidad física del fumador, así como la dependencia psicológica, “porque si yo sigo pensando que necesito el cigarro con toda mi alma, pues aunque me den el mejor medicamento del mundo, si no se cambia esa idea, resulta casi imposible”.

por: karelia alba