Movimiento creativo de Mauricio y Sebastián Lara

GUADALAJARA, JALISCO.- Los hermanos Mauricio y Sebastián Lara viven el diseño como una doctrina casi litúrgica. Se apasionan por el detalle y reflexionan acerca del entorno. Desde que empezaron a trabajar en conjunto en el despacho EOS México -fundado por el mayor de ellos a finales de la década pasada-, a partir del año 2004, han explorado y experimentado en las diversas posibilidades que ofrece esta disciplina (industrial, gráfico, web, multimedia, de interiores) con resultados satisfactorios que han sido reconocidos no solo dentro de Guadalajara. Dan cuenta de ello los innumerables galardones que, individualmente y como dupla, han sumado a su trayectoria hasta el día de hoy.

Su premisa, la clave de la creación, radica en la generación de ideas partiendo de un concepto para así justificar el desarrollo de cualquier pieza. En la metodología creativa interviene también la reflexión como etapa fundamental de este proceso (soluciones a necesidades específicas), pero siempre con un toque característico que distingue a todo aquello que lleve el nombre de los Lara en su factura.

Con este precedente no es difícil comprender que la marca de cerveza danesa Carlsberg los haya buscado para que fueran parte de la estrategia de de mercado que ha concebido para su introducción al público mexicano. La iniciativa, iniciada hace algunos meses, consistió en agrupar dentro de un colectivo a ocho diseñadores mexicanos (Cecilia León de la Barra, Liliana Ovalle, Emiliano Godoy, Héctor Esrawe, Alejandro Castro, Ricardo Casas y los hermanos Lara), seleccionados por nombre y trayectoria, con la finalidad de que éstos produjeran piezas de arte-objeto para su exhibición en distinguidos restaurantes de Guadalajara y la Ciudad de México.

Y es que según Mauricio Lara, la idea de la estrategia es "vincular a la marca con el target al que va dirigido el producto: aquellas personas que gustan del arte y lo refinado".

A los hermanos Lara les fue consignada la empresa de diseñar para tres sitios ubicados en la capital de Jalisco, los restaurantes Calayaya, Barbaresco y La Moresca.

Mauricio cuenta que en los tres casos, el tema fundamental para la concepción de las obras fue el movimiento "para tener un hilo conductor entre ellas. Queríamos que fueran creaciones que llamaran la atención, que sean atractivas para el cliente". Para el restaurante Barbaresco, la energía eólica se conjugó con el concepto del espacio para lograr el Veletario, una escultura "viva" ubicada en la terraza del lugar que cambia y se transforma de acuerdo a la intensidad del viento.

Para el Calayaya, "pensamos en energía hidráulica", explica Lara. "Es una pieza que está inspirada en la rueda de Viturvio; como un molino de agua". La escultura está constituida por una rueda de mármol blanco que flota sobre un plano inclinado impulsada solamente por la fuerza del agua "Se percibe a través de dos sentidos: la vista y el oído, porque al estar girando, con los chorros de agua, produce un sonido particular", dice el creador.

En La Moresca, finalmente, los hermanos Lara tomaron como referencia la "hipotética teoría del movimiento perpetuo (perpetuum mobile)". Con este diseño (una rueda de acrílico colocada sobre un marco de madera con un fondo de espejo), Mauricio Lara advierte que comprobaron la idea de Leonardo Da Vinci de que "ningún instrumento hecho por el hombre podrá producir movimiento perpetuo".

Las tres piezas pueden ser apreciadas en sus respectivos sitios, aunque hasta el momento no ha habido ningún acto oficial para inaugurar su hospedaje. Además de otros proyectos independientes (una nueva publicación con Editorial Arquine para el año entrante), Mauricio y Sebastián Lara continuarán con su participación en el Colectivo Carlsberg, donde habrán de seguir contribuyendo con ideas a futuro. "Podemos, como diseñadores, proponer creaciones inteligentes, divertidas y con mucho carácter", enfatiza Mauricio.