Miguel Mateos enfrenta el reto inédito

GUADALAJARA, JALISCO (08/OCT/2012).- La sonrisa, aunque autentica, lucía cansada. Eran las 23:50 horas del sábado y Miguel Mateos estaba a punto de arrancar su show en el Palenque de las Fiestas de Octubre. El trajín de los últimos días había sido intenso para el músico argentino. Zacatecas, Veracruz y Chihuahua figuraban en su lista de lugares visitados, y Guadalajara sería una de las paradas más difíciles que iba a enfrentar durante su paso por México.

Unos cuantos segundos antes de aparecer en el Palenque, la mirada de Miguel Mateos dejaba entrever algo poco común en él: nervios. De repente, sus más de 30 años sobre el escenario se sentían muy pero muy ligeros. De repente, era un novato otra vez.

Los nervios no eran gratuitos. Eran nervios por enfrentar algo que, hasta el sábado por la noche, era desconocido para el músico: un show de Palenque. “Hay que atreverse a salir al ruedo. En este caso yo soy un gallo. Me interesa participar en esta fiesta popular, que veo como algo importantísimo y me siento horado de que me hayan invitado”, confesó el músico. Nadie le dijo que cuando un gallo salta al escenario del palenque, solo existe un 50 por ciento de posibilidades de que salga con vida. Pero los nervios seguían en su mirada.

“No sé si voy a estar nervioso cuando salte al escenario”, confesaba sin parpadear. La concentración del artista, en ese instante, ya era absoluta. Era una mezcla extraña de emociones para el sudamericano, quien quería comenzar el concierto pero no sabía lo que se iba a encontrar. El reloj marcaba 00:22 horas del domingo. El show daba inicio.

Conquistador

¿Es Miguel Mateos un artista de palenque? Esa era la pregunta que se hacían los vendedores de bebidas y comida previo al arranque del recital. La venta no parecía nada prometedora a minutos del comienzo.

La entrada apenas rebasaba las dos mil personas (para un aforo de más de seis mil). Las preguntas seguían en el ambiente 00:22 horas y las luces se apagan. Y entonces sucede el milagro.

La famosa  frase de “pocos pero ruidosos” toma un sentido muy especial. Las gargantas se encendieron y el cansancio se borró del rostro del argentino. Miguel Mateos desterró los nervios y trajo de vuelta al roquero de leyenda. El que se habla de tú con los otros titanes de ese añejo movimiento llamado Rock en tu idioma.

Los casi 60 años de vida de Mateos se inflaman de adrenalina. El cabello se le alborota como si estuviera de vuelta en la década de los años ochenta. Miguel había advertido que no habría lugar para experimentos. La velada se compondría de éxitos. “Sólo hits”, fue la premisa. Solo hits aparecieron.

De repente las butacas se volvieron inútiles. “Todos de pie, Guadalajara”, ordenó el roquero a las gradas. Y todos los presentes se levantaron. El cantante se movió a sus anchas por el escenario. Arengó al publicó, pidió aplausos y hasta coros.

Pudo ser más gente, quizás, pero los que fueron los disfrutaron al máximo. Mateos también. Al final, la sonrisa, aunque cansada, era auténtica.

Camino a la trascendencia

Previo al espectáculo que ofreció entre el sábado y la madrugada del domingo, el cantante tuvo un encuentro con los medios de comunicación donde abordó diversos temas, desde su futuro profesional hasta el final de la carrera de Vicente Fernández, a quien le deseó la mejor de las suertes.

“Cuando uno decide retirarse -agregó el cantautor argentino- es porque fundamentalmente las canciones ya habitan en el corazón de la gente. Y creo que después de tantos temas, tantos discos, su trabajo va a permanecer en el corazón de todos los latinoamericanos, no solamente de los mexicanos”.

Al preguntarle sobre su futuro profesional, Miguel Mateos dio a conocer que “mi nuevo disco inédito ya está prácticamente escrito. Tengo la intención de entrar al estudio en un par de meses, será un álbum doble de muchas canciones, con una propuesta muy intensa, muy rocanrolera. Se va a llamar La fabulosa historia del rock y el pop”.