Luis Miguel, conformista pero sin adicciones: amigos

CIUDAD DE MÉXICO (28/FEB/2015).- Incluso quienes han sido sus amigos ven en Luis Miguel a un artista envejecido. Pero en contraparte, los críticos aceptan que su voz está en plenitud. No obstante, todos coinciden en que “El Sol” tiene una virtud innegable: una voz plena.

Ninguno de ellos visualiza tampoco un problema de adicciones, el cual sería evidente precisamente al afectar su voz, como explica Arturo Ávila, director de Voice Center México y entrenador vocal de muchos cantantes.

“El Luis Miguel de hoy sin duda es más sereno y más maduro, pero su voz sigue siendo la misma: llega arriba, llega abajo, hace lo que quiere. La voz va a tener un deterioro con el paso de los años, pero entre más utilices ese músculo de manera eficiente te va a durar más”, dice el otorrinolaringólogo.

Luego de que Luis Miguel cancelara un show en Yucatán el 7 de febrero, las críticas arreciaron con versiones de que sufre depresión y adicciones además de su “gordura”.

Héctor Suárez Gomís, que mantuvo una estrecha amistad con el cantante en la juventud, defiende al profesional pero crítica al artista: “Leí que decían que él estaba emborrachándose y drogándose en su hotel, me parecen declaraciones lamentables del empresario, una cosa es que todos en las redes sociales nos burlemos que ya no tiene el cuerpo que tenía cuando a los 20 años y otra que sea un drogadicto y un alcohólico, que no es así”.

Pero con la autoridad de su amistad, también señala sus errores: “A mí lo que me duele, como alguien que lo admira, es que se niegue a evolucionar, que siga cantando lo mismo y que no haya un crecimiento en su música, no puede ser que alguien con esa voz no tenga, no sólo a México y a Latinoamérica, al mundo a sus pies”.

La adicción es un tema que también descarta Arturo Ávila: “El abuso del alcohol, como de cualquier otra sustancia, deteriora tus funciones mentales, alguien pisa el escenario y en la primera canción te das cuenta si viene borracho. En el caso de la cancelación en Yucatán, tal vez fue un tema de salud y no fue un tema de alcohol como todo el mundo cree”.

Lo bueno

La periodista Martha Figueroa dice sólo conocer al Luis Miguel interesante, inteligente, buen conversador. Pero no al “marranote de los memes” porque “Luismi” nunca ha estado de ese tamaño, ni al borracho porque nunca lo ha visto en ese estado.
“No creo que le haga gracia (lo que dicen) porque es un cuate súper perfeccionista, pero es alguien que por más que lo provoquen nunca va a salir a defenderse”, afirmó.

Figueroa, quien escribió una biografía sobre el cantante, asegura que sí le afectan los escándalos a su alrededor ya que necesita se hable bien de él.
En su opinión, no importa el físico sino su voz y lo defiende en las especulaciones de consumo de sustancias. “Se cuida mucho cuando le toca presentarse con el público, el resto del tiempo hace lo que quiere pero cuando tiene chamba se pone en cintura.

“No creo que haya despreciado la increíble cantidad que gana por cada concierto nada más porque tenía flojera. No creo que sea tan estúpido como para tener todo el año libre y el mes que le toca estar en concierto, falle porque quiere o porque se emborracha; es un cuate inteligente y si no lo fuera, no sería Luis Miguel”.

En cuanto a su físico, Figueroa también lo defiende: “Quizá el corte de pelo, que ahora es relamido, lo hace que se vea más cachetón de lo que está; y creo que sí se le pasa el bronceado”.

Con ella coincide el crítico musical Jaime Almeida: “Es un ejemplo de lo que un artista debe hacer para triunfar”, dice al tiempo que minimiza las críticas a su físico. “Creo que puede seguir muchos años más, ahora la ciencia mantiene sobre el escenario a personas de más de 80 años”.

Lo malo

Mantener una actitud hermética y alejada con sus fans, al igual que mantener por años el mismo show, son puntos débiles del cantante, explica Álvaro Gordoa, consultor en imagen pública. “Luis Miguel no ha madurado, Luis Miguel ha envejecido. No hay que malinterpretarlo como algo negativo porque hablo del producto artístico. No está jugando con una regla importante de imagen pública, el dinamismo. Hay que evolucionar junto con las audiencias; no ha sabido ganar adeptos en las nuevas generaciones y se convirtió en cliché tras cliché”, comentó Gordoa.

El experto asegura que la galanura, la simpatía y hasta el ser un poco sinvergüenza le han dado una mala jugada al convertirse en un personaje más infame que famoso. “Se ríen más a costa de Luis Miguel que disfrutarlo”.

El estereotipo.

Su amigo de juventud, Suárez Gomís, lo ha visto así en el escenario: “Todo el concierto se la pasa peleando con los del sonido, en los últimos shows que he ido, pasa lo mismo”. Pero hay también una explicación social para la aversión que algunos sienten contra Luis Miguel. “Le cae mal a la gente porque no tiene nada que ver con el mexicano promedio, de ahí que a mucha gente no le simpatice”, dice el sicólogo Alexis Solís.

“Por un lado es un ícono, un modelo a seguir, es carismático, agradable físicamente, pero al mismo tiempo es un estereotipo que puede provocar la discriminación”, señaló.