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Los Tigres dejan huella

Conscientes de su poder de convocatoria, los músicos aseguran que el éxito se consigue con autenticidad y entrega

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (13/AGO/2010).- Los Tigres del Norte se han ganado el nombre que tienen por dos razones, una más obvia que la otra. El “Norte” en su nombre se justifica porque el grupo se formó en Rosa Morada, Sinaloa, localidad al Norte del país, aunque tienen años avecindados en Estados Unidos, donde su popularidad creció como espuma gracias a la migración de mexicanos.

Lo de “Tigres” podría entenderse que, como buenos depredadores, han encontrado los mecanismos para sobrevivir en el brutal y competitivo mundo de la música regional mexicana. Eso y su capacidad, semejante a la del gran felino, de siempre observar y ser atentos al panorama que los rodea. Son capaces de detectar la oportunidad de crecer y atacar sin piedad cada nicho, de superar a su competencia y quedarse con las “presas” más jugosas.
El grupo sinaloense hace escala en Guadalajara para ofrecer un par de conciertos en el Auditorio Telmex. Y se quedan para participar en la Convención de Monitor Latino que se celebrará la próxima semana.

Cabe destacar que la taquilla recaudada en el concierto será donada para la construcción del Santuario de los Mártires, además de que servirá como el fin de la promoción del material más reciente de la banda, títulado La granja.

Cronistas de un México moderno y cada vez más complejo, Jorge, Hernán, Luis y Eduardo Hernández, junto con Oscar Lara, se suben al escenario para cantarle a todo: Al amor, a la traición, a la violencia, a la tranquilidad, a Dios, al diablo, a los que están y a los que ya se fueron. De paso, revalidan su lugar como los “Jefes de jefes”.

— ¿Cómo creen que se recuerde a los Tigres del Norte?
— Jorge: Como la banda que cantó en los festejos del Bicentenario en Dolores Hidalgo el 16 de septiembre de 2010. Que fuimos un grupo que cantó a las cosas que le ocurrían a la comunidad. En realidad no sé qué dirán de nosotros, porque ya no vamos a estar (risas). Pero es hermoso creer que estamos dejando algo de cara al futuro, a ese Tricentenario. Va a ser como volver desde el otro mundo, ¿no? (risas).

— Con los cambios que ha vivido la industria es difícil hablar de una fórmula del éxito, ¿cómo tendrá que ser el músico del futuro para tener una popularidad similar a la suya?
— Jorge: Hay una regla que nunca va a cambiar: Se tiene que nacer para ser músico. La forma en que serán los artistas estará dominada por cuestiones publicitarias y de marketing. Lo que pasamos nosotros, nuestro proceso, será un recuerdo lejano. El artista de 2110 se hará rápido y podrian nombrarlo así por tener la vocación de hablar y cantar, pero eso no los va a convertir en un “artista” real. Se van a alimentar con tecnología y serán fácilmente desechables. Espero que se preparen, y mucho, para no ser un producto de plástico.

— En el mundo del rock existe una sentencia famosa que dice: “Ya no habrá nadie como The Beatles”. Llevándolo al género de corridos y norteño, ¿ya no habrá nadie como Los Tigres del Norte?
— Jorge: Si los hubiera, ya tendrían rato de haber comenzado, y hasta ahora no hemos visto un grupo estable, que respete una línea, una consistencia más allá de la simple constancia. No digo que no haya un grupo así, pero no se ve a nadie de ese nivel. Con tantos y tantos conjuntos es difícil que un grupo se quede en la mente, que tú digas “ah, este me gusta”. Me gustaría estar equivocado en lo que estoy diciendo y que hubiera muchos compañeros con más éxito que nosotros en todos los términos, arrolladores, para que el público tuviera diferentes opciones. Que venga gente que produzca música positiva sin meterse en problemas, como nosotros. Nosotros por lo pronto seguimos adelante, llevando nuestras canciones cada vez más lejos.

— ¿Se han sorprendido con el hecho de que sus canciones lleguen más lejos de lo esperado y se conviertan en himnos populares?
— Jorge: Es muy curioso. Tenemos canciones que pensamos que  no son populares, ni fueron sencillos, y de repente el público quiere que la interpretes, y nosotros nos rascamos la cabeza y nos preguntamos, “¿por qué la piden?”. El público es difícil de entender, hay que mantener la calma con eso, al igual que los fans con nosotros (risas).

— ¿Con qué canción les pasó eso?
— Hernán: Son varias. Golpes en el corazón, por ejemplo, no se promovió y la gente nos la comenzó a pedir. El tema lo grabamos al final del disco sin querer y la gente fue la que la hizo enorme. Otra canción que al principio ni promovimos fue La puerta negra.

— ¿“La puerta negra” fue un golpe de suerte?
— Hernán: ¡Ni sencillo era! Estábamos enfocados en hacer corridos y de repente la gente la comenzó a pedir. Originalmente era de otro grupo, pero nos dejaron grabarla a nosotros. Sin tener siquiera exposición en la radio se hizo muy popular. Gracias a ella acabamos ganando nuestro primer Grammy en 1988. La puerta negra vino a cambiar la forma en que haciamos música.

EL INFORMADOR/ Juan Francisco González Rodríguez

Los Tigres del Norte / Auditorio Telmex / Hoy: 21:00 horas / Boletos de mil 320 a 220 pesos

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