Llega la hora de Fecha de caducidad

MORELIA, MICHOACÁN (18/OCT/2011).- Diversas obsesiones que surgen en la vida cotidiana dan origen a los personajes que dan forma a la más reciente propuesta cinematográfica de Kenya Márquez: Fecha de caducidad, opera prima que hoy verá la luz en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia.

Tuvieron que pasar 11 años para que la ex directora del Festival Internacional de Cine en Guadalajara comenzara a escribir el guión de Fecha de caducidad.

En ese lapso experimentó todo tipo de dificultades para concretar la obra, en lo que ella denomina como un proceso desgastante al realizar las tareas de dirección y producción.

Entre esas frustraciones, recuerda que incluso se llegó a terminar el dinero para la posproducción, aunque al final tuvo “buena suerte”.

La cineasta comparte que la historia refleja mucho de ella misma. La premisa es el amor materno de Ramona, que se vuelca en una búsqueda obsesiva cuando desaparece Osvaldo, su único hijo.

A través de los puntos de vista de los personajes, el filme, lleno de humor negro, se sitúa en la línea donde la cotidianeidad topa con su revés desequilibrado e irracional.

La producción corrió a cargo de Puerco Rosa Producciones, la Secretaría de Turismo, la Secretaría de Promoción Económica de Jalisco, la Universidad de Guadalajara, el Gobierno municipal de Guadalajara y el Göteborg International Film Festival Fund; además cuenta con un reparto en el que destacan Ana Ofelia Murguía (Ramona), Damián Alcázar (Genaro), Marisol Centeno (Mariana), Martha Aura (Milagros), Eduardo España (Osvaldo) y Jorge Zárate (Forense).

— ¿Cuál es la propuesta del filme?

— Tengo una obsesión y un enojo a partir de cómo la gente percibe a una persona por su apariencia. Lo trabajé en el guión. Son tres personajes que a través de sus puntos de vista juzgan a esos mismos personajes y tienen fatalidades durante la historia. La premisa es el amor obsesivo de una madre, y queda plasmado en Ramona, que lleva la batuta de la historia.

— ¿En qué género se clasifica?

— Es ficción y es humor negro. Mi apuesta es contar algo muy trágico que a diario nos pasa en México, y que de alguna forma nos provoque una sonrisa irónica o nerviosa.

— ¿Cómo fue regresar al “set”?

— Comencé a escribir la película en el año 2000 y pasaron 11 años para que la viera en pantalla. Creo que al 70% de los directores en México nos pasa esto. Se complicó  en el financiamiento, la posproducción, conseguir más dinero para terminarla. Se convierte hasta en un modo de vida.

— ¿Qué tan difícil fue conseguir financiamiento?

— Toda una dificultad, porque cuando estuve al frente del festival paré cinco años de buscar financiamiento y sentí que perdí mucho tiempo. Luego renuncié y pensé que iba a ser muy fácil después de eso pero no, fue muy desgastante. A veces pienso que todo eso sirvió para que me encontrara con políticos sensibles al cine. Tenía muchos años que no los encontraba en Guadalajara. Tuve buena suerte.

— ¿Cuál fue la mayor dificultad en la producción?

— Ser productora y directora es muy desgastante. Es muy frustrante cuando estás a punto de filmar y ves la cosa financiera. Te limitas en muchas cosas porque conoces la realidad de la película, cómo se gasta peso a peso, aunque tienes la ventaja de que tomas la decisión de todo con conciencia sin que te presionen y poder experimentar.

— ¿Qué esperas del Festival de Cine de Morelia?

— Presentarse en Morelia es como cerrar un círculo. Son muchas sensaciones encontradas. Estoy contenta porque terminamos la película como pudimos. Es independiente. Tengo un ansia tremenda de ver cómo reacciona el público y tener ventanas de distribución, que es de lo que padece el cine mexicano, para que la película se vea en mi país, y luego intentar distribuidores internacionales.


''Ser productora y directora es muy desgastante. Te limitas porque conoces la realidad de la película, cómo se gasta peso a peso ''
Kenya Márquez, cineasta.