Lalo España persigue sus sueños

GUADALAJARA, JALISCO.- Hace casi 21 años que Lalo España ingresó a una escuela de actuación. Pensó entonces que su vida transcurriría en los escenarios, su intención era contar historias. Aprender, su objetivo. A la distancia y luego de hacerse de un nombre, su nuevo sueño ahora tiene que ver con el cine y con el teatro, pues en estos momentos, y aunque agradece la proyección ganada, la televisión no es un espacio que considere interesante, y como ejemplo comenta sobre las telenovelas que actualmente se transmiten. “Es tristísimo lo que sucede en la pantalla chica, basta ver las novelas, todas ya son un refrito de algo español o argentino, y para nosotros como actores el panorama es deprimente, de ahí que la posibilidad de contar historias, de hacer cine, de hacer una carrera poco a poquito, quiero seguir aprendiendo y que la gente no sólo me ubique por la televisión comercial sino que también pueda entregar proyectos interesantes y tocar otros registros como actor”.

Para pocos es desconocido el éxito de España como comediante en la televisión, de entre sus primeros saltos a la fama se puede mencionar su trabajo en Otro rollo con Adal Ramones, o su personaje de Doña Márgara Francisca, que ha sido tan bien recibido por el público que recién terminó la cuarta temporada de Las pellizcadas de Márgara en Telehit. Otro programa que ha posicionado su imagen es Vecinos, producido por Eugenio Derbez, emisión que le ha dado grandes satisfacciones gracias a su papel de Germán, el conserje del edificio.

Sin embargo, y aunque agradece lo conseguido, el actor va por más, va por el Séptimo Arte, donde ya puede presumir de varias actuaciones, entre ellas Puños rosas (2004) , Santos peregrinos (2004), Llamando a un Ángel (2005), Navidad S.A. (2008) y Crónicas chilangas (2009).

Actualmente rueda en nuestra ciudad el largometraje de Kenya Márquez, Fecha de caducidad, donde comparte créditos con Ana Ofelia Murguía, Damián Alcázar, Martha Aura y Marisol Centeno, entre otros. Y es en una de las locaciones donde, en un corte a comer, Lalo España accedió amablemente a conversar en exclusiva con este diario sobre su carrera.

- ¿Qué representa para Lalo España trabajar en el cine, con figuras de la talla de Ana Ofelia Murguía, Damián Alcázar y Martha Aura?
- Estoy muy contento. Me gusta perseguir los sueños, trabajar con gente de la que pueda aprender, y eso me hace sentir muy orgulloso, me encanta coincidir con verdaderas leyendas de nuestro país. Es padrísimo verlos trabajar, aprender, de repente en pláticas me hacen saber sus anécdotas y eso es muy satisfactorio.
 
- ¿Qué busca Lalo España como actor?
- Quiero aprender. Me interesa mucho hacer una carrera de colores, porque la gente me ha conocido mucho por la televisión, por esa proyección impresionante, pero yo vengo de formación teatral y he hecho obras de Shakespeare, de Darío Fo y de Jesús González Dávila, por mencionar  algunos, y aunque agradezco lo que me ha dado la televisión considero que a veces la carrera del actor es muy cruel, porque el público fundamenta el éxito en si estás haciendo televisión y a mí me interesa hacer una carrera de colores, sobre todo en cine.

- Sin embargo, es por muchos sabido lo complicado que es hacer cine en México
- Por eso trato de combinar la ecuación. La televisión da una proyección muy fuerte, pero también hago mis shows, con mucha dignidad, donde la gente se divierte con mis personajes y me va muy bien con eso, además de que me permite entrarle a proyectos que económicamente no dejan mucho. Porque no me veo mi carrera sustentada sólo en lo económico, la veo como la posibilidad de alimentar el espíritu, aunque tampoco quiero morirme de hambre en un cuarto de azotea, de ahí que trate de llevar un equilibrio y la vida me ha dado la oportunidad de hacerlo. La verdad
es que quisiera que la gente de cine crea más en mí, eso me encantaría.

- ¿Cómo te veías hace 21 años, cuando decidiste estudiar actuación?
- Muy guapo (risas). Creo mucho en la visualización de los proyectos y de las cosas, siempre pensé, desde estudiante, que la actuación es una forma de vida, que no hay que quitar el dedo del renglón, que como decía mi padre hay vacas flacas y vacas gordas. Y es que ahora me doy cuenta de que compañeros de mi generación ya se dedican a otras cosas, se fueron alejando de la actuación.

-¿Pensaste algunas vez en cambiar de profesión?
- No. Ni cuando llegué a la Ciudad de México y tenía que pagar la renta, pagar un curso cuando sólo me quedaban 500 pesos y tenía que pagar el Metro, a veces no la veía venir, pero allí entendí que es una forma de vida, porque puedes tener mucho trabajo y otras veces no, pero siempre lo he hecho con dignidad y con amor, siempre preparándome.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA