Entretenimiento | Cuando el adiós Itinerario Por: Martín Almádez Por: EL INFORMADOR 21 de diciembre de 2008 - 18:18 hs GUADALAJARA, JALISCO.- Un adiós siempre se guarda aunque no sea deseado. Eso pensé la última vez que te vi Leopoldo, tan entusiasta como siempre, en la velada de hace unos días. Que habías muerto nunca lo creí, a pesar de las esquelas, el llanto inédito de tus amigos y la tristeza verde en los ojos de la maestra Áurea. Pero como no te apareces en los lugares que frecuentabas, ni te he visto pasear por las zonas céntricas, he pensado pues, que una vez más, haces lo que los tuyos, los que te queremos, creen que haces, y entonces mueres, así, en presente, como para que no se nos haga pasado y luego olvido. Con tu noticia, debo decírtelo Leopoldo, no me entristecí; tampoco tuve ni un momento de contrición. Mudo en mi soledad, busqué algunas fotos que me devolvieran tu rostro y los libros aquellos que accediste a prologar. Entonces hablé frente a ti, con tus propias palabras. No hay mejor manera de comprender al otro que hablar como él, pensar como él y verse en él. Eso me dije Leopoldo y eso fue, para mí, la amistad que nos unió. El anonimato por convicción que ejerciste con un celo profundo, ha sido en estos últimos días, lo que me ha hecho negar tu muerte. Para muchos eres el profesor preciso, reflexivo, a veces con mirada ausente y aún así cortés; para otros, eres el asesor y guía con el que se aprendió no solo los vericuetos artísticos, sino también parte de la filosofía diaria, esa que ayuda a bien vivir, desprendiéndose de lo negado, de lo perdido; para muchos otros, eres el incansable promotor cultural que de apariencia huraña congrega a jóvenes y viejos, comparte estrategias, confiesa anhelos, documenta cambios sociales, examina circunstancias y delinea con apego ciudadano políticas públicas alcanzables por posibles. Me dejo en el silencio tus conversaciones. La alta entrega con la que defiendes tus pensamientos y la sutil manera de señalar las discrepancias. Eso fue lo que muchos te valoramos y acostumbrados a ti, te exigimos, a pesar de tu ausencia. Puerto Vallarta fue sin duda la parte final de tu vida profesional. Ahí te encontré -como en todos los tiempos y espacios- indisoluble de Áurea, pero también con una luz en los ojos que te mostraba inquieto y quizá descaradamente, perspicaz. Antes de Vallarta hubo tanto Leopoldo, que de ello hablan el Cedart, Idae, Conaculta, consejos de cultura estatales y municipales, planes de desarrollo e instituciones a las que no solo aceptaste como un compromiso personal, sino como parte fundamental del desarrollo de la cultura, del crecimiento de los artistas, de la entrega de tus amigos que hoy, de este lado de la línea, te seguimos teniendo como ejemplo de lucha a cambio de ser uno mismo. Temas Artes Itinerario Lee También Todo lo que debes saber para ganar un Ariel Guadalajara se alista para el arranque del Nacional Selectivo de Wushu Kung Fu Cuando el fantasma regresó Una noche para sentir y vibrar con Tchaikovsky en el Conjunto Santander Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones