Miércoles, 23 de Abril 2025
Entretenimiento | “Yo quería ser novelista”: Magdalena González Casillas

Homenaje por el Día del Maestro

Tras un emotivo homenaje rendido por el Departamento de Letras de la Universidad de Guadalajara, Magdalena González Casillas se muestra encantada por el hecho de recibir ese honor reuniendo en una mesa redonda.

Por: EL INFORMADOR

Por: David del Toro

Luego de 30 años en las aulas, la maestra Magdalena González Casillas se retira. El año 2008 la encuentra en plenitud de vida, optimista respecto al futuro y al pendiente de todos sus exalumnos, quienes persisten en buscar sus orientaciones y consejos. Tras un emotivo homenaje rendido por el Departamento de Letras de la Universidad de Guadalajara, Magdalena González Casillas se muestra encantada por el hecho de recibir ese honor reuniendo en una mesa redonda a mujeres hablando de mujeres, dado que el trabajo de las escritoras del siglo XIX fue uno de sus intereses profesionales, buscó destacar para la historia de la literatura los nombres de Refugio Barragán de Toscano, Isabel Prieto de Landázuri y Esther Tapia de Castellanos, entre otras ilustres escritoras. Magdalena ya no requirió añadir el apellido de casada a su nombre, ella firma sus investigaciones con los dos apellidos de un ser individual e independiente.

¿Cómo llegó a estudiar Letras?

Cuando estaba yo estudiando en preparatoria, una maestra española que venía de Madrid y nos daba prácticamente todas las humanidades, dijo muy emocionada: “Acaban de abrir la Facultad de Filosofía y Letras”. Oír esto y pensar, ¡qué maravilla!, si todo lo que más me ha gustado en la vida siempre, ha sido: hablar, leer y escribir. Y pensé desde los siete años ¿y quién me va a pagar por hablar, leer y escribir? Cuando terminé la prepa, ingresé a Letras porque quería ser novelista. Adoraba las novelas, la poesía también, al grado de que sentaba a mis cinco hermanos (éramos siete en la familia, pero claro, nada más a los cinco menores podía sentar en las escaleras de la casa) y les leía poemas hasta que se los aprendían de memoria. Y las novelas, leía tantas novelas que cuando me llevó mi papá por primera vez al oftalmólogo, él le dijo “esta niña no puede leer más de ocho horas diarias”. ¿Cuántas horas leería? Y hacía trampa y me metía abajo de las cobijas en la cama con una linternita para seguir leyendo. ¡Me fascinaba!

Nunca pensé ser poetisa, pese a que sí escribí una vez un poema bastante largo, pero... mi idea era ser novelista, y a la hora de la hora pues no me dediqué a la ficción, me dediqué a la investigación regional.

¿Qué materias o asignaturas impartió dentro de la Universidad?

¡Huy!, he dado de todo, porque hubo una época en la que el plan de estudios incluía los primeros dos semestres a los alumnos de Filosofía, de Letras y de Historia. En esos dos semestres yo di Cultura Grecolatina, Literatura de Grecia y Roma también muchos años. Una asignatura que me fascinó dar fue Literatura prehispánica, la impartí por varios años; luego me mandó la Universidad a Francia y cuando regrese pensé, no, la voy a cambiar por Literaturas Europeas del siglo XIX, pero Literatura prehispánica es algo que todavía me fascina. Otra que me encanta: la llevé primero como alumna del doctor Alberto Ladrón de Guevara, era: Historia de las Religiones, y cuando el doctor murió, yo era Oficial Mayor de la Facultad, y él me dijo: “Te quedas tú con esta materia”, y dije: por supuesto. Literatura Jalisciense, no te puedo negar que me encanta, puesto que escribí un libro para la materia. Además llevaba asignaturas de Filosofía y de Historia desde que ingresé a la Facultad. Y de Historia... bueno, fui Jefa del Departamento de Historia, Arte y Filosofía durante siete años en el ITESO. Entonces... Filosofía, Historia de la Filosofía, Ética y Estética di a lo largo de muchos años también.

¿Cómo es que salió al extranjero a dar clases?

Por convenios que tiene la Universidad con sus pares de otros lugares. Estuve en cinco universidades de Estados Unidos, en Washington State; en la Universidad de Los Ángeles, California; en la Universidad de Arizona; en la Universidad de Laurens, en Kansas. Fueron cinco universidades a donde fui a dar clases, hace muchos años. Después la Universidad me envió a Francia ¡que había sido uno de mis sueños de adolescencia! Te puedo decir que la Universidad me cumplió todos los sueños de infancia y adolescencia. Mi sueño era, conocer Europa aunque fuera de pasadita, pero ¡vivir en Europa! se me hacía un sueño imposible, y la Universidad me lo permitió también, sobre todo... ¡en la dulce Francia!

Tapatío

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