Enrique Bunbury presenta nuevo repertorio ante dos mil fans en Mérida

MÉRIDA, YUCATÁN.- El cantautor español Enrique Bunbury, ofreció este sábado un concierto ante dos mil seguidores, quienes se dieron cita en la Plaza de Toros de esta ciudad, como parte de su gira "Helville de tour".

Los incondicionales del intérprete de "Hay muy poca gente", primer sencillo de su más reciente producción discográfica, no escatimaron en gastos, para ser testigos de la actuación del zaragozano, quien presentó su nuevo repertorio musical.

Bunbury logró gran nivel de convocatoria, al ofrecer un recital de dos horas de duración, ante la euforia de las dos mil personas que se dieron cita en el recinto, y que no pararon de corear cada uno de sus temas.

Con un escenario de gran envergadura y dimensiones, Bunbury, no se hizo esperar, pues arribó al escenario con una puntualidad inusual en este tipo de eventos comenzaron a sonar los primeros acordes.

El recital contó con una escenografía muy cuidada, con dos pantallas interactivas y varios músicos que respaldaron su actuación, en la que destacó la potencia y afinación de batería, las guitarras eléctricas y un piano.

Con un atuendo ceñido al cuerpo en color negro, un sombrero de cow boy y unos lentes oscuros, el artista se subió al escenario para ser aclamado por el público, que al finalizar la primer canción, recibió un "Buenas noches, cab...", por parte de su ídolo.

Con unas poses muy estéticas, sabiendo que son del agrado de sus fans, y una imagen un tanto andrógena e híbrida, Bunbury se apoderó de inmediato de la Plaza de Toros, donde con ayuda de su guitarra, invitó a los asistentes a unirse al festejo con sus coros.

"El hombre delgado que no flaqueará jamás", "Porque las cosas cambian", "Bujías para el dolor", "Si nos fuera por ti", "Hay muy poca gente", "El porqué de tus silencios", "Doscientos huesos y un collar de calaveras" e "Irremediablemente cotidiano", fueron algunos de los temas que interpretó.

Algunos de los detalles que resaltaron en el concierto fueron el sonido, la cuidada puesta en escena, así como el toque clásico y la dosis de espectáculo circense en la forma de vestir de los miembros de la banda; además de un pie de micrófono forrado de calaveras.