El eterno Peter Gabriel

GUADALAJARA, JALISCO.- Faltan las palabras para describir a Peter Gabriel, incluso cuando los calificativos para definirlo sobren: Genio, figura de la música, visionario, pionero, artista. Quizás éste último es el que le quede mejor, tomando en cuenta su habilidad para desplegar un espectáculo a toda regla desde el escenario, capaz de permear a las personas que se encuentran desde la primera fila hasta la última grada.

La experiencia vivida ayer por los fanáticos del cantante no tienen palabras precisas para definirse.

Hubo treintañeros que conocieron  a Peter Gabriel en cassette y ayer, finalmente, dejando de lado el rutinario domingo, se lanzaron a la Arena VFG a vivir uno de los conciertos más memorables de lo que va del 2009.

A todo volumen
Los nueve mil 500 espectadores que abarrotaron la Arena VFG contuvieron la respiración al filo de las 21:39 horas cuando una figura conocida apareció al fondo del escenario. El cabello y barba con canas, de aspecto bonachón, esconden a uno de los músicos más influyentes de la segunda mitad del Siglo XX, Peter Gabriel, el vocalista de Génesis, el excéntrico, el loco, el que no le pone nombre a los discos, el que cambia de aspecto, el que no mira al pasado se apoderó del recinto sin decir una palabra.

El escenario parecía sencillo, con una pantalla de luces al servicio de las interpretaciones.
La primera que puso de pie a todo mundo fue Steam. Gabriel hacia una breve introducción a cada uno de sus temas, en español, que leía de una hoja.

A veces tropezando con la pronunciación, el artista jamas titubeo cuando se expresaba en castellano, dispuesto a hacer el click perfecto con los asistentes.

Blood of Eden, Games Withou Frontiers, No Self Control, Darkness, Tower y San Jacinto fueron algunos de los temas más coreados de la noche. La locura llegaría de la mano de las interpretaciones como Come Talk to Me, Seret World e In Your Eyes y Sledegehammer.

De sobra está decir que la entrega de la gente permitió que se organizara una “ola”, coreografías de algunos espontáneos y los gritos desenfrenados de algunas damas. Peter Gabriel se mantuvo en su papel de estrella en todo momento. Dominó y motivo a la audiencia, a veces animándolas a aplaudir y en otras ocasiones él mismo se ponía a bailar o juguetear sobre el escenario haciendo mancuerna en especial con su hija Melanie.

Por cierto
La noche musical comenzó con Travis, quienes con su tradicional energía y rock ecléctico se encargaron de encender los ánimos a partir de las 20:00 horas.

Los escoceses comandados por Fran Healy brindaron una sólida actuación, ganándose los aplausos de un público variado.