Alvin y compañía toman vacaciones

CIUDAD DE MÉXICO (17/DIC/2011).- El poder de la tecnología es capaz de cualquier cosa, incluso de rejuvenecer hasta un trío de ardillas animadas de más de 50 años de edad, incluso logra proyectarlas en tercera dimensión y hacerlas más veloces y energéticas que un pop star adolescente en pleno apogeo.

Es el caso de los roedores más famosos del mundo en el último medio siglo: Alvin y las ardillas, quienes regresan al cine este fin de semana por tercera vez en cuatro años a contar una nueva aventura: esta vez, los chicos, las Chipettes —sus tres amigas— y Dave Seville —su mentor humano—, han abordado un crucero de lujo para atravesar el océano en busca de experiencias diferentes, que no tardan en surgir.

Los seis roedores van a parar a una isla desierta y pese a la incertidumbre respecto a su destino, sacan a relucir lo que mejor saben hacer: cantar y bailar. Además de que su estancia no resulta tan trágica como la esperaban, pues los protagonistas conocen un nuevo personaje, mientras su tutor los busca esquizofrénicamente sólo esperando que se encuentren bien.

Para esta tercera entrega de aventura familiar, que mezcla locaciones reales con la animación, el director Mike Mitchell decidió mantener las mismas voces que en la entrega anterior.

Una ruta conocida
La primera adaptación moderna al cine de los hermanos Seville y todo su mundo fue tan bien recibida que desencadenó dos historias más. La primera aventura apostó en 2007 por involucrar a las ardillas en una comedia real y animada, y consiguió en taquilla 358 millones de dólares. Dos años después, la secuela también recogió buena cosecha, pues recaudó 442 millones en billetes verdes.

Pero a diferencia de las dos anteriores, esta entrega de Alvin y las ardillas es la primera en exhibirse también en 3D. Además, el director de esta comedia, Mitchell, tiene experiencia en el ramo de la animación, pues Sobreviviendo a la Navidad y Shrek, felices por siempre se rodaron bajo su batuta.