Viernes, 10 de Octubre 2025
Economía | Esta herramienta la deben utilizar todos los contribuyentes

Factura electrónica, entre transparencia y confusión

A 45 días de la medida fiscal, aún persisten las dudas entre los contribuyentes sobre cómo realizar el trámite

Por: EL INFORMADOR

Las imprentas del centro tapatío han visto caer sus ventas por la nueva modalidad de facturación. E. BARRERA  /

Las imprentas del centro tapatío han visto caer sus ventas por la nueva modalidad de facturación. E. BARRERA /

GUADALAJARA, JALISCO (14/FEB/2011).-Ella está tejiendo con la televisión prendida como fondo. Quizá tenga alrededor de 70 años, y probablemente su experiencia le dice que no revele su nombre a desconocidos, por lo que ante el cuestionamiento sólo contesta: “Ahorita no está el encargado”. Pero cuando habla sobre la venta de facturas de papel, menciona que desde principio de año es un servicio que casi ya no ofrecen. Perdieron mercado. Confiesa que Hacienda no se lo pidió, pero en la imprenta tomaron la decisión luego de ver los anuncios del Gobierno que promocionaban la factura electrónica. De manera resignada, afirma que de todos modos no era un gran ingreso el que obtenían por el documento impreso. La facturación electrónica, una campaña que hoy cumple 45 días y que en su momento el Gobierno federal presentó la iniciativa como sinónimo de transparencia, de cuentas claras.

Pero, la señora del tejido no la tiene tan clara. Es una de tantas personas que sufren de desinformación respecto al documento electrónico, implementado a partir del primero de enero.

Para comprender mejor su uso debe dejarse en claro que hay dos grupos que comprenden las nuevas reglas de juego: aquellos que facturan al año más de cuatro millones de pesos y los que perciben una cantidad menor.

Los contribuyentes que no registran la cantidad mencionada (la mayoría), sí pueden acudir a una imprenta para la impresión de sus facturas.

Según lo mencionado en la página de internet del
Servicio de Administración Tributaria (www.sat.gob.mx) lo primero que se debe realizar es la solicitud de la Firma Electrónica Avanzada, la cual se obtiene en alguno de los módulos del SAT luego de una serie de pasos que vienen especificados en el sitio web.

Cabe destacar que éste, es un paso que deben realizar todos los contribuyentes, independientemente de sus ingresos.

Según las instrucciones, el siguiente paso es solicitar la asignación de folios y código de barras. Este es un proceso que se puede realizar totalmente por internet. A pesar de que el SAT presume una guía para la realización de este trámite, en versión Word y PDF, ninguno de los dos es descargable.

En palabras textuales que se encuentran en el instructivo del sitio web, el SAT menciona que “una vez que cuente con folios y código de barras, puede imprimir sus facturas a través de sus propios recursos (computadora e impresora) o bien a través de un impresor”.

Otro tema que causa confusión en la expedición de facturas electrónicas, es el tiempo que el contribuyente tarda en recibirla después de haber realizado una transacción.

Gabriela Rodríguez Solano, licenciada en Contaduría Pública, deja claro este panorama. Señala que aunque no se reciba en el corto plazo el correo electrónico con el archivo adjunto de la factura, a los efectos de deducibilidad se puede acreditar el pago con el estado de cuenta en donde consta la transferencia electrónica.

Una vez que el comprador o el proveedor del servicio envían el correo, se debe verificar que el documento adjunto llegue en XML y PDF. Ambos son de utilidad, pero es imprescindible contar con el XML.

Bajan sus ventas

La imprenta opera desde hace más de 60 años, pero Javier Gallegos sólo ha estado en ella durante los últimos 35. Según su experiencia, o por lo menos la que vivió en 2010, por semana llegaban alrededor de siete pedidos de facturas; cada paquete cuesta por lo menos $320, por lo que por la sola venta de esta documentación, el negocio percibía alrededor de dos mil 240 pesos cada siete días. Sin embargo, Gallegos cuenta que desde el primero de enero, fecha en la que se implementó el uso de la factura electrónica para aquellos que registran más de cuatro millones de pesos al año, sólo ha recibido cinco pedidos.

Álvaro Álvarez tenía mejor suerte en dicho rubro. A la imprenta que atiende, llegaban alrededor de 30 pedidos semanales, los cuales no tienen un costo muy diferente al que oferta Javier Gallegos. Según cuenta, en lo que va del año el negocio sólo ha recibido tres o cuatro pedidos a la semana, por lo que asegura que sus ingresos se reducen hasta en 70 por ciento.

Javier Gallegos, Álvaro Álvarez y la señora del tejido no son los únicos afectados por la medida gubernamental.

Las imprentas que se encuentran en la zona centro, en las inmediaciones de la Preparatoria de Jalisco, señalan que la demanda de facturas impresas es menor a la de 2010.

Al igual que el negocio de Gallegos, la mayoría expedía a la semana alrededor de cinco pedidos; uno de los consultados dice que en lo que va del año, no ha tenido ni uno solo.

Los comerciantes apuntan que ante la incertidumbre por la implementación del documento virtual, muchos contribuyentes acudieron a ellos a finales del año pasado para pedir la impresión masiva de facturas; algunos aún no han terminado de despachar los encargos.

La razón por la cual aumentó la venta del documento oficial en diciembre se puede ver en la página de internet del Servicio de Administración Tributaría: “Los contribuyentes que tienen comprobantes impresos puedan seguir utilizándolos hasta que se agote su vigencia de dos años”.

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