Batalla por Vivo termina con ambas partes felices

MADRID, ESPAÑA (28/JUL/2010).-  La larga batalla por Vivo terminó con ambas partes magulladas pero felices. Después de otra sesión de negociaciones hasta altas horas de la noche, Portugal Telecom finalmente se rindió al intento de la empresa española Telefónica de tomar el control de su sociedad conjunta móvil en Brasil. Para que suceda, Telefónica tiene que incrementar su oferta en 350 millones de euros a  siete mil 500 millones de euros.

El estancamiento se estaba volviendo cada vez más complicado. Una solución acordada, que aún está sujeta a la aprobación de ambos directorios, es por lejos el mejor resultado para ambas partes.

Telefónica ahora será libre de usar Vivo para defender su negocio de líneas fijas en Brasil, Telesp, que está sufriendo porque los clientes se están cambiando a la telefonía móvil. Aún así, el precio de 9.5 veces el EBITDA de este año, según calcula Iberian Equities, es alto.

Algunos analistas creen que combinar Vivo con Telesp generará cuatro mil millones de euros en sinergias, que llevarían ese múltiplo a siete veces el EBITDA, que es más razonable. Pero al precio acordado, los accionistas de PT reciben la mayor parte de los beneficios del acuerdo.

Al menos, el último incremento va a ser mitigado por otros cambios en la oferta: no hay opciones para que PT venda su participación en Vivo en etapas o que compre la participación del 10% que Telefónica tiene en PT a un precio fijo. Telefónica también pagará sólo cuatro mil 500 millones de euros por adelantado y el resto en dos tramos hacia octubre del 2011.

En lo que respecta a PT, se aseguró un precio alto por Vivo. La empresa portuguesa planea retener una presencia importante, aunque más pequeña, en Brasil invirtiendo al menos la mitad de los ingresos por Vivo en una participación directa e indirecta del 22.4% en el operador de telecomunicaciones brasileña Oi .

Según una persona familiarizada con la situación, este plan allana el camino para que el Gobierno portugués de marcha atrás a su escandaloso veto a la oferta española anterior por Vivo.

La acción de oro del Estado fue posteriormente considerada ilegal por la Corte Europea de Justicia. Pero el costo para la reputación de Portugal no debería ser subestimado.

Ninguna de las partes se cubrió de gloria en la batalla. Pero ambas parecen haber asegurado lo que querían. Los ganadores más claros, sin embargo, son los accionistas de PT.