El brío de los toreros por encima del de los toros...

Madrid.- Al entrar a la plaza se me informó que la corrida de Garcigrande saldría parchada con tres de Peñajara y… Y qué pena que se hayan tenido que soportar tres del hierro original anunciado cuando mejor, mucho mejor hubiese sido que los seis se rechazaran y se anunciaran otros tantos de la parchadora…

De ahí que el festejo tuviera definición dividiéndose en dos partes: la primera con reses comerciales muy del gusto de los toreros, ya que los Garcigrandes, a más de una deplorable presentación muy por debajo de la que se requiere para Madrid, manga ancha de autoridades complacientes que facilitaron el número, conformaron los tres la clara manifestación de una flojedad desesperante derivada de la falta de brío, -aunque el primero tuvo nobleza y son por el lado izquierdo, y descastamiento que tiraron por la borda la ilusión que tenía un animoso público que en tarde espléndida llenó el coso.

Por cuanto a la segunda, los de Peñajara, notable corrida la que mandó el ganadero para el serial isidril, tuvieron más fuelle y movilidad destacando el que cerró plaza por su buen aire, cadencia, nobleza y movilidad.

Es ya inminentemente necesario que las administraciones de las figuras que vengan al ruedo de Las Ventas fijen más atención en otras ganaderías que funcionan mejor por el momento en el que atraviesan, aunque por supuesto no sean de las preferidas, que visto está quedando, San Isidro es referencia, la decepción que deja en el público aficionado divisas cuyos criadores… Cuyos criadores, debo decirlo, MANEJAN MÁS LA MANSEDUMBRE QUE LA BRAVURA… Así…

Así, los tres del cartel, cada uno acorde a su personalidad, sentido interpretativo y expresión artística, dieron de sí en actuaciones que estuvieron con el brío superior que no tuvieron los astados.

Ver a Julio Aparicio, para mí es un gusto… Un gusto que me hace remontarme a una tarde inolvidable años atrás en la misma arena con los toros de Alcurrucén que… Que ahí quedó.

Reapareciendo de una grave cornada recibida en la plaza madrileña, vino con actitud y ese toreo de quinta esencia de elegancia y armonía que plasmó en una faena al primero al que había que acariciar más que someter, fincando su faena toda, desde el inicio, en la mano izquierda con naturales tersos, templados, intensos y cadenciosos que cautivaron al cónclave, rematados con pases de pecho que se le jalearon fuerte. Brindando el toro al estupendo equipo médico que le atendió, Aparicio puso con su arte la emotividad que le faltaba al burel saludando tras despenarlo.

Con el cuarto plasmó la verónica con gran torería, ritmo, juego de brazos y bajas las manos con remates para pincel. La res se vino abajo y no se dio a más. Vaya artista, que sí… Vaya artista.

La actuación de “El Juli” ante dos astados que fueron el lote más deslucido, puedo resumirla como la de todo un profesional que estuvo en torero toda la tarde buscando agradar tanto de capa como de muleta, haciéndose aplaudir siempre dispuesto pero sin lucimiento mayor, andando a nivel medio a la hora de matar, empero…

Empero vendría Sebastián Castella que se encuentra a no dudar, en un momento brillantísimo de su carrera toda vez que dominador absoluto del oficio, haciendo gala de un sitio de privilegio, comprendiendo por nota las condiciones de sus toros y con el valor cabal, auténtico, del de verdad, despachando al endeble de Garcigrande tercero, con el Peñajara sexto que se movió siendo noble sí, pero al que había que exponer lo suyo, el artista galo bien que lo cuajó.

Principiando con dos cambiados por la espalda en el centro del platillo quieto, sin pestañear siquiera continuando con medios pases andándole al toro con torera parsimonia, se puso en el sitio aguantando, tomando la distancia, para engarzar series de toreo por abajo por los dos lados y con ambas manos, en las que el temple cobró relieve de excepción. Faena muy bien planteada, con trazo, con ritmo, con armonioso desempeño centrado el diestro y centrando al peñajareño para muletazos de elegante corte con sentimiento y hondura rematados con largos pases de pecho que le valieron el batir de palmas, cuando la oreja la tenía ganada, solo que… Solo que, había que cortarla y pinchó… Su recompensa fueron los saludos y, lo más importante, el reencuentro con la afición matritense que le mira, sí, como uno de sus favoritos. Intensa campaña la que tendrá Sebastián consolidándose por, repito, el estupendo momento en el que está, como figura prominente del firmamento taurino mundial que… Que vaya temporada americana triunfadora que también tuvo.

Para hoy la gran corrida de la Beneficencia con un cartel que ahí está… Toros de Núñez del Cuvillo para Morante de la Puebla, José María Manzanares y Cayetano Rivera Ordóñez.

¿Qué se verá…? Se lo escribiré y usted lo sabrá.