Daría un brazo por abrazar a mamá: Matías Almeyda

GUADALAJARA, JALISCO (18/NOV/2015).- Es fanático del oro, tiene una gran colección de cadenas. Es un extraordinario bailarín de malambo, danza folclórica del sur de Argentina, nacida en el corazón de "La Pampa" donde el zapateo es parte fundamental del baile. Y qué decir de su afición desenfrenada por las motos o bien, de su admiración a Jim Morrison, mítico cantante de The Doors. Todo lo anterior lo puede tener en el momento que lo quiera, pero lo único que desearía ahora mismo Matías Almeyda, es estar en Argentina, pero su profesionalismo como técnico de Chivas se lo impide.
 
Almeyda ha pasado muchos ciclos importantes en su vida, le ha tocado, como él dice, disfrutar los veranos, ver con mucha complicación cuando hay neblina, temblar con el frío, sonreír con la brisa del mar, pero la necesidad lo ha obligado a ir aprendiendo, a adaptarse a ciertas circunstancias, como ahora, tener que felicitar a su madre Silvia por el cumpleaños 70.
 
" Chivas debe tener gente que den el alma por la camiseta, como la dejamos todos, hoy casualmente es cumpleaños de mi madre, daría un brazo por darle un beso, pero el compromiso es este, si bien la puedo saludar por teléfono, tengo que estar concentrado en mi trabajo al cien por ciento en todos los aspectos, porque tenemos que defender esta camiseta con amor, con sentimiento, ya que a veces podrán jugar mejor unos partidos que otros pero la entrega debe ser siempre la misma y eso lo he logrado".
 
El entrenador argentino está en armonía total, su esposa y dos hijas están con él, son su motor, su ilusión por seguir creciendo en todos los aspectos y valora mucho cada detalle, ya que la vida lo hizo valorar y vivir cada momento, como si fuera el último de su vida. No se guarda nada en ningún sentido,  lo da todo, lo dice todo, porque no sabe si alguna palabra que se guarde, la podrá soltar después a la persona que quiere.
 
"Me fui de la casa a los 15 años, digo esto y se me pone un poco la piel de gallina, voy a cumplir 42, de los cuales mucho tiempo he estado lejos de ellos, de mis padres, pero siempre digo que el corazón de mi madre y padre, laten a la par mío".
 
El entrenador tuvo un día especial en el entrenamiento, a su madre, como diario, la traía en la mente pero ahora con una presencia especial por el cumpleaños, así que transmitió alegría a los suyos, se trabajó igual de intenso, pero todo el equipo se divirtió con algunas dinámicas ordenadas.
 
"Todo lo que hago, lo hago por ellos, por mis hijas, por mi esposa, por mis padres. Tengo una gran unión con ellos, ahora estoy esperando que todo salga bien para poder traerlos a México y que estén viviendo lo que es esto, un país maravilloso, en un equipo que es grande, que enamora".
 
Almeyda dentro de sus momentos desagradables que le ha tocado sortear en la vida, está el de Agosto del 2004, cuando su padre Óscar lo apoyó para que regresara a jugar a Europa, luego de que tenía todo listo para jugar en Independiente de Avellaneda, pero una amenaza de secuestro le cambió los planes.
 
"No es fácil la vida, se presentan cosas a las cuales uno a veces no está preparado, pero mi esposa, mis hijas, mi padre, hermanas, sobrinos, me dan un gran respaldo para que yo sea una gran persona, de lo cual estoy agradecido".
 
Almeyda fue bautizado como "El Pelado" por Federico Vairo, el estratega de las divisiones inferiores los millonarios, equipo que trae tatuado. El pastor rojiblanco espera ser en Chivas un técnico de época, que dé a la institución muchos títulos, dejar escuela, porque aseguró todo le encanta de su club y está donde él quiere, aspecto primordial para entregarse en cuerpo y alma.
 
Cuando Almeyda dirigía a River Plate en busca del Ascenso, su madre, Silvia, declaró tras un encuentro que ganó River, estaba llena de alegría y no se guardó nada, esto dijo: "Fue espectacular. Además, la gente lo vivaba, lo aplaudía y como madre, eso fue muy emocionante. Estoy orgullosa".
 
Lo anterior es uno de los momentos alegres que seguro recuerda Almeyda, así como doña Silvia, al igual que toda la familia.

EL INFORMADOR / ALEJANDRO RAMÍREZ