A propósito

Argentina la hizo... y Perú la pagó.

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No faltará quien aproveche la “oferta de locura por tiempo limitado”, consistente en que a México se le consiguiera un “sparring” de tercera categoría, un seleccionado peruano desastroso a la defensiva, inoperante al ataque, anímicamente desfondado desde que el partido era muy joven --a los 9 minutos el marcador ya estaba 2-0--, para incurrir en exageraciones; para colgarle al “Tri” la etiqueta de “Aplanadora”... o incluso para sostener la tesis de que ya comenzó a verse la mano de Sven-Göran Eriksson en el puente de mando, por ejemplo...

Sin embargo, lo más recomendable es que tanto a la dolorosa derrota de media semana ante Argentina --uno de los gigantes del continente-- como a la aplastante victoria de ayer sobre Perú --uno de los modestos de Sudamérica-- se les dé su verdadera dimensión.

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Por rotundos, sobre todo, ambos resultados fueron sendos accidentes del futbol. El descalabro ante los argentinos, porque ordinariamente los equipos mexicanos son mucho más solventes a la defensiva de como se vieron esa noche; el triunfo sobre los incas, porque pocas veces un cuadro mexicano acusa niveles tan notables de eficiencia en el aspecto ofensivo... a pesar de que la formación inicial, ayer, con un solo atacante neto --Vela-- sugería que la cautela prevalecería sobre la agresividad.

En un caso, pues, porque su cuadro bajo jugó basura, y en el otro porque sus atacantes salieron inspirados, los mexicanos estuvieron irreconocibles.

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En función de los compromisos por venir (inicialmente los duelos contra Belice, uno de los adversarios más débiles en la zona de la Concacaf... aunque el 4-3 adverso ante Costa Rica debe interpretarse como una invitación a respetar a los beliceños, so pena de llevarse una desagradabilísima sorpresa), lo de ayer fue un buen entrenamiento para el “Tri”. En menos de media hora se concretó la goleada. El resto fue administrar la ventaja; sobrellevar los riesgos que hubiera representado tomarle la palabra al rival cuando éste quiso compensar, a base de leña, lo que en la primera parte del encuentro le hizo falta de futbol; hacer cambios para guardar entre algodones a Sinha y Guardado, por ejemplo, de quienes depende, en buena medida, la creatividad del cuadro mexicano.

Con el encuentro de ayer, Chucho Ramírez cumplió su breve interinato.
Comienza, ahora sí, la era de Sven-Göran Eriksson como técnico nacional...