* “Petardos”

Probablemente el calificativo de “petardo”, en México, se aplica a quienes, en el desempeño de una profesión --el futbol, sin ir más lejos...-- cumplen mucho menos de lo que prometen; terminan siendo estridencia vana; más ruido que sustancia, pues.

Lo cierto es que, puestos a buscar explicaciones lógicas para los desencantos que dejan entre los aficionados los mediocres resultados que de ordinario se sufren en las competencias internacionales, es inevitable repasar los nombres de tantos jugadores mexicanos a los que se da el grado de santos --digámoslo así-- mucho antes de que hagan su primer milagro.

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De la generación que conquistó el campeonato mundial de futbol Sub-17 en el 2005, por ejemplo, se dijo que el grupo, en pleno --supuestamente plagado de talentos para el deporte--, recogería la estafeta de cara al Mundial de 2010. En la práctica, varios integrantes de aquella camada intentan apenas conseguir plaza en la Primera División. En cuanto a sus figuras sobresalientes, Giovani y Carlos Vela, ya se ha visto: ambos siguen en Europa... pero ninguno ha cuajado como el “crack” que hace cuatro años --o tres y medio, para ser exactos-- prometía ser.

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Por supuesto, no son los únicos...

Cuando Antonio de Nigris apareció, con el Monterrey, lo menos que se dijo de él era que tenía el olfato para el gol de Enrique Borja y la intuición para moverse en el área de Hugo Sánchez. Por supuesto, se le auguró un horizonte de color de rosa en el mundo del futbol..., y no precisamente el destino de trotamundos del balompié que le ha correspondido desempeñar.

Tampoco se regatearon los elogios para Luis Ángel Landín o el “Kikín” Fonseca. De ambos se dijo que había que disfrutar su breve paso por México, porque su futuro estaba en Europa.

De Aarón Padilla, goleador en sus fulgurantes apariciones iniciales en el América, al igual que del “More” Mosqueda, se aseveró que, en cuanto los soltaran, se comerían el mundo de una tarascada. Del “Bofo” Bautista, cuando dio el salto de suplente en varios equipos a titular con el Guadalajara, igualmente se dijeron maravillas.

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La lista de los “petardos”, en efecto, es extensísima. Pero como dice el refrán (tan mexicano como la acepción de “petardo” a que aquí se alude), “Hasta los palos del monte / nacen con separación: / unos sirven para santos; / otros... para hacer carbón”.