* Otra cosita

Fue el primero en llegar... y es el primero en irse. Llegó a los cuartos de final del Torneo de Apertura con una ventaja de 14 puntos con respecto al que sería su primer adversario. En la cancha, los célebres e inasibles “imponderables del futbol” se confabularon para burlar a la lógica y para dar a los simpatizantes del Cruz Azul la enésima, pero también la más dolorosa de las frustraciones.

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Las cosas, necesariamente, se modificarán en cuanto vuelva a rodar el balón y comience a despejarse, el jueves, la penúltima de las grandes incógnitas del campeonato: quiénes tendrán el honor de asistir a la cita con la historia que es la final del certamen...
Por lo pronto, precisamente porque llegaron a la “liguilla” como grandes favoritos, la eliminación de los “Cementeros” sigue siendo la nota relevante de la primera ronda de la serie decisiva. El Cruz Azul, así, se incorpora, por derecho propio, a la lista en que se habían inscrito Toluca, Guadalajara y Tigres como las grandes decepciones del torneo: equipos, todos ellos, que se quedaron muy por debajo de los cálculos de sus dirigentes, de los anhelos de sus simpatizantes... y de las exigencias de su propia historia. Equipos, en otras palabras, a los que no se perdona que se queden en niveles de mediocridad, porque tienen en compromiso irrenunciable de ser protagonistas.

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Los demás han tenido tiempo más que suficiente para recapacitar y, probablemente, para replantear sus proyectos. Ya se verá, en el próximo Torneo de Clausura, qué medidas toman sus dirigentes para enderezar el rumbo y para reconciliarse con sus simpatizantes...
En el caso del Cruz Azul, queda la sensación de que sus jugadores, en el partido del sábado ante los Pumas, salieron, como luego dicen, “a dar bola”; a poner en el tapete los recursos técnicos y tácticos de que disponen... pero no a poner también el extra que en determinadas circunstancias se requiere.

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Ganar un partido, casi cualquiera lo gana... Para ganar un campeonato, en cambio, como para bailar la bamba, se necesita “una poca de gracia y otra cosita”. Y el Cruz Azul, salvo prueba en contrario, se limitó a aportar la calidad individual y el instructivo que el “Profe” Enrique Meza los hizo ensayar durante 17 semanas... pero careció de esa “otra cosita” que --como dicen las monjitas-- se le pone al rompope...