Deportes | A propósito por Jaime García Elías * ¡Aleluya...! A propósito por Jaime García Elías Por: EL INFORMADOR 14 de agosto de 2009 - 07:15 hs A ratos, durante el partido del miércoles en el Estadio Azteca, el comportamiento futbolístico de la Selección Mexicana, su capacidad para hacer circular el balón a lo ancho del campo, inversamente proporcional a su incapacidad para traducir su posesión de la pelota en dominio pleno del partido, venía a la memoria, agigantado, el recuerdo de Eddie Firmani... (Firmani, para quienes llegaron tarde a la película, fue un futbolista sudafricano que desarrolló su carrera en Inglaterra e Italia. Vivió su día más glorioso en un partido en que su equipo, el Charlton Athletic, venció por 6-1 al Aston Villa, y él anotó cinco goles. Como técnico, cumplió la mayor parte de su ciclo en Estados Unidos. Dirigió, entre otros equipos, al Cosmos de Pelé, Beckenbauer, Romerito y Chinaglia, entre otros). Cuando Firmani, como timonel de los Rowdies de Tampa Bay, iba a enfrentar a los Átomos de Filadelfia --efímera franquicia de Clubes Unidos de Jalisco en la Liga Norteamericana de Futbol--, describió así al rival en turno: --Representa al clásico estilo del futbol mexicano, capaz de dar veinte o treinta toques al balón sin que lo toque el adversario... y sin tirar a gol. * El del miércoles, en un aspecto al menos, fue un partido atípico. La escuadra estadounidense lo planteó con la idea preconcebida de adueñarse de la cancha y ceder la pelota a los mexicanos. Se aplicó a cerrar espacios atrás, con toda la intención de abrirlos adelante. Fue así como consiguieron el primer gol, en una típica jugada de contragolpe, con un balón filtrado a las espaldas de Juárez y Magallón. Fue así que generaron dos ataques más, que se resolvieron en sendos servicios aéreos que por poco no fueron rematados en el área. México, dueño del balón durante casi todo el tiempo, no fue, como otras veces, el patético ejemplo del equipo que plantea cantidades industriales de oportunidades de gol... y las dilapida sistemáticamente. México, esta vez, llegó pocas veces. La diferencia estribó en que, además de dos ocasiones malogradas por Giovani --un disparo “al mono” y otro, desprovisto de malicia, bien resuelto por el arquero--, tuvo esta vez una contundencia excepcional. El cañonazo con que Israel Castro empató el marcador y el remate con que Sabah puso los guarismos definitivos, nada tuvieron que ver --¡aleluya, aleluya...!-- con el añejo concepto de Firmani sobre el futbol mexicano. Temas A propósito Jaime García Elías Lee También Desamparados Cartucho Sociales: Dulce espera para Andrea Barba Detienen en Guadalajara a presunto extorsionador; operaba en Jalisco y Puebla Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones