Gabo ya tiene quien le escriba un cómic

GUADALAJARA, JALISCO (02/ABR/2013).- Pues no. Gabriel García Márquez no tenía quién le escribiese un cómic. Hasta que John Naranjo, un editor colombiano, se metió en el berenjenal y encargó a un guionista y cuatro dibujantes (Miguel Bustos, Felipe Camargo, Tatiana Córdoba y Julián Naranjo) una novela gráfica, Gabo, memorias de una vida mágica, que recrea la gestación de la novela que le aupó al olimpo de la literatura, Cien años de soledad. Arranca en una carretera mexicana por la que circulan el autor, su esposa Mercedes y sus hijos para descansar unos días en Acapulco y finaliza con el colombiano vestido de liqui-liqui hablando ante los reyes de un país muy alejado del olor a guayaba.

Entre ambas viñetas se condensa la biografía de García Márquez, nacido el 6 de abril de 1927 en Aracataca con el cordón umbilical enrollado al cuello y consagrado con el Nobel de Literatura en 1982. Entre ambos accidentes ocurrió de todo: gloria y penuria. Cuando García Márquez viaja hacia Acapulco ya ha publicado libros (La hojarasca o Relato de un náufrago) pero sigue siendo un periodista que sueña con una novela a la que llama La casa y de la que entra y sale sin sentir acomodo. Por alguna razón encontró al volante el tono que se convertiría en la característica marca de la impactante obra. Luego vendrían las ventas millonarias, la fama, los premios, incluso las biografías sobre su vida.

Sin embargo, hasta ahora no había llegado el cómic. Asombroso. “No solo es sorprendente que no hubiese una novela gráfica sobre Gabo, sino que no exista una sobre Cortázar o Borges”, concede el editor John Naranjo, muy satisfecho con la repercusión internacional del cómic, que ya ha salido a la venta en Colombia.

No es propiamente una biografía al uso ni hurga en aspectos controvertidos del autor, como la disputa con Mario Vargas Llosa que acabó en una ruptura entre ambos o su amistad con Fidel Castro. “Esta biografía literaria no elude ni su ideología ni su posición política, simplemente que estos aspectos, como muchos otros de la vida privada de Gabo, no son relevantes a la hora de contar lo que nos interesa contar. Lo que el lector va a encontrar es la epopeya de un chico que nace en un pueblo olvidado por la mente de Dios y que a fuerza de empeño y trabajo se convierte en un mito viviente de la literatura universal”.                                        

Con información de El País