Francisco Bedoy Solórzano, profeta en su tierra

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUL/2013).- Francisco Bedoy Solórzano es profeta en su tierra. Durante su participación en la tercera jornada de los Martes de Música y Ópera, todo le salió bien al tenor tapatío. Su desempeño en el escenario fue solvente y logró atraer a los más de 500 asistentes que se apersonaron en el Teatro Degollado después de las 20:00 horas.

Ante la aprobación general, el tenor fue esquivo a entablar comunicación con el público. Al recibir los aplausos, él mismo los dirigió hacia el pianista Sergio Hernández Valdez, cuya labor en el escenario fue sobria y eficiente.

El programa que presentó incluyó piezas como Clair de lune, Op. 46, No, 2; Au bord de l'eau, Op. 8, No. 1, y La chanson du pêcheur, Op. 4, No 1, de Gabriel Fauré.  De Gioachino Rossini interpretó temas como Le Sylvain, L' esule, La Lontananza y Ecco ridente in cielo de la ópera el barbero de Sevilla.

Luego del intermedio, el tapatío completó su trabajo con piezas de Mozart, Dominick Argento, Igor Stravinsky y Joaquín Turina. Cuando el concierto estaba a punto de culminar, algunos asistentes pidieron otra ración de talento de Bedoy Solórzano, que, solícito y alegre, ofreció el tema Bésame mucho, de Consuelo Velázquez.

El cambio de sede -de la Sala de Cámara al Teatro Degollado- se realizó debido a la buena respuesta que los tapatíos dieron  al programa apuntalado por la Secretaría de Cultura. En las dos fechas anteriores, la Sala de Cámara estuvo agolpada.

Cuando dio a conocer el programa de conciertos, Silvia Knobel, coordinadora de Música de la dependencia estatal, esperaba que se agotaran las primeras fechas de julio en la Sala de Cámara para después pensar en cambiar la sede al Teatro Degollado; sin embargo, eso sucedió antes.

Previo al inicio del evento, Óscar Humberto Zúñiga, secretario particular de la secretaria de Cultura estatal, Myriam Vachez, dijo que la intención de los Martes de Música y Ópera es seguir estableciendo cercanía entre los tapatíos y la ópera.

Agregó que si el espectáculo continúa con la buena respuesta que hasta el momento ha recibido, el acomodo de personas en el escenario, rodeando al artista participante, seguirá llevándose a cabo.

Algunas personas que presenciaban el espectáculo desde las lunetas manifestaron su descontento hacia los jóvenes que rompían el silencio con sonoras carcajadas, inesperados aplausos y charlas en medio del canto de Bedoy Solórzano. El malestar ante este tipo de acciones fue constante durante el desarrollo del concierto.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI