Martes, 21 de Octubre 2025
Cultura | Artes populares

Folclórico ''chiquito'' llena de sonrisas el Diana

Más de un centenar de niños del Ballet de la UdeG sorprendió al público del teatro universitario

Por: EL INFORMADOR

El Ballet Folclórico Infantil presentó una selección de bailes chiapanecos. M. FREYRÍA  /

El Ballet Folclórico Infantil presentó una selección de bailes chiapanecos. M. FREYRÍA /

GUADALAJARA, JALISCO (04/JUL/2011).- Son niños, su rostro, su estatura y su energía los delatan. Pero sobre el escenario son maestros. Son más de 100 bailarines, pero se escuchan decenas de cientos. La alegría con la que contorsionan sus cuerpos es la mejor manera de entender su pasión, y son tan profesionales que parece que están jugando sobre la tarima. Son los niños del Ballet Folclórico Infantil de la Universidad de Guadalajara (UdeG), quienes la tarde de ayer, en un nublado domingo, hicieron estallar en más de una ocasión al Teatro Diana.

El atrio del recinto, ubicado en la Avenida 16 de Septiembre, era confusión, los públicos se mimetizaban. En el Diana, padres, familiares y amigos de los niños esperaban que las puertas se abrieran. Al mismo tiempo, adultos con ganas de reír hacían fila en el “dianita”, como se le conoce al Estudio Diana. La fila era para ver la puesta en escena La procesión de la Santa Mentira,  que protagoniza Copatzin Borbón.

Eran las 17:50 horas y en el mismo lugar doña Carmen seguía vendiendo ramos de rosas en 40 y 50 pesos. Sabía que la presentación era la graduación de más de algún pequeñito. Lo que no sabía es que el próximo 5 de julio, a las 17:00  horas, en las instalaciones de la Casa de la Danza (López Cotilla 972) se efectuará el casting a niños de cuatro a ocho años que quieran entrar al nuevo ciclo del ballet.

Pero eso tampoco lo sabe doña Esmeralda Hernández, quien llegó tarde a la gran gala. Vino a ver a su hija, pero como el maestro de ceremonia se dedicó a hablar de fútbol y las historias de cada pieza que se ejecutaría, Esmeralda alcanzó a ver el primer bailable titulado Procesión de San Sebastián.

Una rica y complicada gama de costumbres y creencias conviven de manera increíble en la región chiapaneca, Estado al que le fue dedicada la velada. Cada uno de los grupos étnicos que allí habitan posee hondas raíces y tradiciones. Así fueron sucediendo las piezas Parachicos, Las Chiapanecas, El Chiapanequito, Nicté, Palenque y El Toro.

Como si fuera el gran baile del día de la Primavera, o el festival del Día de las Madres de alguna escuela primaria, los niños más pequeños se tropiezan sobre sus pies y los adultos, sentados en medio de la oscuridad, tratan de grabar en sus videocamaras prohibidas y celulares modernos, hoy y para siempre, estos momentos en que sus niños toman un escenario de la envergadura del Teatro Diana.

Los niños con vestuarios coloridos y en el ambiente del teatro, el olor a perfume de las madres y las lociones de los padres. Sonrisas de los niños y dedos de madres que, apuntando hacia el escenario, tratan de presumir a sus retoños. Marimba que confunde sus sonidos con el castañear de las palmas del público.

Sí, también los hubo. Artistas pasmados que, con sus escasos años decidieron que sus piernas bailaran menos. El nerviosismo no es el mejor amigo de los niños, pero sí los aplausos que les rindió el público, que al ver la necesidad de los menores, sentían que dos palmas y un sonido los salvarían del bochorno. (Y al final, el marichi, integrado de adultos, fueron los que se equivocaron al entonar canciones a destiempo).

Y después, y antes de despedir al centenar de niños, el orgullo de ser jalisciense.  Las Abajeñas, Guadalajara, El Son de la negra y La Culebra estremecieron los poros de más de alguno. Doña Carmen esperaba afuera con los mismos ramos de 40 y 50 pesos. Y todos tendrán que esperar otro año para volver a ver al Ballet Folclórico Infantil de la UdeG.

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