Filomena Marturano conmueve a los tapatíos

GUADALAJARA, JALISCO (09/NOV/2011).- De pie y con incesantes aplausos, los tapatíos despidieron al elenco de Filomena Marturano, la puesta en escena protagonizada por Rebeca Jones y Juan Ferrara que cosechó reacciones positivas en su primera de cuatro funciones en el Teatro Galerías.

Con 12 minutos sobre las 19:00 horas, el telón se levantó para dar lugar a la obra que se desarrolla en un escenario que recrea la elegante residencia de Domingo Soriano (Ferrara), esposo de Filomena Marturano (Jones), quien al estar a punto de festejar la muerte de su consorte se da cuenta que ésta le tendió una trampa...

Pero no fue hasta que la experimentada actriz pisó el escenario cuando la trama comenzó a tomar forma y a despertar emociones. Se hizo presente con una bata rosa de seda que no escatimó en escote, descalza y con el cabello desarreglado, pues simuló haber despertado de una larga y terminal enfermedad que nunca tuvo.

Ahí comenzó la historia y el vaivén de emociones, pues los asistentes, que poblaron parcialmente el teatro, comenzaron la noche descargando varias dosis de carcajadas ante la discusión de los esposos, quienes luego de 30 años juntos en silencio comenzaron a decirse sus verdades.

Los protagonistas se ganaron al público sólo con la manera en que explotaban sus actitudes: Domingo, el rico hombre de negocios que se hace acompañar de cuantas mujeres le atraen, y Filomena, por su parte, una mujer de carácter, una señora que se sale con la suya, “que tiene su propia ley y no sabe llorar”.

La manera en que cada uno se justificaba y buscaba perjudicar al otro no sólo hizo reír a los espectadores, sino que los conmovió al conocer la historia que cada uno arrastra y los hace ser como son, sobre todo Filomena, la inquebrantable.

Pese a las sutiles fallas en el sonido, los 10 actores en escena arreglaron sus desperfectos de manera discreta sin perder el seguimiento de la historia, que fue tornándose más cruda. Uno de los momentos que mantuvo a la audiencia expectante fue cuando Filomena le hizo saber a su marido que uno de los tres vecinos era su hijo, pero no le especificaba cuál, sembrando dudas que despertaron especulaciones no sólo del presunto padre, sino de los presentes.