Exposición “Como agua fría” muestra lo mejor de la pintura plástica

MEXICO, D.F.- La reciente exposición que presenta el espacio alternativo cultural Caja Blanca, llamada “Como agua fría”, se muestra a manera de salón del siglo XIX que reitera el cubo blanco modernista, el cual propone despertar inquietudes sobre la práctica conceptual de la pintura bajo la propuesta de cinco artistas jóvenes cuyo lazo en común, además de compartir su pasión por el arte, es vivir y trabajar en la ciudad de México.

Tres de los creativos pintan como actividad principal -Will Berry, Agustín González y Manuel Mathar-, y los otros dos lo hacen como parte de su búsqueda interdisciplinaria -Taka Fernández e Israel Moreno Moris.

El montaje fue curado por Víctor Zamudio Taylor, crítico e investigador de arte de importantes proyectos a nivel internacional y se realizó gracias al apoyo del coleccionista y mecenas Eugenio López Alonso.

“Como agua fría es la mejor oportunidad de presentar una argumentación visual de temas en torno a la pintura conceptual realizada en nuestro país”, destaca el curador.

Los cuadros de los artistas participantes dan la bienvenida a los visitantes, los cuales encontrarán una gran variedad de estilos y técnicas que van desde la pintura realista hasta lo abstracto.

La muestra destaca la práctica pictórica conceptual, que más que expresar, representa la esencia de su autor.

“No se trata de subestimar o dejar de lado la pasión que desata el arte contemporáneo, al contrario, ésta es fundamental ya que el pensar también lo genera. Como agua fría se basa en el dialogismo -figura que consiste en que la persona que habla lo hace como si conversara consigo misma-, que por definición es contradictorio y enriquecedor”, puntualiza Zamudio Taylor.

Para lograr este diálogo íntimo con sus pinturas, Will Berry optó por fusionar expresión y pensamiento. En su ejercicio abstracto cada decisión, -ya sea gesto, marca, soporte, pigmento o formato- es cuidadosa, surge de procesos de eliminación que requieren una idea.

En contraste, Agustín González es un gran curioso que busca, encuentra y atina. Sin ansiedad de influencia, sus composiciones y gama cromática citan e integran lo aprendido de sus maestros que combina con el expresionismo modernista de José Clemente Orozco, creando un lenguaje propio e identificable.

Une, a su manera, tendencias fundadas en expresionismos ya clásicos para revertirla en pensamiento destilado de emoción directa, pero no sin dejar de otorgarle su lugar merecido al dinamismo plástico y a la idea.

A Manuel Mathar también le atrae lo grotesco y la llamada bad painting, -práctica de pintar de manera provocativa, subrayando los estereotipos del mal gusto, lo kitsch y lo artesanal-, propuesta que fundamentó el quehacer pictórico moderno para evadir el objeto preciosista.
Formado en propuestas contraculturales derivadas del movimiento punk y el graffiti, Taka Fernández es un artista precoz y a la vez tardío. Trabaja en escultura, instalación, dibujo y pintura.
 
Lo seductor e interesante de su estilo es logrado gracias a un repertorio pictórico que incluye gestos, manchas, marcas, derrames y esparcimientos.
Por su parte, Moris se inclina por la pintura como ejercicio que exige la formalización del concepto con temas de investigación basados en la cultura urbana y labor de campo antropológica.

Para realizar su obra utiliza los mismos recursos pictóricos que Andy Warhol.