Qué si la adicción a los videojuegos es un trastorno según la OMS, que si estimulan la violencia o el uso de armas, que si los peligros de jugar en línea; a estas alturas todos hemos oído hablar de los latentes y serios riesgos que rondan alrededor de los videojuegos; sin embargo, ante este panorama de prevención es fácil dejar de lado los aspectos positivos de jugarlos y no, no se limita a los momentos de diversión que pasan los gamers, de hecho hay mucho más:En los videojuegos y con la apreciación suficiente podemos participar (aunque no sea el objetivo principal) en clases de historia o arqueología, prácticas lógico-matemáticas, conocimiento de otros idiomas, trabajo en equipo y hasta en el desarrollo psicomotriz.Asimismo, la naturaleza de casi todos los videojuegos ayuda a mejorar la capacidad lectora y de atención visual, al exigir a los usuarios centrar su atención en la pantalla, lo que funciona como una herramienta para entrenar estas habilidades. Si lo piensas bien, estás son dos asignaturas qué forman parte de casi cualquier plan de estudios de educación básica.Los videojuegos no son cosa de niños y tampoco significan una total pérdida de tiempo; de hecho, existe ya un método educativo: el game-based learning o aprendizaje basado en los juegos electrónicos, el cual utiliza la información dentro de los videojuegos para educar a los estudiantes de una manera dinámica, motivada, y de forma práctica.Actualmente, estudiosos del comportamiento y el aprendizaje reconocen que es a través de la motivación cómo las personas aprendemos y desarrollamos de mejor manera los conocimientos necesarios. A través de esta motivación que producen los videojuegos en los estudiantes, ellos asumen un rol central en el proceso de aprendizaje, la historia que plantea el juego, así como los premios y metas que consiguen con su propio esfuerzo. De esta forma, es posible captar y mantener el interés por aprender.Otra ventaja que contempla el método son las emociones y el dinamismo. Al aprender mediante videojuegos, el aprendizaje se transforma en una práctica divertida, por lo cual, los alumnos asimilan y retienen los contenidos de una forma más sencilla.De igual manera, el empleo y práctica de los conocimientos adquiridos se vuelve posible de forma inmediata, a diferencia del contexto que ofrece un salón de clases. El game-based learning como método, permite aplicar los conocimientos sin crear verdaderas situaciones de peligro, además de que la práctica consciente es señalada como la mejor forma de reforzar los nuevos aprendizajes.Abundando, es necesario saber que existe un tipo de videojuegos creados con estos objetivos específicos conocidos como los serious games (videojuegos serios). El diseño de estas propuestas tiene un objetivo muy claro: enseñar a los estudiantes en materias concretas que van desde el aprendizaje de idiomas hasta el entrenamiento de profesionales como policías, pilotos, bomberos o personal sanitario.Estudios de la Universidad de Rochester afirman que el uso de videojuegos ayuda en agilidad para nuestra resolución de problemas: la capacidad de lidiar con imprevistos al plantear problemas y establecer un tiempo para resolverlos.También fomentan el trabajo en equipo, pues las partidas con varios jugadores con un objetivo común refuerzan la capacidad para resolver problemas de forma colaborativa. En este sentido, todas esas partidas nutren la creatividad, atención y memoria visual de los jugadores.Mientras jugamos nos trasladamos a situaciones de mando, lo que permite mejorar nuestra capacidad para resolver conflictos, dirigir a otros personajes y tomar decisiones en tiempo limitado.No todos son beneficios intelectuales, los videojuegos también ayudan a tratar algunos problemas físicos muy concretos como la ambliopía u ojo vago. De acuerdo con una investigación realizada en la Universidad de California los adultos jóvenes con ambliopía pueden llegar a mejorar su visión gracias a los videojuegos hasta en un 30 por ciento.Siguiendo con el cuerpo, otro beneficio es la disminución de la sensación del dolor.Según un informe que se publicó en el British Medical Journal, el alto nivel de concentración que exigen los videojuegos, puede reducir la sensación de dolor al evitar poner el foco en el y desviar la atención al juego; una interesante investigación que fue realizada con niños sometidos a quimioterapia, quienes consumieron menos analgésicos y gracias a los videojuegos experimentaron menos náuseas.Asimismo, los videojuegos suponen una herramienta para la fisioterapia; especialmente los videojuegos con sensores de movimiento, es posible utilizarlos como herramientas para ayudar a las personas que necesitan recuperar la movilidad, después de haber padecido una fractura.Estos juegos también pueden ser útiles en el tratamiento para mejorar reflejos y la coordinación, en personas que han sufrido enfermedades neurodegenerativas como el parkinson, ictus o esclerosis múltiple.Sin embargo, no hay que dejar de lado los riesgos ya conocidos de la exposición prolongada de niños y adolescentes a las consolas de videojuegos sin supervisión parental, para ello, la revista Psychology Today puntualiza los siguientes consejos para los padres o tutores de menores:CP
