Jueves, 18 de Abril 2024

Toca el cielo en Colombia

La piedra del peñol, en el municipio de guatapé (Antioquia) ofrece un ascenso desafiante cuyo premio es una vista que robará tu aliento y se quedará por siempre en tu alma

Por: Francisco González

Desde arriba. Vista del embalse desde el punto más alto de la Piedra del Peñol. EL INFORMADOR / F. González

Desde arriba. Vista del embalse desde el punto más alto de la Piedra del Peñol. EL INFORMADOR / F. González

La Piedra del Peñol es un imponente monolito de 220 metros de altura, erguido en el corazón de los verdes senderos del municipio de Guatapé, Colombia. Fácilmente visible a la distancia, esta gigantesca piedrota compuesta de cuarzo, feldespato y mica domina por completo el horizonte del embalse que lo circunda.

No son pocos los turistas que llegan a Medellín y deciden visitar la piedra y el cercano -y extremadamente colorido- pueblito de Guatapé (están a 70 kilómetros). Para llegar, puedes tomar un autobús en la Central de camiones de esa ciudad. Es un trayecto de casi dos horas, tiempo que se consume en una incontable sucesión de curvas, subidas y bajadas. La ruta es directa, aunque ojo, le tienes que indicar al chofer que deseas bajarte en la piedrota, que está antes de llegar al pueblo.

Detalles. Quienes llegan al punto más alto, aprovechan para dejar una “huella” como prueba de su ascenso. EL INFORMADOR / F. González

Entonces, aparecerá el Peñol ante ti. Si llegas tempranito podrás disfrutar de un excelso desayuno antioqueño, con patacones, arepa y salchicha (prueba todo el café que puedas en tu viaje a Colombia), que es justo lo necesario para el desafío que te espera: 702 escalones que marcan el camino hasta la cima de la piedra.

No hay otra manera de subir si no es con la fuerza de tus piernas. Una vez que superes los primeros 100 escalones, quizás te preguntes si fue una buena idea hacer esta actividad, y cuando llegues a la mitad, te encontrarás con una pequeña capilla abierta, perfecta para pedirle a la Virgen allí colocada las fuerzas para terminar el trayecto.

Es verdad que el ascenso es demandante, pero también es cierto que al cumplirlo, la vista que te ofrece es una magna recompensa. Tus ojos se van a regodear en un horizonte infinito, pintado en los tonos más bellos de verde y azul, ribeteado por las nubes más esponjosas que puedas  imaginar. La brisa suave acariciará tus sienes, dibujando una corona de olivo invisible para reconocer el esfuerzo.

En la parte más alta del peñol encontrarás a otros visitantes, cuya sonrisa será cómplice de la tuya. Allí arriba también es posible adquirir bebidas, snacks y algunos recuerditos. Es recomendable que exprimas al máximo tu estadía en la cima, porque adivina…la bajada también es a pie, no hay elevador, pasamanos, nada.

Guatapé. El colorido de este pueblo, sencillamente encantador. EL INFORMADOR / F. González

De paseo por Guatapé

Puedes tomar un mototaxi desde el Peñol hasta el pueblo de Guatapé (lo recomendable en estos transportes es que vayan máximo tres personas). Lo primero que destaca es el tremendo colorido de las fachadas de las casas. Cada una tiene una decoración particular, así que si llevas tu cámara fotográfica, este será un rincón perfecto para guardar en tu memoria.

El pueblito también es famoso por su enorme cantidad de zócalos, cada uno con su propia identidad. En los alrededores del Centro te vas a encontrar varios puestos de comida, con la gastronomía antioqueña dominando el menú, aunque por husmeando por la zona te toparás con propuestas muy diversas, incluyendo comida mexicana.

Guatapé y el Peñol son dos experiencias que bien valen la pena. Por la vista, el esfuerzo y la anécdota que dejan tras de sí. Y sobre todo, porque no todos los días llega la oportunidad de tocar el cielo.

La llegada

Líneas como Aeroméxico, Copa e Interjet ofrecen el vuelo desde Guadalajara a Medellín, haciendo regularmente una escala en Ciudad de México. Toma en cuenta que comprar tus boletos con anticipación te permitirá obtener mejores precios.

Delicia

Para la comida

En Guatapé se come delicioso. Sobre el malecón se encuentran varios restaurantes, donde podrás disfrutar desde un buen tinto (café), hasta la afamada bandeja paisa.

Una recomendación, por precio y generosidad de los platillos, es Restaurante Mirador del Lago No 2 (calle 32, #31-35). Aceptan tarjeta.

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