Jueves, 28 de Marzo 2024

Retratista de la realidad revolucionaria

A 144 años del nacimiento de este personaje histórico, recordamos su bibliografía así como su paso por la Revolución Mexicana
 

Por: Jorge Pérez

Su legado se vio reflejado con la obtención de dos premios a lo largo de su carrera y yacer en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. EL INFORMADOR/ J. López

Su legado se vio reflejado con la obtención de dos premios a lo largo de su carrera y yacer en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. EL INFORMADOR/ J. López

Una novela clásica de la literatura nacional es “Los de abajo”, inserta en el subgénero de la novela revolucionaria y escrita por un testigo de primera mano, Mariano Azuela. Nacido el primero de enero de 1873, en Lagos de Moreno, su formación básica comenzó en su pueblo natal, para después continuar con la carrera de medicina en Guadalajara. Azuela es parte de la extensa lista de médicos que también ejercieron la literatura, con el perfil particular de reflejar la cruda realidad que le tocó vivir: primero las injusticias y la desigualdad social en un régimen dictatorial como el de Porfirio Díaz; más tarde el conflicto armado y la cíclica derrota de “Los de abajo”, el pueblo cuya última esperanza era la revolución.

Con el término de la revolución y la institucionalización del país, a Azuela le tocó ser testigo y partícipe de la evolución del país: en 1942 fue uno de los iniciadores del Seminario de Cultura Mexicana; al año siguiente fue integrado como miembro fundador de El Colegio Nacional (en la categoría de Artes y Letras, no por la medicina). Allí dictó cátedra en torno a la literatura. El registro escrito de sus conferencias se publicó con el título de Cien años de novela mexicana, su único libro de ensayos (de 1947). La publicación fue de la desaparecida Ediciones Botas, edición que todavía es posible conseguir en librerías de viejo con un poco de suerte.

Uno de los méritos de Mariano es ofrecer a los lectores un primer acercamiento a la historia de la revolución y cómo se vivió en los estratos más bajos de la sociedad. El movimiento de la novela revolucionaria en México fue una tendencia literaria que surgió de hombres que vivieron la revolución. Junto con Azuela, Martín Luis Guzmán es el máximo representante de esta corriente literaria propia de México. El ímpetu de la escritura y las circunstancias hicieron que Azuela fuera el iniciador de la novela de la revolución, pues otros autores publicaron sus obras incluso ya terminado el conflicto. Sumados a Azuela y a Guzmán, otros autores representativos de este subgénero de la novela en México son José Rubén Romero y Francisco L. Urquizo, igualmente publicados por el FCE.

Para fortuna de los lectores, los libros de Azuela no han caído en el olvido y pasan con frecuencia por la imprenta. La editorial que acoge su bibliografía no podría ser otra: el Fondo de Cultura Económica. En su Colección Popular se encuentra su emblemática novela breve, Los de abajo, una publicación que ha sido utilizada muchas ocasiones con fines escolares. En la misma colección hallamos un volumen doble con las novelas Mala yerba y Esa sangre. La elección no es arbitraria, pues el propio autor ligó ambas ficciones: Mala yerba la publicó antes de la caída del Porfiriato (justo en 1909), régimen al cual se pronunció en su contra. A la par de la intención literaria, el libro buscó registrar y dar a conocer las problemáticas de los trabajadores del campo frente a los hacendados corruptos. Esa sangre fue una continuación de los personajes, aunque el autor no llegó a ver en vida la publicación de la novela (publicada de manera póstuma cuatro años después de su muerte).

En Colección Popular también está “Tres novelas”, publicación que reúne los textos breves La Malhora, el desquite y La luciérnaga. En el aniversario número 70 del FCE la editorial mexicana eligió a Azuela como uno de los autores para publicar en su colección de aniversario: el libro en la cuidada edición incluyó “Los de abajo” y “Mala yerba”. En el mismo FCE se publicaron antaño sus “Obras completas”, divididas en dos tomos y que recogen su producción en la novela y cuento. Todavía es posible conseguir ejemplares de sus “Obras completas”, la lectura más recomendable si queremos profundizar en la obra del autor.

Médico militante

La preocupación de Azuela como ciudadano fue más allá de retratar la desigualdad y la catástrofe de la revolución. Como líder político apoyó a Madero al comienzo del conflicto cuando este asumió el poder. Azuela colaboró desde Lagos de Moreno, aunque pronto se desilusionó del rumbo que tomó la disputa desenfrenada por el poder (de esa etapa es su novela titulada Andrés Pérez, maderista). Más tarde, como médico quiso tomar parte, por lo que en 1913 se unió como médico militar en el ejército de Pancho Villa, particularmente en la facción controlada por Julián Medina (quien fuera gobernador interino de Jalisco en 1914-15). Villa y sus representantes terminaron derrotados ese 1915, situación que provocó el breve exilio de Azuela a El Paso, en Estados Unidos. Durante ese periodo publicó Los de abajo, por entregas en el periódico El Paso del Norte. Al año siguiente regresó a México para radicar en la capital nacional, donde permaneció hasta su muerte.

Dos premios son significativos en su carrera: el primero en terruño, entregado en 1903, cuando recibió los Juegos Florales de Lagos de Moreno al comienzo de su carrera; el segundo fue de la patria, cuando se le reconoció su obra con el Premio Nacional de Artes y Ciencias en 1949. Fallecido el primero de marzo de 1952, sus restos mortales descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres (ubicado en el Panteón de Dolores, en la Ciudad de México). El nieto de Mariano, Arturo Azuela (1938-2012), también se dedicó a las letras, a la historia y la divulgación científica, a la par de ser académico de la UNAM.

DR

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