Viernes, 10 de Octubre 2025

Pambazo, un antojito tradicional

Desde el nombre se puede intuir la esencia de esta comida mexicana, con el guiño a la palabra “pan”

Por: El Informador

PAMBAZO. Un antojito infaltable en toda mesa. ESPECIAL

PAMBAZO. Un antojito infaltable en toda mesa. ESPECIAL

La gastronomía es una forma de conocer tradiciones distintas, aunque su ubicación sea relativamente cercana. Conocer la comida es la forma más sencilla de “descubrir” un lugar a la distancia, pues comer platillos de diferentes lugares nos acerca culturalmente a estos sitios. 

En la amplia variedad de comida mexicana hay un clásico del Centro del país cuya elaboración es relativamente sencilla: los pambazos. En una época en la que resulta casi imposible salir de la ciudad, conocer y preparar este rico platillo es una forma de viajar culinariamente a otras regiones de México.

Desde el nombre se puede intuir la esencia de esta comida mexicana, con el guiño a la palabra “pan”: el pambazo es un pequeño emparedado relleno de guisos, muy popular para comerse en puestos al aire libre o en cenadurías. A falta de un posible tour gastronómico, una opción en estos días de contingencia sanitaria es prepararlos en casa, desde el pan.

El tipo de pan que se utiliza para los pambazos está hecho con harina de trigo. Una receta para la preparación casera con pocos comensales puede hacerse con medio kilo de harina, media cucharadita de levadura, una cucharada de azúcar, una de sal, manteca vegetal (unos 50 gramos) y agua.

La preparación del pan en casa arranca con la harina en un tazón, al que vertemos el agua junto con la levadura y el azúcar, para estimular la activación de la levadura. Poco después la espuma comienza a surgir de la mezcla, por la levadura. Prosigue la preparación con la manteca al centro y la sal alrededor, además de un poco más de agua. Así nace la masa base para la creación del pan.

Una vez que los ingredientes están bien unidos pasamos a amasar en una tabla, ya fuera del tazón.

Previamente colocamos harina en la superficie para evitar que se pegue. El amasado es clave para la calidad del pan: se recomienda estar trabajando la masa durante por lo menos diez minutos. De vuelta en un tazón limpio colocamos la preparación para que repose, cubierta para que crezca.

Dejamos reposar durante una hora, para luego proceder a amasar de nuevo brevemente. Sigue la partición de esa base madre para crear los bollos. Un tamaño estándar pueden ser porciones de cien gramos, que dejaremos reposar por un rato más (entre 15 y 30 minutos).

Es hora de encender el horno, con la charola impregnada con manteca vegetal para que no se peguen durante el proceso. En la superficie exterior de los futuros panes colocamos más harina, para el mismo fin: del mismo modo esta parte de la receta le da el típico espolvoreado que se mantiene hasta el plato del comensal.

La forma de las porciones se aplasta un poco, para quedar no como bolas sino como un poco planos. Una vez que está caliente el horno introducimos la charola. Con la temperatura entre 170 y 190 grados, los panes estarán listos entre 15 y 20 minutos después (hay que revisar la superficie hasta que atisbe su costra dorada).

Ya con los panes listos, al pambazo sólo le faltara su relleno, que varía según la región. ¡Disfruta!

JL

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