Viernes, 19 de Abril 2024

Hacienda La Sauceda, bella eternidad

La edificación, cuyos orígenes se remontan al Siglo XVII, es también uno de los museos más bellos de nuestro país

Por: Francisco González

El Museo Hacienda La Sauceda -escrito con mayor propiedad-, es un perfecto ejemplo de la riqueza que tuvo (y tiene) el campo en Jalisco. ESPECIAL / J. Monroy

El Museo Hacienda La Sauceda -escrito con mayor propiedad-, es un perfecto ejemplo de la riqueza que tuvo (y tiene) el campo en Jalisco. ESPECIAL / J. Monroy

La llegada de un año nuevo siempre se traduce en la renovación de metas, la aparición de frescos desafíos y las ganas de encontrar nuevos lugares por explorar. Pero las almas viajeras entienden que no toda aventura se trata de subirse a un avión o abandonar el país. En ocasiones, la travesía más espléndida se encuentra más cerca de lo que podemos imaginar. ¿Lo dudas? Basta con mirar el mapa de nuestro Estado para darnos cuenta de toda la magia que tenemos en las proximidades. Tal como sucede con la ex Hacienda La Sauceda, en Cocula.

El Museo Hacienda La Sauceda -escrito con mayor propiedad-, es un perfecto ejemplo de la riqueza que tuvo (y tiene) el campo en nuestro Estado. Sus primeros dueños fueron los Jesuitas, quienes llevaron a cabo en su interior actividades de ganadería y agricultura. Entre 1700 y 1767 las dimensiones de la hacienda eran tan grandes, que hasta ella llegaban desde el Mezquital y Querétaro rebaños de ovejas, para aprovechar sus verdes terrenos, pues en aquellos años llegaba a ocupar un área de 24 mil hectáreas. Suena mucho, pero todavía fue más grande.

Tras la expulsión de la orden jesuita del virreinato de Nueva España, la hacienda pasó a manos del primer marqués de Pánuco, Francisco Javier Vizcarra, un español de abolengo que ya era rico gracias a que había ejercido la minería en Sinaloa. Venido desde las duras condiciones del Norte, estas tierras jaliscienses le debieron parecer un auténtico vergel del que quedó enamorado.

Él y sus descendientes se encargarían de “vestir” la hacienda con el mayor lujo posible. Para 1900 era una de las más grandes, ricas y bellas de Jalisco. En sus inmensos terrenos se sembraba maíz, sorgo, garbanzo, granadas agrias y hasta agave. Sus verdes campos se perdían en el inmenso horizonte, ajenos a la convulsa situación política y social que enfrentaría México al comenzar el siglo XX.

Entre los cambios que sucedieron, se cuenta naturalmente la desaparición de las haciendas. Aquellos inmensos terrenos serían fraccionados, corriendo diversas suertes. Lo que vemos hoy en La Sauceda, aunque espléndido, es una gota del inmenso océano que fue.

Un paseo por otros tiempos

En una época de ajetreo y ritmo acelerado de vida, es un deleite entrar en La Sauceda para dar una vuelta por sus rincones, pasillos, habitaciones, sala de juegos y jardines, cuyo aspecto parece haber quedado suspendido de manera perpetua. Todo en su interior, hasta el más pequeño artilugio, tiene una historia por contar.

La decoración del interior buscó conservar ese aire de principios del siglo XX y finales del XIX, cuando la familia perteneció a la élite de la sociedad porfiriana. Muebles, cuadros y candelabros de antiquísimo valor reciben a los visitantes, cuyos ojos se ven pronto atraídos por la tecnología de aquellos años: Fonógrafos, máquinas de escribir y gigantescos televisores hoy silentes.

De entre todo, destaca sin duda por su valor histórico e intrínsecamente religioso su Cristo, mejor conocido como “El Divino Salvador”, cuyo origen se remonta a más de dos siglos de antigüedad.

Un excelente momento para conocer este rincón de Cocula es durante Pascua, cuando se celebran las Fiestas del Divino Salvador, de especial significado para La Sauceda.

Descubre más

Puedes descubrir mucho sobre la historia y los usos que tiene hoy Hacienda La Sauceda. Visita la página de internet

www.facebook.com/HaciendaLaSaucedaCocula o llama al teléfono 33 3105 3230.

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