“Pon tu porvenir en manos de DIOS; confía en él y déjalo actuar” (Salmo: 37:5)Un año más se esfumó dejando marcadas las huellas por el peso de la vida llevada a cuestas. Las hojas del recuerdo se amontonan a la vera del camino que no tiene regreso, es de una sola trayectoria. Hoy iniciamos una nueva oportunidad, es dejar el pasado para mirar hacia un futuro de posibilidades.En este naciente 2018 que se pronostica como un año difícil, necesitamos más conciencia para buscar fuerzas en el cielo de nuestra existencia y que la contaminación de este mundo no decaiga ni empañe la energía personal.Que la cultura, conjunto de conocimientos, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, sea enfocada a la unión y convivencia familiar, pieza importante en la civilización y progreso de la humanidad. Bien decía Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.En una gaveta donde guardamos lo más importante, acomodemos la amistad, el amor recibido, las alegrías y sonrisas en un pañuelo con esperanzas y confianza de que el viento “que viene de arriba” haga renacer la belleza de nuestras almas, el sentido de patriotismo y de justicia en quienes con esfuerzo y audacia se preocupen por elevar la calidad de vida de las familias mexicanas.Que este año sea pleno de bendiciones, salud, amistad, amor y especialmente de la paz que tanto añoramos.Sigamos adelante con el bastón de la esperanza cantando con alegría, como los viajeros que engalanan esta columna.