“Señor, permítenos mantenernos de pie, y que este 2018 seamos útiles, tolerantes y amemos a nuestros semejantes, para que amando, también seamos amados”. Enero como primer mes del año es de esperanzas, con cartita o sin ella a los Reyes Magos, pedimos tener un país justo, con un cambio de actitud en lo ético como principio básico para que haya integridad, honestidad, responsabilidad, respeto a las leyes, a los reglamentos y a los derechos como ciudadanos.A los deseos primarios de la mayoría de las personas que pedimos salud, bienestar económico/moral y amor, podemos agregar, “ser todos hermanos”, tres palabras que implican enorme contenido de solidaridad, tolerancia, fraternidad, entrega desinteresada y amor. Cualidades esenciales del espíritu humano.Para que fluya es necesario hacer una limpieza: tirar los pensamientos indeseados y negativos, las agresiones, los deseos reprimidos y los recuerdos dolorosos. Desechar el rencor de las flores marchitas guardadas en las páginas de un libro que nunca leímos.En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias donde existen diferentes temores: a la oscuridad hasta ver la bella luz de una estrella; al dolor hasta aprender que en necesario para crecer; a envejecer hasta comprender que día a día se gana sabiduría; a la muerte para aprender que no es el final, sino más bien el comienzo.Esperamos que la luz divina pueda encender la fogata de una nueva humanidad que ayude a despertar para ver el amanecer que ayudemos a construir y esa paz se derrame en cada ser humano.Empecemos el año con alguien que comunique alegrías para que el día triste se transforme en un mejor día. Busquemos a quienes hagan sonreír nuestro corazón, como quienes dieron la bienvenida al 2018.LS
