Viernes, 19 de Abril 2024

Entre las nubes de Guanajuato

Descubre una de las ciudades con mayor historia de nuestro país; es también un destino que guarda sorpresas en cada uno de sus rincones 

Por: Francisco González

Guanajuato, ciudad mágica y llena de magníficos ejemplos del barroco mexicano. ESPECIAL / J. Monroy

Guanajuato, ciudad mágica y llena de magníficos ejemplos del barroco mexicano. ESPECIAL / J. Monroy

Todo viajero lo descubre tarde o temprano. Se da cuenta que algunos momentos son imposibles de ser capturados con una cámara fotográfica. Que ciertas descripciones se resisten a ser plasmadas en el papel. Que hay destinos tan gigantescos, tan complejos y tan ricos, que exigen al aventurero una segunda, tercera o cuarta visita. A volver siempre y explorar toda la vida una urbe en eterna transformación. Tal como sucede en Guanajuato.

No acabaría jamás de escribir las etiquetas que podemos colgarle a a Guanajuato capital. Ciudad mágica y llena de magníficos ejemplos del barroco mexicano. Pero también moderna, en constante movimiento y alimentada por las almas juveniles que todos los días las descubren. Orgullosa cuna de los sabores más profundos de la cocina nacional y al mismo tiempo, sede de un vigoroso movimiento gastronómico. Dueña de todos los colores que habitan en la imaginación y creadora de nuevos matices a la espera de ser descubiertos.

Algo que se ha convertido en el sello Guanajuato como Estado y en particular a su capital son sus sinuosas calles, pero so de “sinuoso” aquí es llevado al extremo. En esta urbe todo se encuentra en un ángulo que está lejos de ser horizontal. O sube o baja. O se tiene que atravesar un túnel, o subir una escalinata o rampa. Los caminos son serpenteantes y en general estrechos. Ojo, pues las banquetas también tienden a serlo.

Tras una larga caminata por sus edificios religiosos, plazas y callejones (no olvides sus mercados), es buena idea tomar un descanso en alguna de las bancas del Centro de la ciudad, en el Jardín de la Unión. A diferencia de otros zocalos capitalinos, el Jardín de la Unión está bellamente decorado con árboles y jardineras, lo que lo vuelve un espacio ideal para el descanso y refrescarse del Sol que cae a plomo en el Bajío.

También es un buen punto para adquirir algún souvenir. Aquí se dan cita pintores y artesanos que exponen su trabajo ante la mirada curiosa de los miles de turistas que cada día recorren las calles de la ciudad, y también están las infaltables tiendas con recuerdos y chacharas. Aquí se encuentran además sucursales bancarias, cajeros y farmacias.

El Teatro Juárez es uno de los edificios más hermosos del área. Abierto en 1903, el ya centenario recinto está coronado por ocho esculturas de bronce, que representan al mismo número musas. Su peristilo cuenta con hermosas columnas de tipo dórico, a cuyos pies suelen encontrarse los turistas que deciden tomarse un descanso. El recinto es la sede desde 1972 del Festival Internacional Cervantino, uno de los máximos encuentros culturales del país y que por estas fechas se encuentra en plena marcha.

Remata el día a los pies de la estatua del Pípila, y obtendrás una de las mejores vistas que puede ofrecer nuestro país. 

¡A volar!

Si te gusta practicar el ala delta o parapente en Valle visita los campamentos de Cerro Pelón y el Peñón del Diablo, punto de encuentro para aquellos que gustan y buscan los deportes de altura.
 

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