¿Kilos de más? Quizá es una de las principales preocupaciones al finalizar el año y evaluar la condición física y metabólica como resultado de las fiestas decembrinas y que en la mayoría de las ocasiones evidencia un claro aumento de peso.Más allá de las dietas y rutinas de ejercicios que prometen una disminución inmediata en el peso, es importante analizar médicamente el verdadero estado en el que nos encontramos, es decir, si esos kilos de más no son más que el descuido esporádico de las cantidades de grasa y azúcares que consumimos, o si ya es un caso de riesgo de sobrepeso y obesidad mórbida.Aunque la estatura puede figurar como un distractor para no notar de inmediato esos kilos de más, la cintura es la que refleja realmente el descontrol de peso: si como mujer la cintura rebasa los 80 centímetros y como hombre los 90, es momento de ir con el médico.De acuerdo con el cirujano Miguel Herrera, del Centro Médico ABC, tanto el sobrepeso como la obesidad deben tratarse con profesionales de la salud que adapten y personalicen los métodos reductivos para frenar el problema y tratar adecuadamente los problemas paralelos que se hayan desencadenado.Miguel Herrera señala que entre las opciones para disminuir el índice de masa corporal destacan cirugías o tratamientos quirúrgicos como la cirugía bariátrica o la banda gástrica, que de resultar exitosa en dos semanas la persona puede incorporarse nuevamente a sus rutinas cotidianas, tomando en cuenta un nuevo plan de alimentación en el que se eviten grasas y azúcares y ejercicio físico que ayuden a estabilizar y fortalecer los músculos.Añade que uno de los puntos importantes de estas intervenciones quirúrgicas es que la persona se comprometa a modificar sus hábitos alimenticios y así no complicar los resultados obtenidos.El cirujano hace hincapié en la importancia de tratar la obesidad mórbida con tratamientos adecuados y avalados médicamente, pues suele pensarse que las intervenciones como liposucción, de índole estético, ayudan a reducir el problema, sin embargo, especifica que esto no ayuda en lo absoluto a trabajar y solucionar de fondo.Antes de cualquier intervención, Miguel Herrera, destaca que toda persona debe someterse a estudios previos que permitan determinar si se es candidato, hay que hacer ajustes o regularizaciones en el funcionamiento del cuerpo o hay consideraciones como la diabetes o cáncer, por ejemplo.Se divide en tres componentes: dividir el estómago original para excluir la mayor parte al paso de los alimentos, dejando una porción (entre 30 y 40 milímetros) unida al esófago. Hacer un reservorio gástrico construido en la primera parte de la operación, que una al intestino al estómago para que la comida transite y prolongar el tiempo de saciedad. Llevar el proceso de digestión, comunicando al intestino que proviene del estómago excluido con la intervención de enzimas digestivas.Elimina la parte del estómago correspondiente a la curvatura menor, para convertirlo en un tubo gástrico. La resección del fondo del estómago reduce el hambre y el paso directo de la comida del estómago al intestino sin retraso, también estimula los mecanismos hormonales de saciedad.Tanto el sobrepeso y la obesidad se manifiestan de manera gradual debido al consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares y grasas:*Refrescos (bebidas gaseosas) *Bebidas alcohólicas *Botanas *Harinas *Aderezos *Frituras
