Viernes, 26 de Abril 2024

Damnificados batallan por salir adelante a un mes del sismo

Residentes de la Ciudad de México intentan reconstruir sus vidas tras el terremoto del 19 de septiembre

Por: Con información de AFP y AP

Un hombre frente a un edificio colapsado en las calles Amsterdam y Laredo, en Ciudad de México guarda silencio en un acto en memoria de las víctimas del sismo. AP/M. Ugarte

Un hombre frente a un edificio colapsado en las calles Amsterdam y Laredo, en Ciudad de México guarda silencio en un acto en memoria de las víctimas del sismo. AP/M. Ugarte

Obras de demolición en Concepción Beistegui 1503, en la colonia Narvarte. AP/M. Ugarte

Obras de demolición en Concepción Beistegui 1503, en la colonia Narvarte. AP/M. Ugarte

Miles de residentes de la Ciudad de México no han podido regresar a sus viviendas un mes después del sismo de 7.1 grados, que dejó 228 muertos en la capital. 

A continuación, las historias de algunos damnificados y cómo intentan salir adelante tras la tragedia.

Al rescate de recuerdos

Con el casco puesto, Rodrigo Díaz Mejía se alza sobre un automóvil aplastado y se encarama hasta llegar a un apartamento que quedó expuesto tras el terremoto del 19 de septiembre. Adentro, halla el retrato de dos chicos colgando de una pared agrietada. Se lo pone bajo el brazo para llevárselo a la familia.

Díaz entra al inmueble de la calle Tokio. AP/R. Blackwell

El mecánico de profesión ha estado desde hace varias semanas metiéndose por paredes rotas y pisos agrietados, infiltrándose en las residencias derruidas del conjunto residencial Tokio 517 en el centro de la Ciudad de México, tratando de rescatar fotos, ropa y documentos para las familias que se vieron obligadas a huir. Pero ahora, dice, las persistentes lluvias y obstáculos podrían obligarle a desistir.

Aventurarse entre las ruinas se ha vuelto más peligroso, dice Díaz Mejía, señalando hacia tres edificios en la zona Portales, dos de los cuales se colapsaron.

Aguardan promesas

María Luisa Campuzano Fernández se ha estado quedando en un hotel desde que el sismo dañó el edificio en la Ciudad de México donde ella había vivido por 15 años.

Campuzano camina en el edificio sostenido por vigas. AP/M. Ugarte

Los inspectores le dijeron que el edificio está estructuralmente firme, pero sus paredes sufrieron daños. El motivo fue uno de los edificios adyacentes, que quedó averiado en el sismo de 1985 y que cayó contra el de ella.

En una libreta, la mujer anotó la información sobre la asistencia que el gobierno prometió prestarle, pero no ha recibido beneficio alguno.

En el vestíbulo del edificio, donde el techo está sostenido con vigas de madera, Campuzano dice que “no ha llegado el dinero de ningún tipo y aquí estamos temblando porque aparte cada departamento está dañadísimo”.

En la incertidumbre

Ana María Rodríguez Maya, arquitecta de profesión, estaba trabajando en su apartamento cuando ocurrió el sismo. Corrió hacia las escaleras, pero sentía que el edificio se desmoronaba bajo sus pies. Logró alcanzar el techo, y luego el techo de un edificio adyacente.

Otras ocho personas quedaron atrapadas adentro. Sus gritos se percibían en medio de la nube de polvo y los vecinos corrieron al rescate con palas, picos y escalerillas, hasta que los rescataron a todos.

Un clóset con ropa aún colgada se ve en un departamento del edificio en la colonia Portales Norte. AP/R. Blackwell

Rodríguez dice que los vecinos permanecen en la incertidumbre. No han recibido ninguna asistencia financiera, aparte de un cheque de tres mil pesos otorgado a una familia de cuatro personas para que pudieran alojarse en otro lugar. Ella, sus hijos, su sobrino, los dos perros y el gato están dispersos por toda la ciudad, en casas de amigos y familiares.

Sus hijos lograron llegar hasta la vivienda en la que ella vivió por 20 años y que había remodelado recientemente. Grabaron un video de las ruinas y querían mostrárselo. Pero la mujer, con los ojos llenos de lágrimas, no soporta verlo, pues dice que quiere recordarlo como estaba originalmente.

Faldas y corbatas para seguir adelante

En pleno corazón de la colonia Roma, una de las zonas más afectadas, un grupo de amigas convirtió una galería de arte en la "Boutique Con Causa", repleta de trajes, vestidos y hasta accesorios en perfecto estado para las miles de personas que en el terremoto perdieron todo salvo su trabajo... pero sin un solo cambio de ropa para presentarse. 

Jesús Domínguez, de 31 años, intenta decidir entre un saco a cuadros que le queda un poco justo de mangas u otro azul al que tendría que cortarle el largo. Apenas puede hablar. 

"Es una situación muy incómoda, desesperante", comenta Domínguez. AFP/P. Pardo

Este empleado de una librería médica se declara irremediablemente "triste y decaído" desde que su departamento fue cerrado por orden de las autoridades ante el peligro de derrumbe.

"Boutique Con Causa" atiende un promedio de 20 damnificados por día, a los que "les da mucha pena venir, pero salen con una sonrisa", comenta Jenny Tapia, una de las voluntarias del lugar.

Museo bajo escombros 

En los humildes barrios de Xochimilco, del sur de la capital, Jaime Tirso Pérez sigue velando -noche y día- los escombros de su "Casa de Cultura Atlapulco", a la que numerosos niños acudían para hacer tareas y cultivarse.

Con la ayuda de su esposa, este profesor jubilado de 72 años recogió en este recinto más detres mil libros, figurillas prehispánicas, fotografías históricas y numerosos documentos sobre esta zona.

Pérez posa con frente a los restos del museo. AFP/R. Schemidt

Pero el sismo derrumbó esta casa de más de 200 años, dejando sus reliquias expuestas a la lluvia, el polvo y los ladrones.

"A ver qué se puede rescatar con ayuda del pueblo, pero no contamos con suficiente herramienta como para quitar el techo", dice Pérez.

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