Hace cuatro años que Carolina García Durán es auxiliar de Limpieza e Higiene en el Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco. Siempre había tenido cuidado en su labor, pero con la pandemia de COVID-19 extrema precauciones.Ella lo ve como una oportunidad y se dice “agradecida con la vida” por el lugar donde le tocó estar durante esta contingencia.Para Carolina y su familia los hábitos han cambiado y, sin ser doctora o enfermera, realiza los mismos protocolos: usa bata azul, guantes, botas quirúrgicas, cubrebocas y lentes protectores en su trabajo. También tiene protocolos para su casa.“Llegamos y hacemos nuestro cambio de uniforme a ropa a nuestras casas y, por ejemplo, yo llego, me quito los zapatos y a la regadera, cosas que normalmente no lo hacíamos de inmediato como ahora”, explicó.Además de limpiar constantemente las chapas, las superficies e implementar el lavado de manos frecuente, usa el cubrebocas en todo momento.Compartió que, junto con otras dos mil 300 personas de limpieza, recibió capacitación para saber cómo operar con pacientes con COVID-19. Pese a todas las capacitaciones y protocolos aprendidos, aún persiste el miedo a contagiar a la familia.“Siempre decimos ‘dios por delante’, nos encomendamos y pensamos que es un paciente como otros a quienes también atendemos con gusto”, finalizó.