Cuatro semanas después del atentado contra el ex secretario del Trabajo, Luis Carlos Nájera, en un restaurante de la Avenida Chapultepec, los negocios de la zona comienzan a recuperarse en asistencia de clientes y en ventas.Empleados de bares y restaurantes coincidieron en que, durante el fin de semana posterior al ataque, sus ventas bajaron hasta 70 por ciento. La situación mejoró conforme pasaron los días, pero aún no vuelve todo a la normalidad.En un sondeo realizado por este medio, ninguno de los trabajadores de negocios consultados dijo haber hecho cambios en sus medidas de seguridad. Luis Antonio González, del restaurante bar “María Lola”, refirió que los anuncios de que la gente evitara la zona lo golpearon. “Fue muy drástico; la gente no venía. Se quiso componer, pero ahora se está juntando hasta con las lluvias”.Guadalupe García, de un negocio de alitas, refirió que el hecho generó pérdidas no sólo a los dueños de restaurantes, sino a los empleados. De ganar hasta 800 pesos en propinas en un fin de semana, bajaron a 300 pesos.Guillermo Mendoza, empleado del restaurante-bar “El Depósito”, mencionó que cambiaron sus rutinas ni implementaron protocolos especiales. Pero sí pidió que las autoridades no bajen la guardia en la vigilancia, pues Chapultepec requiere atención permanente para evitar delitos como robos a personas o a negocios. Otros trabajadores de la zona coincidieron. Ana Carrillo, quien trabaja en una oficina junto al edificio donde ocurrió el atentado, dijo que sí toma más precauciones cuando sale del trabajo. Voltea para todos lados, se fija si hay policías cerca o si se observa un gran movimiento de personas.En un recorrido por la zona, se observó mayor presencia de patrullas de la Policía de Guadalajara y del Estado, además de elementos a pie.
